Montero cede a reformar el 'solo sí es sí' pero equipara la propuesta del PSOE con el PP

La ley del 'solo sí es sí' unifica medidas de protección a las víctimas de violencia sexual, como, por ejemplo, psicólogas y asesoramiento legal gratuito en el inicio del proceso, recogida de muestras biológicas en el hospital que luego puedan acreditar la agresión a pesar de que no se presente una denuncia en el momento o el castigo a la difusión (y redifusión) de vídeos o fotografías íntimas sin permiso. Ya existían pero ahora se recogen bajo este paraguas normativo.

En plenas negociaciones con el PSOE para reformar la ley -un pulso que se dilata desde diciembre-, Podemos convocó ayer un acto en el Círculo de Bellas Artes, en Madrid, para intensificar la tensión. Arropada por la militancia y con la plana mayor del Ministerio de Igualdad a la espalda, Montero defendió el proyecto legislativo estrella y trasladó la presión al PSOE.

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«Aunque sabemos que la ley está bien y que ninguna reforma penal va a evitar estas revisiones judiciales de bajada de penas, nosotras estamos dispuestas a reformar la ley y aceptar las condiciones que el socio mayoritario del Gobierno necesita para salir unidas a hacer frente como Gobierno a esta ofensiva contra la ley, contra el Gobierno de coalición y contra la mayoría progresista, plurinacional y feminista que está tomando las riendas de este país», expresó ayer la ministra de Igualdad, que tiene asumido que se reformará su proyecto estrella desde hace semanas y exagera una batalla con el socio mayoritario del Gobierno que sabe que tiene perdida. «Aunque todos los expertos coinciden en que no va a evitar las decisiones judiciales de rebajar sentencias», apostilló.

El objetivo del acto consistió en equiparar la reforma que les ofrece el Ministerio de Justicia para la ley del 'solo sí es sí' con la que registró el Partido Popular. Responsabilizan así al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de las modificaciones que vayan a hacerle. Y de paso se cubren las espaldas ante su electorado que ve como aceptan una reforma que desde hace meses dicen que no es necesaria porque el problema es de los jueces.

Sin embargo, el tono de Montero estuvo lejos de radicalismos. Ya no habló de que los jueces interpretan mal su ley, sino que se limitó a señalar que «una minoría» está haciendo una interpretación errónea. «Están siendo días muy difíciles porque hay mucha presión para volver al modelo anterior que propone el PP», explicó Montero. Es la expresión suave para trasladar la misma idea que la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, transmitió el viernes: «[Al PSOE] le tiemblan las piernas (...) están sometidos a mucha presión por parte del PP y también de la derecha judicial y mediática y se ven obligados a plantear algún tipo de reforma».

'¿Consentiste o no? Solo sí es sí', fue el nombre del encuentro de ayer. Montero y Belarra estuvieron acompañadas en el escenario por la delegada del Gobierno Contra la Violencia de Género, Vicky Rosell, una de las muñidoras del texto. Y la dirigencia de Podemos se repartió en las primeras filas del público. Un encuentro 'ad hoc'. Y toda una declaración de intenciones a pocas horas de que el PSOE registre su proposición de ley en el Congreso.

El PSOE amagó la semana pasada con registrar el viernes la proposición de ley en el Congreso de los Diputados para solventar lo que llaman «efectos indeseados» de la norma. No quieren esperar más. La amenaza a Podemos fue nítida: se hará la reforma haya acuerdo con ellos o no. Desde sectores socialistas del Gobierno se esfuerzan en trasladar sensación de urgencia y de manera informal se fijó de plazo mañana o pasado como mucho por la «gran preocupación social». El viernes decidieron no registrarlo finalmente para dar más tiempo a la negociación y para intentar neutralizar las críticas que Podemos iba a hacerles en este acto celebrado en Madrid.

Ayer Montero recordó que el Ministerio de Justicia fue quien se encargó de articular el Código Penal a pesar de que ahora el PSOE apunte a Igualdad como únicas responsables. «Sabemos que la ley está bien hecha, entre otras cosas, porque la hicimos con el ministro competente, que era el ministro de Justicia Juan Carlos Campo, y un equipo espectacular del Ministerio de Justicia y también de Igualdad», atizó Montero. Participaron dos ministerios más del PSOE: Política Territorial e Interior.

Montero no contempla dimitir porque sería darle la razón a la derecha, dicen. Belarra mandó un mensaje a quienes plantean esa salida como solución a la situación: «Este acto es para decirles que no nos vamos a cansar, no nos vamos a rendir, vamos a seguir peleando para defender los avances de este Gobierno». Justicia propone desde diciembre recuperar las penas anteriores a la ley del 'solo sí es sí', lo que significa que las más altas dependan de si hubo violencia o intimidación durante la agresión sexual.

Fuentes del PSOE en el Gobierno insisten en que esto no elimina el «consentimiento» y reprochan a Podemos que «desenfoque» y «confunda» con esa estrategia. En Igualdad insisten en que es un ataque al «consentimiento» porque pone el foco en si hubo o no resistencia de la víctima y no en si el agresor recibió consentimiento o no.

El Ministerio de Justicia de Pilar Llop y el de Igualdad llevan negociando desde diciembre con mucha discreción. Sin embargo, la tensión se elevó al máximo hace una semana, cuando desde La Moncloa filtraron información de estas conversaciones para presionar a Podemos. Montero advirtió de que «no van a ceder ni dar un paso atrás» y que «el consentimiento no se toca». En la última semana, la presión hizo que Igualdad se abriera a un «retoque» de las penas mínimas con la línea roja de que la gravedad de las mismas no dependa de si hubo violencia o intimidación.

Según explican fuentes del Ministerio de Igualdad, ya han propuesto hasta seis fórmulas diferentes al PSOE, algunas que reforman las penas mínimas, pero en Justicia permanecen enrocados en la suya. Escuchando ayer a Irene Montero y a la cúpula de Igualdad, el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos parece estar lejos.

Mientras tanto, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ofreció al PSOE sus votos para reformar la ley sin Podemos y profundizar en la brecha del Gobierno de coalición. Feijóo mete el dedo en la llaga.