Moragas: «Estoy políticamente con Rajoy», aunque no soy de nadie»

Preguntado sobre qué le parecen las filtraciones de Wikileaks , ha contestado que con ellas "se le hace un flaco favor a la diplomacia, que es un activo fundamental de las relaciones internacionales" y que, además, ha hecho "un tremendo daño a la diplomacia de un país aliado y amigo como EE.UU.". "Creo que la fortaleza de EE.UU. permitirá que se sobreponga y haga las correcciones necesarias para que sus comunicaciones sean más seguras", ha aseverado. Finalmente, sobre si cree que todo esto podría cambiar las relaciones internacionales, ha insistido en que la mayoría de los contenidos que se han hecho públicos tampoco han "sorprendido demasiado" a los que, como él, se dedican a la diplomacia. Sin embargo, desde su punto de vista, "socava, en cierta medida, la posible confianza con algunos interlocutores". "Nuestra relación con Estados Unidos no va a variar. Los propios EE.UU. son los primeros interesados en mejorar la seguridad de sus comunicaciones y estamos convencidos de que así lo van a hacer", ha concluido.

Por su parte, ante revelaciones de cables de los últimos días, también se ha manifestado el presidente del Congreso, José Bono, quien ha asegurado que cree la versión del Fiscal General del Estado, Cándido Conde-Pumpido, sobre el "caso Couso" y ha dudado del entonces embajador de Estados Unidos Eduardo Aguirre porque considera que cuenta "lo que le interesa". Según los documentos intervenidos por la página web WikiLeaks , Conde-Pumpido le transmitió al embajador estadounidense su deseo de cerrar el proceso judicial sobre la muerte del cámara de Telecinco José Couso en Irak en 2003. Un hecho que ha negado este miércoles el propio Fiscal General del Estado asegurando no haber asesorado a la legación estadounidense en este asunto. Este asunto ha sido calificado por el presidente del Congreso de "absurdo" porque, según ha recordado, antes de que Conde-Pumpido accediera al cargo, la Fiscalía mantenía la "misma posición" que la que mantiene ahora. Por ello, se ha preguntado "cuántas medallas" quiso ponerse el embajador estadounidense al informar de "determinadas gestiones" que hubiera realizado en sentido "más o menos positivo". "Yo no tengo duda a la hora de creerme lo que diga Conde-Pumpido, le creo mucho más que lo que digan esos papeles y no porque yo quiera desmerecer al embajador pero cuenta lo que le interesa", ha subrayado. Así, Bono ha recordado que "contra hechos no valen razones" y que aunque los documentos puedan "hacer daño" a la diplomacia la verdad "es la que es" y "no la que dice Estados Unidos". "Habría que ver si lo que cuenta el embajador se corresponde con la realidad", ha recalcado el presidente del Congreso.

Sobre las palabras del ex presidente del Gobierno José María Aznar, que comentó en 2007 a Eduardo Aguirre su deseo de regresar a la primera línea de la política española: "Si veo a España desesperada, quizá tendría que volver a la política", reconoció el presidente de honor el PP en aquel momento, Bono ha reconocido que se ha "sorprendido" al escucharlo por la radio - "me ha recordado a aquel anuncio de un desodorante que decía Vuelve el hombre" - pese a que fue hace tres años y ha asegurado que si vuelve al que "más le tiene que incomodar" es al presidente del PP, Mariano Rajoy. "No sé si diría eso Aznar o no. Pero si Aznar dijera que no se lo dijo, yo prefería creer a Aznar", ha señalado. Asimismo, otro de los hechos que se plasman en los documentos es una declaración del coordinador de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, que, al parecer, admitió no ser "un hombre de Rajoy" y que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, era una mujer ambiciosa. No obstante, el presidente del Congreso ha concluido asegurando que estas revelaciones, sobre los dirigentes 'populares', son tan "evidentes" que "no hace falta" que lo diga el embajador estadounidense.