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El Garabato del torreón

Sánchez se despide de Galicia

La representación gallega en la cúpula del PSOE es insignificante

Juan Soto

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Parirán los montes y nacerá un ridículo ratón', dijo Esopo y luego Horacio y después Samaniego. Así o aproximadamente. Viene a cuento arranque tan clásico porque los resultados del reciente comité federal del PSOE han servido para confirmar definitivamente algo que algunos veníamos sospechando desde ... hace tiempo. En gesto que le honra, Sánchez reconoce que, al menos a medio plazo, Galicia es políticamente inalcanzable para su partido. Esa resignación ante lo que parece un ineluctable encadenamiento de derrotas electorales se advierte con toda nitidez en un dato claramente expresivo: el señor Besteiro, secretario general de la franquicia sanchista en Galicia, se ha quedado fuera de la nueva Ejecutiva. Más todavía: la representación gallega en la cúpula del partido sanchista es insignificante y completamente subalterna. Cuatro nombres, tan solo, cuatro chirigotas sacadas de debajo de la alfombra. El lector medianamente enterado comprenderá que el hecho de colar en la ensalada de las vocalías al ocurrente alcalde de Vigo o al inoperante senador César Mogo constituye un detalle pintoresco, pero nada más. De las otras dos incrustaciones gallegas (gallegas sólo de partida de nacimiento) en la nueva Ejecutiva sanchista se puede decir que reafirman la caída en picado de un partido que aquí siempre se movió entre la nada y el casi nada.

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