«San Forlán», en Neptuno
Cerca de cien mil personas, según cálculos de la organización, se dieron cita ayer en Neptuno, para festejar la copa europea que se ha traído el Atlético de Madrid de Hamburgo. Forlán, Antonio López y Quique Sánchez Flores, los más aplaudidos
Pasaban veinte minutos de las nueve de la noche de ayer cuando las cerca de cien mil almas que abarrotaban la plaza de Cánovas del Castillo y todas las calles aledañas estallaron de júbilo: Antonio López, el capitán atlético, enredaba la bufanda rojiblanca en el ... cuello de Neptuno. Fue el único en encaramarse a la estatua pero el «oé, oé, oé» resultaba atronador. Más incluso que cuando Diego Forlán —desde ahora, «san Forlán», por esos dos golazos de la victoria—, agarró con sus manos el trofeo europeo para enseñárselo a la hinchada.
El fin de fiesta en Neptuno fue apoteósico. Niños, abuelos, padres... familias enteras cantando y bailando. Votando de alegría. «¡Que vote Neptuno!», decían. Y casi. Los colores rojo y blanco eran los únicos. En las camisetas, en las bufandas, en los zapatos, en los gorros y en las caras pintadas. Hasta los confetis que se lanzaron desde un cañón eran colchoneros.
Durante casi dos horas, allí se cantó de todo. Desde el «volveremos otra vez, volveremos como en el 96» (por aquello del doblete, que piensan repetir), hasta un «Paquito el chocolatero» que bailaba hasta algún agente policial. Que lo vimos.
Pero, sin lugar a dudas, la potente voz de Freddy Mercuri y su tremendo «We are the champions» pusieron la plaza boca abajo y los pelos de punta a los allí presentes.
Forlán repetía aquello de «hay que seguir trabajando porque nos queda otra final». Collar y Revilla, antiguos jugadores colchoneros, tomaban la palabra en la plataforma para agradecer «esta satisfacción a una nueva generación de jugadores».
El entrenador, Quique Sánchez Flores; el presidente, Enrique Cerezo, y algunos directivos, agradecían la presencia de tantos seguidores. «La copa es vuestra. Es de todos», decían. Clamor popular y banderas atléticas ondeando sin parar. «Por esto soy del Atleti», rezaba en las camisetas de los aficionados. «Es que sois la mejor afición del mundo», decía el presentador del acto, Juan Ramón Lucas.
Lo cierto y verdad es que alguno se llevó un chasco porque después de tanta emoción y tantas sensaciones a flor de piel, el acto acabó sin que nadie lo anunciara. Tampoco hubo despedida. Los jugadores fueron bajando del estrado —rodeando la estatua de Neptuno— y se subieron al bus en el que habían venido. Un mutis por el foro.
Sin embargo, los hinchas estaban pletóricos de alegría. Seguían cantando. La sensación era que el jueves vuelven al mismo sitio y a la misma hora con la copa del Rey.
La plaza se fue despejando poco a poco. Ahí se quedó Neptuno con la bufanda roja y blanca. Altercados, los mínimos. El Samur había atendido a 14 personas a la hora de cerrar esta edición. Nada grave. Había ganas para otro fin de fiesta así. El 20de mayo.
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