González Pons: «Todo el de Vox que quiera volver al PP va a tener las puertas abiertas»

-Menos de una semana para las elecciones. ¿Qué sería ahora un buen resultado para el PP?

-No es bueno establecer los resultados por números. El único objetivo que el PP puede proponerse ahora es gobernar en solitario. Y llamar a todos los votantes a un gobierno de reconciliación nacional.

-Este fin de semana se ha llegado a hablar de mayoría absoluta. ¿Esto es factible?

-Yo no veo la mayoría absoluta. Es más, yo estoy preocupado porque la división del voto de derechas acabe favoreciendo a Sánchez y a otro 'Frankenstein'. Estamos en el límite entre lo mejor y lo peor que le puede ocurrir a España. Puede ocurrir que haya una mayoría absoluta del PP porque la derecha no ha dividido su voto o puede ocurrir que lo divida y Sánchez tenga opciones.

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-Pero hay un electorado de Vox que no se siente representado por el PP.

-Si hay electores de Vox que se sienten tan identificados con Vox como para sostener su voto aunque con ello faciliten un gobierno de Sánchez, hacen bien en seguir votando a Vox. Pero los que piensan que lo más importante es que este país se libere de Sánchez y los 'Frankenstein', a esos les pido que den su voto al PP. Votar es un ejercicio idealista. Pero también es una prueba de realismo político. Si queremos ganar, concentremos los votos. Si no, a lo mejor ganamos, pero perdemos.

-Estando en Valencia, ¿a nivel nacional no se puede gobernar con Vox?

-De todas las opciones la forma más segura y la mejor es el gobierno del PP en solitario. Antes que arriesgarnos es preferible pedir el voto a los de Vox y conformar una mayoría que acabe con el sanchismo para siempre.

-¿No creen que una parte de la derecha puede estar molesta o desconcertada por esa apelación constante al PSOE? Si Sánchez es tan malo...

-Es que Sánchez no es el PSOE.

-Pero esas son las cartas con las que hay que jugar ahora mismo.

-Pero no es el PSOE. Y ganarle a Sánchez es liberar al PSOE de Sánchez. El PSOE es un partido de centro-izquierda con el que gobernamos en la UE, que en este momento se encuentra secuestrado por el sanchismo. Y muchos votantes socialistas saben ya que votar a Feijóo es liberarlo. A nuestro elector hay que explicarle que para ganar, además de concentrar voto de Vox, debemos recuperar voto del PSOE. Sin esos votos estamos muy lejos de una mayoría suficiente. La ideología es relevante. Pero demasiada ideología te aleja de poder formar una mayoría. Tienes que elegir entre ser mayoritario o fuertemente ideológico. Si quieres ser fuertemente ideológico, sabes que no gobernarás. Y nosotros lo que queremos es gobernar y expulsar a Sánchez. Por eso le pido a los votantes de Vox que esta vez voten con realismo.

-¿Pero el PP de quién tiene que estar más cerca? ¿Del PSOE o de Vox?

-Depende en qué. Y en para qué. Si hablamos de la UE, estamos más cerca del PSOE. Si hablamos de subir el sueldo a la Policía, la Guardia Civil y el Ejército o los funcionarios de prisiones, ese programa lo compartimos con Vox. Si hablamos de las autonomías, compartimos más con el PSOE. Si hablamos de la unidad de España y no ceder ni un milímetro, compartimos ese principio con Vox. El PP es un partido amplio. Y que tiene muchos límites con muchos partidos. Le hemos dado la Alcaldía de Vitoria y Barcelona al PSOE. Gobernamos con Vox en Comunidad Valenciana o Extremadura... somos un partido capaz de relacionarnos con todos.

-Pero ustedes hablan de mantener la ideología en un segundo plano. Hay gente a la que esto no le gusta.

-El PP es un partido democristiano. Por definición. Anclado en la tradición de la UE, con un fuerte componente liberal. Y en este momento somos la alternativa democrática al sanchismo. Hay momentos históricos en los que un país tiene que dejar un poco a un lado las ideologías para librarse de una marea tóxica que lo tiene atrapado. Y para librarse de ello, se sea socialdemócrata o ultraconservador, votar al PP es el mejor antídoto. Hay otros votos que al votante pueden dejarle más a gusto, pero no son ganadores. Y necesitamos ser ganadores.

-¿En la UE hay evolución en el entendimiento con Giorgia Meloni?

-En Europa vamos a seguir viendo un entendimiento con los socialdemócratas. A esa coalición están invitados todos los europeístas. El caso de Meloni puede provocarnos dos respuestas. O bien nos alejamos de ella o bien la atraemos al centro-derecha y aumentamos el espacio del europeísmo. Tanto Meloni como nosotros estamos en esa segunda vía. De hecho en el pacto de migración y asilo Vox, junto a Polonia y Hungría, ha votado en contra. Pero Meloni, junto a la inmensa mayoría de Gobiernos de Europa, ha votado a favor. Prefiero desgastarme acercando a Meloni al centro que rechazarla y ampliar el espacio del antieuropeísmo.

-¿Y eso no valdría a nivel doméstico para su relación con Vox?

-Vox tiene dos almas. Hay un alma conservadora que una vez perteneció al PP y compartió principios y valores. Y que tiene para siempre abiertas las puertas del PP. Y hay un alma fortísimamente ideologizada que quiere que el PP pierda porque se sienten más cómodos en la oposición al sanchismo que con un PP en el Gobierno. Todo el Vox que quiera volver al PP va a tener las puertas siempre abiertas. A muchos dirigentes de Vox, empezando por el máximo, seguimos considerándolos compañeros nuestros.

-¿Qué papel puede jugar el PSOE tras el 23J?

-Sánchez arrastra al PSOE a una crisis interna que se va a parecer mucho a la del PASOK griego, la del Partido Socialista italiano o la del francés. Una crisis de identidad y de liderazgo. Está por ver que sea capaz de sobreponerse.

-Oiga, ¿y si es Sumar quien se abstiene?

-Esto es algo que los verdes europeos harían. Y son más constructivos que los propios socialistas. Si Yolanda Díaz quiere construir un verdadero partido verde, le aconsejaría que negociase programa por abstención. Una Yolanda Díaz capaz de abstenerse en la investidura de Feijóo es una Yolanda Díaz capaz de sustituir a Sánchez en el liderazgo de la izquierda.

-¿Qué pasará con Carles Puigdemont?

-Con Pedro Sánchez, el indulto. Con Alberto Núñez Feijóo, la cárcel. El TJUE resolverá sobre su recurso antes de Navidad. A no ser que Llarena reactive la euroorden, a lo más tardar en marzo debería estar aquí para ser juzgado si es que no se fuga.