Sanitarios convertidos en rastreadores: «Sentía que no era útil en medio de una pandemia por mi enfermedad»

Médicos y enfermeros de Atención Primaria con patologías trabajan ahora como rastreadores para luchar contra el Covid

Sanitarios de la Unidad de Apoyo Covid, ayer, en el Centro de Salud Pavones Isabel Permuy

Las luces de la consulta del doctor Jesús Alonso, en el Centro de Salud Valdebernardo, se apagaron a principios de abril, en plena primera ola de la pandemia , a causa de una lesión en la rodilla. Una vez recuperado, creía que podría reincoroporarse ... a su puesto de trabajo, pero el Servicio de Salud Laboral se lo prohibió. Diversas patologías a sus espaldas y el sobrepeso lo convierten en una persona de riesgo ante el coronavirus . Tras treinta años prestando atención presencial, Jesús cambió la bata y el estetoscopio por unos auriculares con micrófono , y abandonó la primera línea de ataque al virus por una sala en la que ahora ejerce de rastreador . «Sentía que no estaba siendo útil en medio de una pandemia por mi enfermedad. Tenía mucha frustración por no poder ayudar», afirma el médico, desde su nuevo lugar de trabajo.

Él es uno de los treinta sanitarios que integran la Unidad de Apoyo Covid de Atención Primaria situada en el Centro de Salud Pavones, que da servicio a un millón de habitantes de la zona sureste de la región: desde Moratalaz y Vicálvaro hasta Morata de Tajuña, pasando por Rivas y Arganda del Rey. Estas áreas (en total hay 27, con 550 profesionales que han atendido más de 165.000 citas desde diciembre) se encargan de la detección de contactos convivientes , además de realizar seguimiento y valorar si el contagiado necesita la tramitación de una baja laboral . De esta forma, dan soporte a los centros de salud y liberan presión de la atención Covid que no requiere presencia física.

Jesús Alonso, médico del Centro de Salud Valdebernardo Isabel Permuy

Jesús llegó a ella el 4 de enero, en una suerte de regalo de Reyes adelantado. « Vuelvo a estar activo », fue lo primero que pensó el también director del Centro de Salud Valdebernardo cuando aterrizó en este ‘call center’. « Echo de menos el contacto humano y el visual , pero estoy ayudando a combatir el virus. Es una forma de descargar trabajo a mis compañeros de Atención Primaria y puedo compaginarlo con la dirección del centro», afirma el doctor.

Ahora, desde las ocho de la mañana hasta las tres y media de la tarde, se encarga de contactar con los positivos . «No podemos juzgar a los pacientes, hay que explicarles por qué es necesario que realicen las cuarentenas, resolver sus dudas y tener paciencia », indica, tras someterse a una formación para desarrollar sus nuevas tareas basada en los protocolos de actuación frente al patógeno.

Cerca de él se sienta Victoria Fernández, enfermera del Centro de Salud Adelfas, en el que estuvo hasta octubre, cuando la diabetes que sufre se descontroló provocándole un deterioro de la función renal . «Me encuentro bien y puedo desarrollar mi trabajo, aunque no sea en primera línea», afirma la sanitaria. «Quería trabajar y esto podía hacerlo. No dudé en venir, porque esta función también es muy importante. Me siento reconfortada y la gente lo agradece», cuenta, antes de volver la mirada a la lista de pacientes que esperan su llamada.

Victoria Fernández, enfermera del Centro de Salud Adelfas Isabel Permuy

La función la ejerce también María José Córdoba, médico de familia. Ella estuvo de baja durante meses porque en el ambulatorio no podían garantizar su seguridad, al ser persona de riesgo. Una vez que un médico ocupó su puesto, María José se incorporó a la unidad. «Cuando llegaba a casa estaba muy preocupada , porque veía a pacientes presenciales que podían tener el virus y no saberlo por ser asintomáticos. Tengo ganas de volver, pero quiero hacerlo con seguridad », expone. La doctora remarca que lo importante es descongestionar de tareas a los sanitarios que siguen atendiendo, además de a los Covid, a los pacientes con otras enfermedades.

Al frente están Francisca Rodríguez e Inmaculada López, directora de Atención Primaria en la zona sureste y responsable médico, respectivamente. «El área es muy grande, con zonas urbanas, periurbanas y rurales, y personas de todos los perfiles», dice la primera. «Esto nos ha golpeado y ha puesto al sistema sanitario en jaque . La detección es lo fundamental», indica sobre sus funciones.

« De media, cada profesional atiende a 21 hogares al día con entre dos y tres personas», asegura Inmaculada, que puntualiza que el trabajo varía en función de la tendencia de la pandemia , ahora en descenso de la tercera ola. Entre todos dejan claro que lo importante no es cómo ni dónde, sino seguir trabajando juntos para ganar la batalla a la pandemia.

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