Génova da orden de volcarse en Castilla y León: «No demos nada por hecho»

Aunque el mandato llegó en el congreso nacional de julio –por eso Feijóo puso a Miguel Tellado al frente de la secretaría general, para 'electoralizar' el partido como si pudiera haber unas generales en cualquier momento– el ciclo electoral arrancará en Castilla y León, y seguirá en Andalucía prácticamente dos meses después. En ambas citas el PP necesita victorias muy claras que consoliden la sensación de legislatura agotada para el Gobierno. No hay margen para resbalones.

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Por eso la reacción del PP a nivel nacional fue contundente ante los devastadores fuegos que afectaron a Castilla y León, también a Galicia, Extremadura y Andalucía, en la etapa final del verano. Feijóo se desplazó por los territorios y anunció –lo hizo él directamente– un plan integral contra los incendios que tendrá continuidad en los próximos meses, también en el Congreso con iniciativas legislativas. Una actitud a la ofensiva, con propuestas propias y atacando al Gobierno por su inacción –«ya está bien de ponerse de perfil», le diría a Sánchez días después– que trataba de paliar las críticas hacia los presidentes autonómicos del PP. Pero en la dirección nacional conservadora lo que había era un fuerte temor a cualquier paralelismo con la gestión de la dana del pasado octubre en la Comunidad Valenciana, teniendo en cuenta el desgaste que ha implicado para las siglas –no ya pensando en las encuestas, donde se mantienen, sino en términos reputacionales– y la situación interna tan complicada para el partido en esa comunidad desde aquel momento.

El mensaje de la cúpula del PP a las comunidades afectadas fue que aquello no podía repetirse y la exigencia de reaccionar cuanto antes. Y, sobre todo, como también hizo Galicia desde el primer momento, agilizar al máximo las ayudas a los afectados. La Junta de Castilla y León se volcará en ese sentido. La diferencia con el resto de territorios atacados por el fuego es que en esta autonomía habrá unas elecciones dentro de poco. Es la primera de la fila. Según los cálculos del Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco, en el mes de agosto ardieron 141.131 hectáreas de terreno. El punto más crítico sigue mirando a León, la provincia más difícil para el PP y en la que peores expectativas tenía. Ahora podrían agravarse. Se da la circunstancia además de que el control del partido en esa provincia está en manos de Juan Carlos Suárez-Quiñones, consejero de Medio Ambiente y en la diana de las principales críticas por los incendios. Su predecesora, Ester Muñoz, abandonó la presidencia del partido en León el pasado julio cuando fue nombrada portavoz en el Congreso.

El «consuelo» dentro del PP, según varios dirigentes, es la situación «tan crítica» en la que se encuentra el PSOE, no solo a nivel autonómico, sino en esa provincia específicamente. Lo más probable, asumen, es que Unión del Pueblo Leonés (UPL) se vea beneficiada por lo ocurrido.

En todo caso, Génova ya ha pedido «movilización total» mirando muy específicamente a los alcaldes castellano y leoneses. Las elecciones del próximo año –como ya ocurrió en 2022– son solo autonómicas. La preocupación, lo fue entonces también, es que los cargos se relajen al no estar sometidos a la presión de sus elecciones municipales. Hace cuatro años el PP de Castilla y León ya sufrió más de la cuenta. El adelanto electoral –justificado en que Ciudadanos podía estar planeando una moción de censura– acabó en una noche de muchos sustos tras una campaña electoral que se fue complicando por momentos y que tuvo un momento álgido en Madrid con la polémica votación de la reforma laboral en el Congreso. Un error del PP permitió al Gobierno sacarla adelante.

Los datos muestran que unas elecciones autonómicas solas, sin el empuje de otras citas, siempre son más complicadas para el PP en este territorio. En las de 2022 los populares alcanzaron un 31,4% del voto. En las municipales de 2023, sin embargo, rozaron el 40%. En las generales, dos meses más tarde, llegaron a superar el 41% y en las europeas del pasado año los sufragios alcanzaron el 44% en toda la comunidad autónoma.