Los policías que mataron al líder del POUM Andreu Nin, en la placa de La Almudena

El riguroso estudio que realizó Manuel García Muñoz –integrante del comité al que encargó el Consistorio escoger los nombres del memorial– en su libro «Los fusilamientos de La Almudena» cita a los agentes Fernando Valentí Fernández, Julián Aguirre Cepeda, Juan Bautista Carmona Delgado, Alberto Castilla Olavarría, Antonio Ramallo Miño y Jacinto Rosell Coloma como responsables del «rapto y asesinato del líder del POUM». También los señala el historiador Ángel Viñas en su obra «El escudo de la República».

Nin, profesor y periodista, fue testigo de la revolución rusa, de ahí su conversión al marxismo. Cuando regresó a España, fue uno de los creadores del POUM. Militó en la Unión Federal Nacionalista Republicana, en la Federación Catalana del PSOE y en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Murió a manos de los seis policías recogidos en el Memorial , que estaban al mando de la República, en 1937. Según el historiador e hispanista Paul Preston, Nin fue despellejado vivo el 22 de junio de 1937 por orden de Alexander Orlov, un agente de la NKVD, el antecedente de la KGB, la que entonces era la policía política soviética. En esas fechas, la República había puesto en marcha las Brigadas Especiales, que se centraban desde principios del 37, según Preston, «en la detención, interrogatorio y, a veces, eliminación de elementos sospechosos, con lo que se aludía no solo a franquistas, sino también a miembros de la CNT de Madrid», que se creía que estaba fuera de control e infiltrada por agentes provocadores.

No hay dudas entre los analistas de que la orden de ejecución de Nin provino de Moscú. Orlov –responsable del traslado del «Oro de Moscú» desde Madrid a la Unión Soviética– atribuyó al catalán la responsabilidad de la revuelta de mayo de 1937, donde los comunistas se enfrentaron contra los anarquistas y trotskistas. Ligó estos hechos a la desarticulación de una importante red de espionaje del bando franquista . Según los historiadores, Nin lo negó en los tortuosos interrogatorios durante los cuatro días en los que se le mantuvo secuestrado.

El entonces presidente de la República, Juan Negrín , prefirió no investigar la evidente implicación de sus agentes por orden de los soviéticos. Así no se comprometía la ayuda militar que estaban recibiendo desde Moscú, argumenta el historiador Hugh Thomas. Se justificó su desaparición juzgándole como agente fascista.

El historiador García Muñoz se refiere a Valentí Fernández como integrante de la Brigada García Atadell y Fomento. «Estuvo al mando de la operación represiva contra el POUM. Su actuación fue importante en el secuestro y asesinato de Nin, ya que lo detuvo personalmente y lo trasladó a Madrid». El policía Aguirre Cepeda formaba parte de la Brigada Especial. Está «acusado de intervenir en la represión del POUM y en la desaparición de Nin».

Carmona Delgado pertenecía a la Escuadrilla del Amanecer. «Fue uno de los policías responsables de la desaparición del líder del POUM». Fue fusilado el 19 de mayo de 1943 . Sobre Castilla Olavarría dice que «estuvo implicado en todos los procesos contra la quinta columna». Ramallo Miño también participó en la detención. Fue ejecutado el 24 de junio del 39. Rosell Coloma era agente de la Brigada Especial del SIM. Él trasladó a Nin. Un fusil le paró el pulso el 13 de diciembre de 1940.