Irene Montero celebra la presentación de su libro arropada por cientos de personas y esquivando las amenazas de Desokupa

Aunque en esta ocasión la multitud que se agolpaba a las puertas del bar no lo hacía solo para ver a la eurodiputada de Podemos, sino que han acudido al llamamiento de sindicatos de la izquierda que pretendían evitar que el líder de Desokupa, Dani Esteve, reventara el acto, tal y como había asegurado este en redes sociales que haría.

Un acto que en principio no debería haber sido más que la presentación del libro que ha publicado Montero, titulado 'Algo habremos hecho', en el que la ministra reivindica su tiempo en la primera línea de la política, adquirió una importancia repentina cuando Esteve aseguró este jueves que iba a aparecer en la madrileña calle de Ave María, en Lavapiés, con «200» de sus adeptos.

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Sindicatos de la izquierda no tardaron en responder asegurando que también acudirían a la cita para evitar el boicot. «Allí estaremos, mañana (por este viernes) a las 18.00 para hacerles frente», aseguraron portavoces del Sindicato de Estudiantes en X (antiguo Twitter).

Tal era la expectación por lo que podía pasar que a las 17.00 de la tarde cientos de simpatizantes de Montero ya habían conseguido cortar la calle. Allí aguardaban los medios de comunicación y agentes de la Policía Nacional entre cánticos de los manifestantes «Irene, hermana, aquí está tu manada», coreaban al unísono.

Montero ha hecho de la necesidad virtud y el evento se ha convertido rápidamente en una manifestación al puro estilo Podemos. A las puertas de la taberna de Iglesias, la exministra ha clamado por la ilegalización de la empresa de Dani Esteve. «Son el brazo armado de la política fascista», ha asegurado Montero.

Antes de entrar en la taberna, Montero ha querido «reivindicar el esfuerzo antifascista del barrio de Lavapiés» por «frenar a estas bandas de neonazis», ha aseverado la exministra.

El acto ha transcurrido con toda la normalidad esperable, teniendo en cuenta que la amenaza de Esteve se ha quedado en eso, una amenaza. Pero incluso cuando la exministra se encontraba dentro de Garibaldi haciendo su presentación, los asistentes que se han quedado a las puertas del bar de Iglesias no se marchaban, «por lo que pueda pasar», aseguraban.