Page: «Ni se imaginan en Ferraz la cantidad de gente que piensa de una manera similar en el PSOE»

El líder autonómico ha negado ser un verso suelto o voz minoritaria dentro de su partido, por sus críticas a los independentistas catalanes, por sus dudas sobre la viabilidad de la actual legislatura o por sostener, como ha hecho en el programa de Pablo Motos, que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, debería haber dimitido tras su imputación por el Tribunal Supremo (TS). «Mucha gente me dice: 'eres el único'. No lo soy, hay muchísima gente, que a lo mejor no se ve. Ni se imaginan en Ferraz la cantidad de gente que piensa de una manera muy similar, aunque no todos tenemos la tribuna de poder decirlo en público», ha sentenciado.

García-Page se ha pronunciado con frialdad en varios momentos de la extensa entrevista al ser preguntado por su relación con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el que recientemente coincidió en Toledo durante el congreso del PSOE de Castilla-La Mancha que le reeligió como líder de la formación en esa comunidad autónoma. Ha admitido tener «muy poca relación» con el jefe del Ejecutivo y al ser preguntado por cómo se toma sus críticas, ha contestado con un lacónico y críptico: «Yo creo que salta a la vista». Para concluir, entre risas del público del programa, que «la verdad es que no le doy muchas alegrías».

García-Page no ha querido comentar la peripecia de otros líderes de federaciones que se han retirado recientemente tras sus choques con Ferraz, como el senador Juan Lobato, antiguo líder del PSOE de la Comunidad de Madrid, o Luis Tudanca, quien no repetirá como líder de los socialistas en Castilla y León. Si bien ha dicho que «a lo mejor a mí ya me dieron por perdido hace mucho tiempo».

Sobre la legislatura nacional, después del varapalo al Gobierno la semana pasada al tumbar el Congreso de los Diputados dos de los tres decretos presentados por el Gobierno, incluido el ya célebre ómnibus que incluía la revalorización de las pensiones o las ayudas a los afectados por la dana de Valencia y la subvención al transporte público, García-Page ha reiterado que «es un laberinto sin salida». El jefe del Gobierno de Castilla-La Mancha ha asegurado que el mandato de Sánchez está «cogido con alfileres» e incluso ha aseverado que «no sé si el propio Gobierno sabe cómo salir».

Interrogado acerca de la personalidad de Sánchez, Page ha dicho suponer que es alguien que escucha, y ha asegurado que tiene una clara «ambición de poder», aunque ha concluido que «el problema es para qué». Si bien ha señalado que no ve esa ambición «en clave económica» y que le «extrañaría una barbaridad» que estuviese involucrado en algún asunto de corrupción.

García-Page ha comentado extensamente la relación con su hermano gemelo, y cómo se dio de baja del PSOE hace unos años coincidiendo, según ha explicado él mismo, con la aprobación de la ley de Amnistía a quienes, según él mismo ha definido, dieron «un golpe de mano institucional» en 2017 en Cataluña.

Además, y como ya desvelase en su día el expresidente de Castilla-La Mancha, José Bono, ha explicado que fue objetivo de ETA, precisamente cuando trabajaba junto a Bono. Y ha relatado con amargura que en aquel momento algunos de los vecinos de su urbanización, que ha definido como «muy radicales» y que ha dicho tener «identificados», y cuando tenía hijos pequeños, intentaron que abandonase la vecindad ante la amenaza de los terroristas. Lo hicieron, según ha recordado, recogiendo firmas entre los vecinos con tal propósito.

Como en muchas otras ocasiones, el presidente de Castilla-La Mancha ha arremetido contra Bildu y contra Carles Puigdemont, con el que ha recordado que coincidió varias veces cuando ambos eran, respectivamente, alcaldes de Toledo y Gerona. A su juicio, el PSOE no debería depender de esas formaciones y sí explorar acuerdos con el Partido Popular.