El último candidato de Vox en Galicia rompe el carné del partido entre críticas a Abascal

Después de explicárselo al nuevo secretario general de Vox, Ignacio Garriga, a quien dejó claro, según relató a este diario, que su corazón «sigue siendo verde» —en alusión al color corporativo del partido—, Morado se decidió por las redes sociales para anunciar una decisión que hacía tiempo que tenía «muy meditada». De forma un tanto enigmática, quien había liderado el partido de Abascal en la provincia de La Coruña aseguraba que su decisión no sorprendería «a aquellos que saben qué es lo que ha pasado en los dos últimos años en Galicia».

Preguntado por este diario sobre qué es eso que ha pasado en la Comunidad en este periodo, Morado lo resumió con una palabra clara y contundente: «Nada». Y lo desarrolla: «En Galicia no ha sucedido nada con respecto al partido en los últimos años». La dirección de Vox, según su versión, no se preocupó en dotar de músculo a la formación en tierras gallegas. Y lamenta que el partido no haya intentado que su proyecto avance de la misma forma en todas las comunidades autónomas y provincias: «En otras se mueve con actividades, reuniones de afiliados, actividad en la calle (...) busquen algo así en mi provincia», ahonda el excandidato autonómico del partido en la mencionada publicación.

En una conversación con ABC, Morado dice no saber si esa falta de apoyo de la dirección de Vox al partido en Galicia se debe a las dificultades de la formación para hacerse un hueco entre el electorado —no tienen concejal alguno en ninguno de los 313 ayuntamientos de la Comunidad— o simplemente a la falta de confianza directa hacia su persona: «No lo sé, lo que está claro es que no tengo el apoyo del partido». Sea por un motivo u otro, el desinterés de la dirección es evidente cuando Morado explica a este diario que intentó infructuosamente ponerse en contacto con Santiago Abascal: «No recibí respuesta», lamenta el excandidato de Vox a la Xunta, que no ostentaba cargo alguno en la estructura del partido.

Pero en esa publicación de este martes, que, según asegura a ABC, ha tenido «mucha más trascendencia de la que esperaba», Morado lanza alguna puya más a la formación. Sostiene que Vox, en este tiempo, ha confundido los términos de «lealtad» y «sumisión». «Lealtad es decirle a tu jefe lo que está haciendo mal y lealtad de tu jefe es que no te castigue por ello y todo lo demás es sumisión y ese no soy yo», ahonda.

Más críticas a su ya expartido en ese audio colgado este martes en las redes sociales: los «golpes de pecho y demostraciones de fuerza» no valen porque «a los acólitos ya no hay que convencerles y a los que no están convencidos eso no les sirve de mucho». Morado aclara a este diario que se refería a iniciativas como el 'Viva 22', el acto multitudinario que los de Abascal organizaron en la antesala del Día de la Hispanidad. «Los que asisten —a esos actos— ya van convencidos de casa», remacha el excandidato.

Morado ha recibido el apoyo, también a través de la redes sociales, de Macarena Olona. «Levantarte, luchar, encajar golpes. Pero arriba de nuevo. Fuerza y honor, Ricardo», escribió en Twitter la exdiputada de Vox. Preguntado por ello, Morado aseguró que no había leído ese mensaje de apoyo de Olona, que también dejó Vox antes del verano.