La Bestia de Parla también siembra el pánico en la cárcel de Valdemoro

Se llama Galphon G. T. y atesora más de una veintena de detenciones, la mayoría en la localidad parleña. Son, sobre todo, por agresiones, tanto a vecinos como a los propios policías de la ciudad, que habitualmente subía a su cuenta de TikTok. Algunos de estos arrestos han sido casi consecutivos, con dos días de diferencia, y así ha ido enlazando los últimos cinco, en muy poco tiempo; hasta que el juez lo envió a prisión provisional.

Pues bien, ingresó a primeros de noviembre en el módulo 7 de Madrid III (Valdemoro). Allí lo primero que hizo fue montar un escándalo en el comedor y enfrentarse a un funcionario, al que gritó: «¡No me toques, que soy la Bestia de Parla!». Desde ese momento ya se supo que iba a dar problemas. Y vaya si ha sido así. Ha agredido a otros empleados de la cárcel; al jefe de servicio le ha intentado estampar una silla en la cabeza; le dio una paliza a su primer compañero de celda; destrozó un colchón; se ha paseado desnudo por el patio; no deja dormir a los otros presos cuando se pone a cantar en plena madrugada... Ha pasado del módulo 7 al 8, y de éste al 9. Son los dos considerados más conflictivos (en el 9 es donde se encontraban los delincuentes Jonathan Moñiz Alcaide, 'el Piojo', y su hermano Miguel Ángel, 'el Negro', cuando se fugaron hace dos años de la cárcel, un hecho insólito); pero la situación con la Bestia de Parla es tan mala, que el director de la cárcel no ha tenido más opción que enviarlo a aislamiento. También ha destrozado su propia celda, lanza los cubos de basura y amenaza de muerte a todo con el que se cruza: «¡Os voy a matar, no sabéis quién soy!».

Mientras, la junta de tratamiento ha solicitado a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias que se le catalogue dentro del régimen de primer grado (lo habitual en un preventivo es que esté en segundo), el más restrictivo y que suele aplicarse a los reos que tienen condena que lo requieran.

«Hay verdadero pánico, miedo, no solo entre los funcionarios, sino también entre los propios internos, que no toleran la presencia de una persona así, inadaptado para una convivencia normal«, se quejan desde CSIF-Prisiones Valdemoro. El sindicato, eso sí, no pone ninguna objeción a la actuación del director del centro, »que ha sido diligente«. La idea es que la Bestia de Parla sea trasladada a otra prisión del sur.

Su última detención fue por golpear con una barra de hierro a un vecino de Parla. En el juzgado, también la emprendió a golpes con los muebles. Y, por supuesto, vivía de okupa: «Yo no entro por la puerta, yo escalo», se mofa.