¿Cómo es el modelo bávaro que el Gobierno ha pactado con los separatistas?

Esta medida, llamada 'ley Söder' e impulsada por la Unión Socialcristiana bávara (CSU) en 2018, buscaba el control absoluto de las competencias de seguridad fronteriza para los efectivos bávaros como la inspección y autorización de entrada y salida de personas y mercancía o la expulsión y deportación de inmigrantes en situación irregular. Dos años después de su aprobación fue desautorizada por el Tribunal Constitucional, a instancias de una demanda presentada por Los Verdes.

Si bien la Corte no echó atrás todo el paquete de medidas, sí declaró inconstitucional lo concerniente a los controles efectivos en la propia frontera y la gestión de las expulsiones, que sigue siendo competencia de la Policía Federal y del Ministerio de Interior alemán. La sentencia presentó una modelo de custodia compartida y coordinación entre ambos cuerpos, la regional bávara y la federal. La Policía Federal, es decir, la controlada por el Gobierno desde Berlín, sigue siendo responsable de los controles fronterizos oficiales y de la gestión de las expulsiones.

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Aunque este modelo está en funcionamiento en la región de Baviera, distintas asociaciones se han preguntado desde entonces si esto es legal. Stephan Dünnwald, miembro del Consejo Bávaro para los Refugiados, una asociación de apoyo sin ánimo de lucro, pidió a la Comisión Europea que interviniera y comprobara si Baviera cumplía la legislación de la Unión Europea que permite los controles en las fronteras interiores «sólo en circunstancias muy determinadas». Acusaba a la Policía bávara de operar en una «zona gris».

Söder, el líder bávaro que impulsó esta legislación que lleva su nombre, ha defendido que este modelo de protección de fronteras ha traído a su región mejoras en las cifras de entradas de inmigrantes irregulares, de criminalidad y ha facilitado la caída de redes de tráfico de personas, drogas, armas y terrorismo, siempre según sus datos, que no han sido nunca comprobados por el Gobierno central de Berlín.

De hecho, el propio líder bávaro ha presentado recientemente los resultados de su Policía fronteriza. Según los mismos, sus investigadores detectaron 2.385 entradas e ingresos ilegales en sus fronteras terrestres y aéreas, lo que supone una reducción de casi el 49 por ciento respecto al año anterior. En el caso de los delitos por trata de personas, sus estadísticas mostraban un descenso del 61 por ciento.

De hecho, en su momento, propugnó la implantación de su modelo para todo el Estado alemán, con el apoyo del líder de los demócratas cristianos -la CDU, partido del que el de Söder es aliado a nivel nacional-, Friedrich Merz, que hace solo unos días logró la victoria en las elecciones y se anticipa como próximo canciller alemán si logra finalmente alcanzar una alianza con los socialistas.

Markus Söder nació en la ciudad de Nuremberg hace 58 años y es una figura muy mediática en su país. Líder de la Unión Socialcristiana bávara (CSU) desde 2019, es también desde un año antes el presidente de la región de Baviera.

Söder hizo de la inmigración su caballo de batalla hace muchos años. Ya en tiempos de Angela Merkel, criticó duramente las políticas en este aspecto de la canciller, dudando de que fuera a tener éxito la integración y de que los alemanes quisieran realmente tener una sociedad multicultural. Söder aseguraba que las políticas de Merkel iban a provocar una «brecha de seguridad» para el país que traería al mismo graves consecuencias, al estilo de las vividas en otros países como Francia.