«La Monarquía es el elemento más nítido de unidad nacional»

«Básicamente los autores analizan en clave histórica el encaje institucional de la Corona a lo largo de la historia de España, siendo el Rey una constante histórica-institucional», prosigue Campos, quien tuvo este encargo editorial fruto de la colaboración con la Fundación Villacisneros, que publica hoy el libro (su presentación será el 15 de noviembre).

A diferencia de otros trabajos centrados en las biografías de los reyes, este profundiza en los elementos más políticos de la Monarquía. Uno de los autores es el jurista Leopoldo Calvo-Sotelo, encargado del último capítulo, 'El Rey en democracia'. Dejada al margen la Transición, que se circunscribe a los años 1975-1982, este decimocuarto capítulo indaga en la figura institucional del Rey, sobre todo en una de sus 'intervenciones señaladas' como es el nombramiento del presidente del Gobierno, que desde que se instauró la democracia no han sido objeto de polémica ni problema alguno. No siempre fue así, viájese por ejemplo al periodo anterior a la Segunda República.

«El principal mérito de tan positivo balance se debe principalmente a tres factores: la buena factura del sistema electoral, la limpieza del procedimiento electoral, y la solidez del sistema de partidos, subraya Leopoldo Calvo-Sotelo.

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«El sistema de partidos resultante de las elecciones generales de octubre de 1982 ha demostrado su solidez a lo largo de casi 40 años, aunque es cierto que el llamado 'bipartidismo imperfecto' que lo caracterizó en sus orígenes ha dado lugar a partir de 2016 a un multipartidismo moderado que ha venido a dificultar, pero no de forma exagerada, la tarea de formar gobierno. Cabe añadir que la elección de líderes ha funcionado adecuadamente en el seno de los dos grandes partidos y que las crisis internas se han solido resolver con rapidez», expresa Calvo-Sotelo.

Preguntado por ABC sobre los cimientos de la acción del Rey, Calvo-Sotelo nos adentra en el término «magistratura de influencia» que ejerce el Rey a través de sus discursos -«sean los navideños o los ocasionales»-. Entre estos últimos se sitúa el del 3 de octubre de 2017, tras el referéndum ilegal en Cataluña: «El Rey arbitra y modera el funcionamiento de las instituciones, pero en esa ocasión estábamos ante una anomalía que dio lugar a la posterior aplicación del artículo 155. Evidentemente, un mensaje en clave constitucional».

Otro de los autores es el historiador Enrique Moradiellos, catedrático de la Universidad de Extremadura, quien esboza en el capítulo 12, 'La Monarquía contra el franquismo'. En ese texto indaga sobre las relaciones entre Francisco Franco, Don Juan y, posteriormente, Don Juan Carlos. Un triángulo de poder que tendría como resultado al primer Borbón sin corona en España y la institucionalización de la Monarquía tras la muerte del dictador en la figura de su hijo.

«Y en ese proceso, que tendría su hito clave en la celebración de las elecciones generales democráticas del 15 de junio de 1977, el papel del nuevo rey sería crucial y decisorio: un 'piloto', 'motor', 'garante' o 'impulsor' del cambio político en marcha acelerada», constata Moradiellos. Y desde entonces hasta nuestros días.