«Es difícil creer que eres el mejor de 25.000»

Álvaro Vadillo, alumno con mejor nota en la Selectividad: 9,95 en la prueba obligatoria y 13,95 en el total

«Es difícil creer que eres el mejor de 25.000»

MILAGROS ASENJO

«Mi primer sentimiento fue de incredulidad al saber que mi nota en Selectividad era la mejor de los 25.000 estudiantes que nos habíamos presentado en Madrid. Algo difícil de asimilar». Con estas palabras definió Álvaro Vadillo su reacción al conocer que había sido ... el mejor en esas pruebas. El joven, de 17 años, alumno del Colegio Europeo Almazán, adscrito a la Universidad Autónoma (UAM), ha obtenido un 9,95 en la prueba obligatoria y un 13,95 en la suma de las dos pruebas, la obligatoria y la voluntaria, aplicada esta última por primera vez para que los alumnos tengan mayores posibilidades de acceder a los estudios de su preferencia.

«Nunca pensé que iba a ser el mejor ni estudié para ello, lo que quería era sacar buena nota y esto se convirtió en una obsesión», aseguró Álvaro, quien ayer fue por méritos propios protagonista de la presentación de los datos de Selectividad de las universidades públicas de Madrid —Alcalá, Autónoma, Carlos III, Complutense, Politécnica y Rey Juan Carlos—, celebrado en esta última. Con serenidad y con un desparpajo sorprendentes ante periodistas y cámaras, el joven manifestó que pensaba estudiar Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos en la Politécnica de Madrid, «porque es la de mayor prestigio internacional y la que te puede abrir más puertas». Confesó que su decisión se hizo firme hace algo más de un año, ya que primero pensó en Derecho, luego en Administración y Dirección de Empresas y, más tarde, en Aeronáutica, «por el reto de ser la más difícil». Pero, finalmente, se inclinó por hacer algo que realmente le gustara. Ganó Caminos.

Álvaro llegó a la Selectividad con matrícula de honor en Bachillerato, que atesoró dedicando «cuatro o cinco horas diarias de estudio». Su madre atestigua con entusiasmo e indisimulado orgullo que esa ha sido la clave del éxito de su único retoño.

¿Por qué no llegó también al 10 en la Selectividad? El «primero de la clase» buscó una explicación inocente y aventuró que tal vez se le «habría ido alguna tilde».

Mientras conversaba con los periodistas, recibió la noticia de que también en la prueba voluntaria había obtenido la máxima calificación, lo que le permitía sumar cuatro puntos a la nota de la obligatoria y presentar una tarjeta de 13,95 puntos.

Ilusión universitaria

El nuevo modelo permite a los estudiantes realizar una prueba voluntaria sobre un máximo de cuatro materias relacionadas con la carrera que pretenden cursar y sumar las dos mejores notas. El joven protagonista de esta historia eligió física, matemáticas y dibujo técnico.

Álvaro asegura que es «un chico normal», al que le «pierde el deporte», y le gusta la «play» y salir con los amigos (no tiene novia). Sin embargo, no se puede decir que sea un lector empedernido. «Leo lo justo». Cuando llegue a la universidad, formará parte de los pioneros de Bolonia, modelo que le parece muy bien. «Lo peor de este modelo es que el curso empieza muy pronto y las vacaciones son más cortas», dice. El joven concluye expresando su ilusión por empezar la nueva experiencia de la Universidad, «con más libertad que en el colegio». En ella espera vivir «los mejores años» de su vida.

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