Grupos violentos aprovechan los botellones para robar y agredir de forma indiscriminada

Para contener a los sospechosos, se desplegaron agentes de la Unidad Seguridad Ciudadana (Usecic) de la Guardia Civil de Madrid, acompañados de patrullas de Villaviciosa, Boadilla del Monte, Las Rozas y Majadahonda. A su llegada, los vándalos lanzaron objetos contundentes a los uniformados a fin de sembrar el caos y darse a la fuga entre la multitud. Siete de ellos no lo consiguieron.

El alcalde de la localidad, Raúl Martín Galán, convocó ayer una junta extraordinaria de Seguridad para que los responsables municipales den cuenta de lo ocurrido. Según ha podido saber ABC, fueron varias las víctimas que interpusieron denuncias esa misma madrugada en el cuartel de la Guardia Civil. «Sí que nos han dicho que hubo robo de móviles a los chavales y que son horas de la mañana que la gente va un poco pasada. Pasa en otras ciudades como Barcelona o Las Rozas, que empiezan con las tiranteces de ‘yo te robo tal’ y luego una batalla campal», remarcaba en una entrevista radiofónica el regidor.

Con todo, el primer edil aseguraba que no se habían detectado bandas desplazadas expresamente solo para robar. «Sí han dicho que son gente de fuera, la mayoría de los detenidos son de fuera», incidía. Tristemente, lo sucedido en Villaviciosa de Odón recuerda a la oleada de violencia registrada en las fiestas pre-Covid, donde la presencia de bandas juveniles ajenas a los pueblos y las dificultades de las fuerzas de seguridad para actuar ante una turba exaltada completaban, a grandes rasgos, una encrucijada de difícil solución.

La alerta sanitaria frenó en seco la escalada, hasta el pasado mes de agosto, cuando se registraron incidentes en las fiestas de Alcalá de Henares y San Sebastián de los Reyes. Ya en septiembre, ocho jóvenes de entre 19 y 20 años resultaban heridos durante las celebraciones de Rivas Vaciamadrid, dos de ellos en estado grave, tras ser agredidos con armas blancas en diversas reyertas.

De un tiempo a esta parte, son muchas las voces autorizadas que piden un despliegue mayor de efectivos en este tipo de eventos. Ello, en palabras de los expertos, provocaría una mejora en las medidas de prevención: cacheos más exhaustivos, requisa de vidrios, filtros de acceso para evitar sobreaforo y más presencia disuasoria en los alrededores de los improvisados ‘botellódromos’.

En Madrid capital, la problemática se acrecienta al multiplicarse los puntos para llevar a cabo estas quedadas. La última, sin ir más lejos, tuvo lugar este sábado en el parque de Berlín, donde cientos de jóvenes aprovecharon las fiestas del patrón del distrito de Chamartín, San Miguel, para ocupar el enclave y consumir bebidas alcohólicas sin mascarillas ni distancia de seguridad. Todo transcurría en calma hasta que un joven de 19 años resultó apuñalado en el costado izquierdo.

La víctima pudo ser emboscada por miembros de una banda latina, un extremo que investiga ahora la Brigada de Información de la Policía Nacional. Los agentes detuvieron a cuatro varones de 18, 20, 21 y 23 años, respectivamente, en la cercana calle de Pradillo. El herido, por su parte, tuvo que refugiarse en un bar de la calle de Vinaroz. Allí, fue asistido por los sanitarios del Samur-Protección Civil, que lo trasladaron en estado grave al Hospital Gregorio Marañón. Este hecho motivó una importante presencia policial en el parque de Berlín, lo que desató pequeños lanzamientos de botellas alrededor de las tres de la madrugada, el momento elegido por los agentes para desalojar una zona que amaneció cubierta de basura.