Alerta roja en la Comunidad de Madrid por la complicación del temporal de nieve

Muestra de lo que se avecina fue lo que se vivió en los parques de Madrid , sitios donde mejor se pudieron apreciar los efectos del temporal. Los céspedes de la Dehesa de la Villa, el Cerro del Tío Pío o El Retiro dejaron de ser verdes para cubrirse de blanco, el agua de las fuentes –llenas ya de escarcha– se convirtió en hielo, y los caducos árboles, a falta de hojas, cubrieron sus ramas de copos. En el mirador de Vallecas, los niños aprovecharon las colinas para usarlas como tobogán, empleando incluso pequeños trineos.

En el pulmón de Madrid , Ana y Pablo jugaban a lanzarse bolas de nieve, las primeras que hacen en El Retiro, al tiempo que la pequeña Claudia le insistía a su padre: «Intenta coger un copo». Clara descubría lo que era una bicicleta sin ruedines mientras que su madre reconocía que, por la inclemencia, tal vez no fuese el mejor día para que perdiese el miedo a montar. Frente al Estanque Grande, Alba y Pedro discutían acerca de si alguna vez se habría helado. «Esperábamos la nieve por la previsión, aunque de momento son copos muy finos. A ver si el sábado cuaja de verdad », aseguró la mujer, que guarda en el recuerdo el escenario que se produjo en el 2009, la última gran nevada de Madrid. «Los niños se lo pasaron de maravilla jugando alrededor de la Fuente de la Alcachofa. Fue muy bonito», rememoró la mujer, que aprovechó el día para enseñarle a su nieto, de solo seis meses, la primera nevada de su vida en la capital .

Alejandra tampoco había visto nunca la ciudad teñida de blanco. Frente al Palacio de Cristal, ella y sus padres observaban cómo los patos caminaban sobre el hielo que empezaba a cubrir el lago. «La anterior vez que nevó, yo estaba embarazada», contó Marta, echando la vista once años atrás. «Hemos visto la nieve cuando hemos ido a la Sierra, pero así en la capital hace mucho tiempo que no. Está precioso », dijo su marido.

El alcalde de Madrid pidió ayer a lo madrileños que minimicen los desplazamientos. «Van a ser condiciones de circulación y movilidad muy complicadas, la nevada va a poner en grandes dificultades a la ciudad », advirtió José Luis Martínez-Almeida. La alerta roja supone un « riesgo extremo » y se sentirá, sobre todo, en la zona metropolitana y del Henares, comarca de Las Vegas y áreas del sur y el oeste de la región.

Mientras una fina manta nívea cubría la capital , en las montañas más al norte aún no había caído un solo copo a lo largo de la mañana. Y el puerto de Navacerrada no estaba desierto, a pesar de que el Gobierno regional cerró los aparcamientos y accesos a las áreas recreativas en zonas forestales. Muchos madrugaron y enfilaron la sinuosa carretera entre blancos abetos para encontrarse los remontes inmóviles de la estación de esquí y las persianas bajadas de los locales.

« Solo alquilamos trineos », aseguraba ayer Simo, uno de los trabajadores de la única tienda de alquiler de material abierta. Durante varias horas tuvo que explicar a varios despistados que la estación no funcionaba por el temporal. « No sabíamos que estaba cerrada , en la página web ponía que estaba abierta», explicaban Arancha y Alicia, dos jóvenes madrugadoras, esquís en mano. «Ya que estamos aquí, nos quedamos. Cogemos un trineo y nos rebozamos un poco», decidieron.

Los trineos apañaron la jornada de las decenas de personas que quisieron disfrutar de la nieve ajenas a Filomena y sus restricciones. Aunque la Guardia Civil impidió el acceso a los aparcamientos de los puertos de Navacerrada y Cotos, un puñado de excursionistas estacionaron en los laterales de la carretera para deslizarse por la ladera antes de que arreciara la borrasca y el asfalto se mantenía limpio y sin hielo .

Algunas máquinas quitanieves, de las 57 movilizadas por la Consejería de Transportes –junto a 1.865 profesionales y 4.000 toneladas de sal–, aguardaban en varios puntos del trayecto de vuelta a Madrid que une Cotos, Rascafría y Lozoya. Pasado el mediodía, el tráfico era fluido en la A-1 y solo 30 kilómetros antes de la capital comenzó a ralentizarse, según se intensificaba la nevada. Si bien los copos caídos condicionaron la circulación en varias carreteras, apenas dos pequeños accidentes en la A-6 congestionaron el tránsito. El jueves, con el nivel 1 de alerta del Plan de Inclemencias Invernales activado, la región estaba preparada. Pero los próximos días Filomena pondrá a Madrid a prueba.