Madrid se prepara para batir el récord Guinness del chiste

José Ordóñez es un humorista y pastor mundialmente reconocido por haber hecho ya ocho récords mundiales (este es el noveno) en lugares tan dispares como Miami, Australia, Colombia… con resultados de 65 y 72 horas al micrófono contando chistes sin parar.

El humorista, acompañado de Norberto Latorre, director de Fiesta.FM; y Manuel Ruiz, director de marketing del hotel, ha contestado a las preguntas de los periodistas acerca de cómo será la maratón a la cual está invitado todo el mundo ya que es gratuita, eso sí, se espera un donativo por parte de los asistentes ya que esa recaudación será integra para una labor benéfica de la fundación MAS (Misericordia Amor y Servicio) que se encarga de labores humanitarias a favor de los niños desplazados por diversas causas como el trabajo infantil y el abuso físico y psicológico.

Ordóñez no beberá ni comerá durante las 80 horas que durará el espectáculo, más de 1800 estaciones radiales estarán siguiendo el evento en todo el mundo y el cómico nos pide que vayamos a verle en directo: «lo que más me puede ayudar en los momentos de flaqueza es que la gente vaya a verme y a animarme , dentro de poco llegarán mi mujer y mi hijo».

«Para no dormirme en los distintos récords muchas veces he jugado al futbol , tampoco como ni bebo, así no tengo que ir al baño » dice Ordóñez. «Cuando hago una maratón de estas características, el índice de violencia decrece hasta en un 90% en Colombia, eso me da fuerzas para seguir», «solo roban las pilas y las baterías para las radios» bromea.

«Mis 19.000 chistes son 19.000 disparos de alegría , y ahora estoy aquí para intentar cambiar aunque sea por unos días el estado de animo de muchas personas que lo necesitan» dice, y a petición de los periodistas termina como empezará el viernes, contando un chiste: Benito llama a casa de su tía: «hola benito ¿cómo estás?» dice su tía, «bien, es que te quiero dar gracias por el regalo de mi cumpleaños» responde Benito. «Pero cariño eso fue una bobada» a lo que Benito contesta «sí, yo pensé lo mismo pero mi madre me obligó a llamarte».