Moncloa impulsa a Díaz para animar su electorado durmiente

El Gobierno se sincronizó para utilizar el debate como una palanca para cambiar el rumbo de la legislatura. La idea era utilizar la moción de censura como una oportunidad para reivindicar su vigencia a futuro. Y en esa operación jugó un papel nuclear la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Moncloa había guardado bajo llave la estrategia del Gobierno en el debate.

Y todos estaba preparado. Además de otorgar gran protagonismo al presidente del Gobierno, que fue el que más tiempo consumió durante la tribuna, en La Moncloa decidieron dar a Díaz un altavoz «presidencial». Así lo reivindicaron después dirigentes desde Izquierda Unida o desde En Comú Catalunya. «Discurso presidencial», tuiteó el ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre la vicepresidenta. En cambio, desde Podemos –en pleno pulso con Díaz por su futuro dentro de Sumar– no hicieron ese diagnóstico y se limitaron a transmitir a través de sus equipos de prensa que Díaz tuvo una buena intervención. Pero el objetivo de la jornada no estaba solo en lo discursivo. Y en el Gobierno animaban a estar atentos a la gestualidad.

Díaz entraba acompañada al hemiciclo por los ministros de Consumo y Universidades, Alberto Garzón y Joan Subirats. Porque lo de ayer era también un mensaje a la interna de Podemos. Y para el partido morado tuvo Díaz más de un mensaje. Díaz asumió un discurso de unidad y defensa de la coalición de PSOE y Unidas Podemos. Un primer aviso. Y luego, la vicepresidenta agradeció uno a uno el trabajo de sus compañeros del Consejo de Ministros y también del presidente, e hizo un balance positivo de la gestión económica y social. Mención incluida para Irene Montero e Ione Belarra, titulares de Igualdad y Derechos Sociales y líderes de Podemos. Agradecimiento y mención a sus políticas.

Nada es casualidad. Esta intervención de Díaz en pro de la unidad llegó después de semanas de tensión en el seno del Gobierno por la estrategia de confrontación de Podemos contra los socialistas. Ayer mismo en los pasillos del Congreso, Belarra reprochó al PSOE no ser de izquierdas por darle la mano al PP en la votación de la reforma a la ley del solo sí es sí. Pero también se pronuncia así la vicepresidenta después de un año de fuertes tensiones con la dirección de Podemos y el exvicepresdiente Pablo Iglesias por el encaje del partidos en su proyecto Sumar, que se presentará a las elecciones generales si logra unir la izquierda.

Moncloa invitó a participar a Díaz en el debate en calidad de líder de Unidas Podemos en el Gobierno. Participó en la primera sesión. En 2020, el exvicepresidente Pablo Iglesias lo hizo en la segunda jornada y centró su réplica al Partido Popular. El PSOE necesita que el Sumar de Díaz cristalice para poder reeditar la coalición. La ministra de Trabajo intervino un día después de confirmar que el día 2 de abril oficializará su candidatura a presidir el Gobierno con Sumar, que está llamado a reunificar la izquierda y llegar a un acuerdo de coalición con Podemos. «Su intervención ha sido la presentación de un proyecto político que se llama Sumar», se limitó Tamames a replicarle al término de su intervención. Nadie se molestó excesivamente en desmentir esa valoración. Terminada la sesión matinal habían intervenido Sántiago Abascal, Pedro Sánchez, Ramón Tamames y Yolanda Díaz. Y en el receso lo más comentado era el papel otorgado a la líder de Sumar. Un papel muy superior al otorgado a Iglesias en 2020.

Díaz se refirióa Vox pero también contestó a Tamames. «Usted tenía la obligación de presentar aquí un programa de gobierno, es muy anómalo que un candidato a un presumible gobierno en nuestro país no presente a las españolas y los españoles sus líneas programáticas», reprcohó Díaz, que se refirió al candidato como «profesor Tamames». Y lamentó que la estrategia de Vox era contra el PP por la lucha que tienen los dos partidos en el bloque de la derecha, y no realmente contra Sánchez por falta de apoyos.

Díaz también reprochó a Tamames que solo citara a las mujeres en su discurso para reprocharles falta de natalidad. «El suyo es un discurso construido en torno a un enorme vacío, a una ausencia clamorosa: las mujeres, señor Tamames, las mujeres —dijo Díaz—. Bienvenido a 2023, bienvenido a la España de las mujeres». Las ministras de Igualdad, Irene Montero, y de Derechos Sociales, Ione Belarra, no participarán tampoco en la jornada de hoy a pesar de que pidieron a Moncloa que solo mujeres replicaran a la iniciativa de Vox. Tras el primer duelo que Sánchez mantuvo con Santiago Abascal, el presidente decidió replicar también a Tamames.

«No ha sido la mejor idea de su vida», le espetó Sánchez, antes de acusarle de haber llegado al Congreso de la mano de los «herederos de Blas Piñar», una alusión al líder de la ultraderechista Fuerza Nueva que provocó una sonora ovación de la bancada de la izquierda. Un largo discurso, el de Sánchez, centrado muy específicamente en el ámbito económico y en el que ensalzó la gestión de su Gobierno y enmarcó los postulados del veterano exdiputado. «Debería utilizar los datos de manera rigurosa, y debería saber que los fijos discontinuos son una metodología aceptada tanto por Eurostat como por el Instituto Nacional de Estadística», le espetó después.

Esa coreografía, según la que Díaz iba a ser la que defendía la vigencia de la coalición, destacando la tarea de casi todos los ministros socialistas estaba cuidada y pactada con la parte socialista del Ejecutivo. No así con Podemos, aunque Díaz también mencionaba a Ione Belarra e Irene Montero entre sus mensajes. La estrategia gubernamental pasaba este martes por potenciar la imagen de Yolanda Díaz, dar también mucho foco a Sánchez y poner todo eso en contraste con dos ideas: el papel gregario de Podemos respecto a Díaz y la ausencia en el debate de Alberto Núñez Feijóo.

En el Gobierno creen que la moción de censura va a tener mucho efecto en la parte derecha del electorado. Aunque reconocen distintas fuentes gubernamentales que no tienen claro de «en qué dirección». Cunde en La Moncloa la sensación de que el debate, combinado con el inminente anuncio de Yolanda Díaz como candidata, el momento elegido es el próximo 2 de abril, va a servir para movilizar al electorado de izquierdas. En todas los sondeos que maneja el Ejecutivo se apunta a que la derecha ya está muy movilizada. Y consideran que la izquierda tiene todavía camino por recorrer. Especialmente en el «desorientado» elector a la izquierda del PSOE.

«El discurso estaba muy sincronizado. La puesta en escena también», admiten fuentes de La Moncloa sobre el tándem Sánchez-Díaz. La idea era reforzar y que la gente viese que «esto es un Gobierno de coalición y que enfrente no hay nada». En ese propósito, la estrategia del Gobierno pasa por reforzar la asociación del PP con Vox. «Feijóo ha perdido una oportunidad. Hemos cumplido ampliamente las expectativas». El debate puso en evidencia que existe tensión entre el PP y Vox, en tanto que los populares interpretan que la estrategia de la moción de censura solo busca dañarlos.