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Hilo y serrín, los motores de la Real Fábrica de Tapices

Muchos maestros tapiceros tuvieron que reinventarse cuando la crisis les mandó al paro hace unos años

Esta semana se anunció que un encargo de 1,2 millones de euros del Gobierno de Sajonia salvó la factoría

Tania Fernández trabajando en un tapiz artesanal EFE
Enrique Delgado Sanz

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Diez meses. Ese fue el tiempo que los maestros de la Real Fábrica de Tapices acudieron a sus puestos de trabajo sin cobrar. Los encargos no llegaban, los telares estaban parados y los balances en rojo, algo que, tradicionalmente, siempre se resuelve de la misma ... forma. «Me tocó salir de la Fábrica y me puse a trabajar en otra cosa », resuelve Tania Fernández, tejedora de cuarta, en un breve receso. El trabajo, un bien escaso por allí en los últimos tiempos , no hay que desaprovecharlo y por eso rápidamente vuelve a coger sus canillas —los husos con los que elaboran los tapices— para continuar con uno en honor a los muertos de la masacre de Sabra y Chatila que ahora ocupa su tiempo.

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