Madrid blinda en un convenio la difusión de los toros como «Patrimonio Cultural»

Aunque el lugar donde se celebrará el acto está aún por determinar, debido a las restricciones de la pandemia del Covid-19, la idea es realizarlo en un enclave emblemático para el mundo del toreo, como, según apuntan las mismas fuentes, podría ser la plaza de toros de Las Ventas. Se busca un espacio simbólico por la importancia de lo suscrito.

En primer lugar, la firma de este acuerdo supondrá la recuperación de los premios de tauromaquia de la Feria de San Isidro para el próximo año tal y como estaban constituidos. Estos galardones se otorgaban de forma conjunta entre el Ayuntamiento y la Comunidad, pero en 2016 el Gobierno de Manuela Carmena quiso apartar al Consistorio de la concesión de los mismos y el Ejecutivo de Cristina Cifuentes los reformuló para asumirlos en solitario. Al restaurar la participación de la capital en la elección de los premiados se recobrará, a su vez, la presencia institucional del Ayuntamiento en la plaza de las Ventas.

A través de este convenio, además, el Área de Cultura se compromete a poner en marcha proyectos que giren en torno a la protección y difusión de la tauromaquia durante los seis meses que restan al año. El futuro de la escuela municipal de la Venta del Batán, en la Casa de Campo, será otro de los puntos clave del acuerdo, ya que el escrito determinará cómo será la gestión de este espacio, hasta ahora en manos de Madrid Destino, la macroempresa de gestión cultural del Ayuntamiento. Recuperar e impulsar la Escuela Taurina del Ayuntamiento fue uno de los compromisos que adquirió el actual alcalde, José Luis Martínez-Almeida, tras tomar el bastón de mando hace poco más de un año.

La escuela, que estuvo a punto de cerrar en 2018 tras el intento de Ahora Madrid de suprimir las subvenciones, en principio, quedará bajo la gestión de la Comunidad, que unificará las dos escuelas actuales, la Marcial Lalanda de Batán y la José Cubero «Yiyo», abierta en Las Ventas por orden de Cifuentes ante las amenazas de Carmena de dificultar esta práctica. El equipo de Martínez-Almeida, como avanzó ABC, pretende levantar el veto a los animales que impuso antecesora durante los últimos años de su mandato. En esta nueva etapa, por lo tanto, los alumnos no sólo practicarán con los carretones con cabeza de astado, sino que también podrán entrenar con toros, vaquillas y caballos.

Apenas dos meses antes de las elecciones municipales de 2015, el Pleno, dominado por el equipo de Ana Botella (PP), aprobó otorgar una subvención plurianual a la Venta del Batán por prestar un «servicio público» como «Escuela de Tauromaquia». Por ello, en cuanto acabó el plazo, en diciembre de 2017, Carmena anunció en la comisión de Cultura que el Ayuntamiento no prorrogaría esa cuota ni el apoyo a la escuela. Cuando el contrato finalizase, el Consistorio no tenía intención de renovar la subvención.

Cumplido el periodo, alumnos y profesores de la Marcial Lalanda se negaron a abandonar las instalaciones. Al final, la exregidora tuvo que claudicar al comprobar que la declaración de BIC que promovió el Gobierno de la Comunidad en 2010 no permitía otra posibilidad para la Venta del Batán que la de ejercer como escuela taurina. Así, en octubre de 2018 se vio obligada a conceder una nueva subvención a la escuela y renovar su contrato. No obstante, limitó sus actividades al prohibir la entrada de animales en el recinto para las clases prácticas.

Además de revitalizar la escuela como propósito principal, el Área de Cultura considera a que la Venta del Batán es un centro ideal para otro tipo de actividades taurinas y culturales. Por lo que se podrían compaginar esos eventos con la enseñanza.

Al margen del convenio, según ha podido saber ABC, ambas instituciones estudian declarar BIC en la categoría de Patrimonio Inmaterial la fiesta de San Isidro para proteger, entre otras manifestaciones festivas, la feria taurina. Así, se potenciaría la difusión de la tauromaquia como patrimonio cultural y la plaza de las Ventas como «monumento histórico» y se le consideraría uno de los «elementos esenciales» del turismo madrileño.