La gestión de las federaciones territoriales, el otro talón de Aquiles de Santos Cerdán
El secretario de Organización del PSOE acumula descontentos territoriales
Sánchez y el Gobierno arropan a Cerdán: «Es fundamental»
Madrid
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Iniciar sesiónPocos casos recientes existen en España de un dirigente que haya pasado en poco tiempo de ser prácticamente ignoto para la opinión pública a copar portadas. El nombre de Santos Cerdán León (Milagros, Navarra, 1969) casi no decía nada a un español medio, incluso ... bien informado, hace apenas dos o tres años. Ahora son muchísimos menos los que ignoran su figura, su trayectoria reciente y su súbita preocupación por las obras públicas que se ejecutan en su Navarra natal. Hasta este mismo mes de mayo no había impulsado como diputado pregunta escrita alguna o iniciativa sobre este particular, pero de golpe y porrazo este mes ha presentado unas cuantas. Y el martes pasado, en medio de un clima de especulaciones e informaciones sobre un eventual informe en su contra de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, la UCO, se detuvo ante los medios de comunicación en el Congreso para proclamar ese interés por la obra pública de su tierra como algo normal. Muchos han visto ambos movimientos como una maniobra para curarse en salud.
Sin embargo, y de manera algo taimada, el número tres socialista aparece lastrado por otro talón de Aquiles, que no es otro que el de su propia gestión de las federaciones autonómicas del partido, discutida desde hace tiempo por propios y extraños. Solo el poder en el Gobierno que ostenta la formación –el mejor de los pegamentos para cualquier organización– ha logrado evitar que llegue a desbordarse del todo, según los testimonios consultados. Pese a todo, sigue contando de momento con el apoyo de Pedro Sánchez, aun cuando el presidente no ha sido excesivamente expansivo en sus declaraciones al respecto.
Cerdán, uno de los escasos dirigentes que apoyó siempre a Sánchez dentro del partido, incluso tras su caída en desgracia en 2016, cuando dimitió de todos sus cargos para volver un año después a la secretaría general, se integró entonces como número dos de José Luis Ábalos en la Ejecutiva Federal del PSOE, hasta que en 2021, cesado ya su jefe como ministro, se convirtió en secretario de Organización.
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Llegó así al culmen de su carrera política. Pero tampoco su desempeño entonces sobresalía mediáticamente, cuando en Ferraz aún tenía mando en plaza como vicesecretaria general Adriana Lastra. En 2022 Lastra, con la que mantenía guerra soterrada pero apenas disimulada, abandonó la primera línea y su cargo lo ocupó la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, demasiado ocupada en las tareas del Gobierno como para hacerle sombra. Poco a poco Cerdán fue ganando peso en la cúpula socialista, hasta que Sánchez le eligió para negociar por primera vez oficialmente en nombre del partido con Carles Puigdemont fuera de España.
Ahora, y desde hace tiempo, su futuro político aparece en entredicho. Antes del Congreso Federal que los socialistas celebraron el pasado noviembre en Sevilla, se especuló sobre su continuidad, pero Sánchez le ratificó en el cargo. «Por Santi pongo la mano en el fuego, sin duda», afirman, palabra arriba o abajo, los que le han conocido de cerca. Entre sus defensores más acérrimos se encuentran el ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, con quien ha fraguado una intensa relación, pues no en vano ambos comparten en estos años el papel de interlocutores de Junts.
«Abalos ha tenido una conducta inadecuada, pero conocía y gestionaba mejor el partido», lamentan desde algunos territorios
Pero las dudas sobre Cerdán no afectan sólo a su conducta personal, sino a su desempeño como mandamás del aparato socialista. Ya en la víspera del cónclave de final de 2024 en la ciudad hispalense empezaron a aparecer serias enmiendas a su gestión, que no se han apagado. Una dirigente que ha tenido importantes responsabilidades en el partido, y de cuya lealtad a Sánchez durante toda su etapa como secretario general no hay duda alguna, afirma reveladoramente que «Ábalos es alguien cuya conducta inadecuada ha quedado al descubierto, pero como secretario de Organización al menos conocía al partido, a la gente de los territorios, y dialogaba con ellos. Ahora con Cerdán se entra como elefante en cacharrería».
La herida de las listas del 23
De fondo, hay una herida que aún hoy supura, si bien pronto quedó disimulada por el resultado electoral de las elecciones generales de julio de 2023, cuando Sánchez logró in extremis revalidar su mayoría para seguir gobernando. Y no es otra que la elaboración de las listas para aquellos comicios sin atender a los criterios del territorio votados por los órganos internos, que en caso de una derrota electoral, la que muchas encuestas vaticinaron, hubiera provocado una revuelta de mayor envergadura. Singularmente en Castilla y León, e incluso más en particular en la provincia de Valladolid, donde lidera el partido el hoy ministro Óscar Puente, o en Ávila. El entonces líder autonómico, Luis Tudanca, manifestó sentirse «enormemente decepcionado». Las pasadas navidades renunció a la reelección tras haber denunciado, precisamente en vísperas del citado Congreso de Sevilla, prácticas «tóxicas» por parte de Cerdán. Algunos dirigentes de la misma región oscilan hoy entre el arrinconamiento o ya no están en la política activa, como el expresidente del Senado Ander Gil, que anunció el fin de su carrera el pasado mes de abril.
Otro notorio caído en desgracia es el aún senador Juan Lobato, si bien su dimisión el pasado noviembre como líder del PSOE en Madrid tuvo otra derivada, tras la exclusiva de ABC que desveló cómo había llevado a un notario sus mensajes sobre el documento filtrado del novio de Isabel Díaz Ayuso con Pilar Sánchez Acera, antigua mano derecha de Óscar López en la etapa del hoy ministro (y sucesor de Lobato como líder de los socialistas madrileños) como jefe de Gabinete del presidente del Gobierno.
La elaboración de las listas para las generales de julio de 2023 abrió una herida que aún hoy supura
El caso de Cerdán en lo referente a su comportamiento orgánico, incluso sotto voce, trae a la memoria a algunos lo sucedido hace tres años en el PP con su homólogo Teodoro García Egea, cuya relación con los distintos líderes territoriales terminó por arruinar su carrera, y la de su jefe de filas. El paralelismo no es exacto, empezando, como precisan las fuentes de distintos territorios, por el hecho de que el PSOE tiene Moncloa y eso une, y mucho, mientras que el PP estaba y está en la oposición. Pero los descontentos generalizados con un directivo no suelen terminar bien. El tiempo lo dirá.
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