el mentidero
La 'gauche tontín'
Espero un manifiesto que de verdad defienda los intereses de quienes están en peligro
Cuando Madrid vuelve a Madrid
Madrid
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Iniciar sesiónNecesito un manifiesto ya. Pero urgentemente. Espero que alguno de mis colegas me lo pase, me consulte, me haga partícipe de esos principios tan sólidos que me obliguen a plasmar mi rúbrica bajo un mandamiento de comportamientos irrenunciables y solidarios. Creo que de todas las ... causas que están en boca de todos, me quedo con La Sociedad Internacional para la Preservación del Silencio de los Pingüinos, la Asociación Contra el Olvido Prematuro de las Contraseñas y, como no podía ser de otra manera, con el Frente de Liberación de los Calcetines Desaparecidos en la Lavadora. Si nos unimos seremos más fuertes.
Todo lo que esté relacionado con la preservación o durabilidad del Gobierno de Sánchez me suena a estafa. Nadie ha entendido nada y, si lo han hecho, son unos caraduras y unos meapilas trincadores. Un ejemplo claro lo tenemos en el grupito de la Ceja. Como ahora la moda pasa por depilarse el entrecejo, el grupo original se ha quedado sin las personas que tenían talento. Los que quedan son unos verdaderos pagafantas, esos arcángeles de la risa que se descojonan de las cosas que firman porque, en el fondo, saben de sobra que no cuela. Pero ahí van, orgullosos de su mentira y sacando pecho de la manipulación a la que someten a su público con tal de seguir riéndose de todos. Me viene a la cabeza nombres como el de Ana Belén, a la que no le parece tan grave lo que pase con la banda del presidente porque, según ella, sería mucho peor que gobernara otro partido. Eso sin comentar lo de las putes del suegro y todo eso.
Otro nombre singular es el de Pedro Almodóvar. El manchego llegó a escribir una carta en la que reconocía que había llorado. Y es que uno, solo de pensar en el dolor que debió sufrir el pobre director, debe sentir empatía e indignación a partes iguales y soltar una lagrimilla pensando en que, definitivamente, estamos gobernados por un santo varón al que ataca una especie de poder mediático comandado por unos jueces fascistas dispuestos a terminar con los derechos de las personas buenas. Hay quien se lo traga y todo. El poeta de los autopremios está también en el ajo. Es lo que tiene tener línea directa con el puto amo. Sin ningún rubor y con algún que otro kilito de más, el Shakespeare español organiza cenas para blanquear al líder, cenas a las que, por cierto, ya no asiste ni el Benjamín de la familia.
La 'gauche divine' fue un término para definir a toda la burguesía catalana que tenía la cuenta del banco rebosante mientras soltaban proclamas de igualdad y progresismo. Como Urtasun pero sin tomarse en serio. Lo más curioso es que todo el dinero era heredado, así como su sentido de la vergüenza. Pero ahora tenemos esta nueva ola de personas comprometidas en tomarle el pelo al personal, una nueva 'gauche tontín' que piensa, verdaderamente, que las personas son gilipollas.
Hay una frase que ha cogido bastante peso en estos tiempos: «Bromear está bien, hasta que descubres que la broma eres tú». Y lo mejor de todo es que hay gente que no se ha dado cuenta de que son el centro de la broma. François de La Rochefoucauld (no confundir con el queso) dijo eso de «la hipocresía es el homenaje que el vicio rinde a la virtud». Y es precisamente ahí donde se embarran todos estos prescriptores de la indignidad, mientras esbozan una pequeña sonrisa hacia dentro sabiendo que se están riendo de ti.
Por eso, desde estas páginas de cotilleos y mentideros madrileños, espero con la impaciencia de un niño, un manifiesto que de verdad defienda los intereses de quienes están en peligro, como el ruido al que están sometidos los pingüinos en el Polo Norte, la maldición del calcetín desaparecido en la lavadora y, como no podía ser de otra manera, de quienes olvidamos prematuramente la contraseña de alguna aplicación que ni siquiera recordamos para qué era.
Me enternece la capacidad de algunos para talar un roble de cien años y, después, subirse al tronco derribado para soltar una proclama en favor de la conservación de los robles centenarios. El ser humano es un animal sorprendente. Bienvenidos a la era de la 'gauche tontín'.
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