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La dirigente nacionalista, el pasado viernes en el Parlamento de Galicia MIGUEL MUÑIZ
José Luis Jiménez

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La anterior entrevista con Ana Pontón en ABC fuera de un contexto electoral se produjo hace cinco años. De entonces a ahora, el BNG ha pasado de ser un barco a la deriva en mitad de una galerna a convertirse en la segunda fuerza política del Parlamento, un ascenso sacudido por el anuncio de la portavoz de meditar antes de anunciar si aspira (o no) a la reelección.

¿Cómo va la reflexión interna?

Muy bien, gracias por la pregunta. Reflexionar es un acto de fortaleza y necesario para afrontar un ciclo tan distinto como en el que está ahora el nacionalismo. Hace cinco años, en una situación muy diferente, me pensé mucho ser portavoz nacional. No fue una decisión tomada a la ligera ni fácil. Es un ciclo distinto, pero esa misma reflexión es necesaria. El reto que tenemos es inmenso: que por primera vez este país tenga una presidencia del BNG . Algo así no se puede tomar a la ligera. Soy una persona que medita mucho lo que hace.

¿Podemos apostar que se va a presentar?

Podemos apostar es que voy a hacer lo mejor para el BNG y pensando en el interés de los gallegos y gallegas.

Empieza a parecerse a Feijóo, que también entró en un proceso parecido antes de presentarse por tercera vez a las elecciones.

-A ver si el próximo parecido es que hay una presidencia de la Xunta del BNG…

Desde fuera es llamativo. Nadie pone en cuestión su liderazgo y desde que llegó el BNG no hace más que crecer, hasta el punto de alcanzar su techo histórico. ¿Y aun así tiene que pensárselo?

Aunque esto pueda llamar la atención, es la manera que tengo de entender la política. En la vida no hay que dar nada por hecho. Tenemos que hacer una reflexión de calado, una parte colectiva y otra también individual. Dentro de esa reflexión, quiero testar con la militancia y el entorno si hay la convicción de que la mejor persona para afrontar ese reto soy yo. Lo hago desde la humildad. Quizás no es lo más habitual pero debe ser lo más normal. La inercia, el triunfalismo, no van conmigo. En unas circunstancias tan distintas, el BNG debe hacer una reflexión a fondo . No nos conformamos con liderar la oposición, sino Galicia. Eso requiere poner toda la inteligencia colectiva y no dormirse en los laureles.

Parece que el BNG ha dejado atrás el recuerdo de Amio. ¿Es tiempo de perdonar a los que se fueron? ¿Y de readmitirlos?

Nosotros abrimos una etapa. Estamos en un nuevo ciclo. Hay un BNG que no tiene nada que ver con dinámicas del pasado . Recogemos a mucha gente que no militó en política, más de mil personas en los últimos tiempos. Hay una vitalidad, una pulsión en el país que quiere construir una Galicia diferente a la que nos está dejando el PP. Representamos una Galicia con orgullo de ser lo que es, que apuesta por la innovación, por lo verde, con una nueva generación dirigiendo el BNG que da resultados. No miramos para atrás, sino hacia adelante. Quien comparta esto tiene las puertas abiertas.

Repite el propósito de que el Bloque es la alternativa de gobierno en Galicia. ¿Pero lo ve factible solo con el voto del electorado nacionalista?

Nosotros recogemos a una mayoría social cansada de a dónde están conduciendo a Galicia estos últimos doce años de gobiernos de la derecha y quieren una alternativa de futuro. Tenemos el BNG más transversal de la historia, ensanchamos la base social . Esa es la fortaleza para poder constituirnos como alternativa. Aquí o está el BNG, un proyecto con las manos libres para cambiar la dinámica de estos años, o un PP que no es capaz de afrontar los problemas de una Galicia que va a menos.

Pontón, durante la conversación con ABC M. MUÑIZ

Son socios del Gobierno de Pedro Sánchez. Le apoyaron en la investidura. ¿Se sienten escuchados por el Ejecutivo?

Nosotros hicimos lo que cualquier fuerza seria: cuando fuimos decisivos, pusimos por delante los intereses de Galicia y firmamos un acuerdo de investidura que era un cambio sustancial, conseguir que se apliquen rebajas en la AP-9. Antes solo teníamos subidas y ampliaciones de la concesión. Es un símbolo de lo que puede hacer el nacionalismo por Galicia. También es cierto que necesitamos tener más peso. Vamos a seguir poniendo por delante los intereses de Galicia. Si el señor Sánchez quiere cambiar la discriminación por un trato justo, va a tener la mano tendida de BNG. Si vamos a ver la repetición de la discriminación, nos tendrán enfrente.

Ampliar base electoral. En elecciones le escuchamos apelar a los «galleguistas». El PP utiliza esa misma expresión.

Yo apelo a todas las personas que llevan a Galicia en la cabeza y el corazón. Hay formas distintas de sentir el país. Tenemos que ser sensibles con todas esas maneras. Tenemos un trabajo muy importante que hacer para ensanchar esa base y reilusionar a muchas personas con que es posible gobernar Galicia de un modo diferente. Y darle oportunidades a los jóvenes, que se nos van generación tras generación. Hay una parte del electorado que no somos capaces de movilizar en las autonómicas. Tenemos un gran reto para hacerlo y ofrecer un proyecto de futuro que tensione y movilice.

Hay un votante regionalista conservador fidelizado por el centro-derecha. ¿Qué le hace pensar que va a virar a un nacionalismo de izquierdas como el que plantea el Bloque?

Tenemos capacidad para que todas esas personas que se sienten gallegas vean que somos la mejor alternativa para que este país tenga futuro. Hay una decepción con lo que pasa en estos años. Estamos en un momento de cambio de ciclo, donde Galicia se juega mucho y va a quedar en evidencia que Feijóo no tiene proyecto de país. Estos doce años no hizo nada en positivo. Tenemos capacidad para llegar a sectores muy diversos. En muchos de esos segmentos están mirando al BNG como alternativa.

Dentro de ese votante que quieren captar está un elector moderado. ¿Puede ser moderado el BNG?

Lo que tenemos que ser es útiles para Galicia. A veces entramos en unos clichés y etiquetas que no funcionan para entender lo que pasa en la política. ¿Es moderado no pedir una tarifa eléctrica para Galicia? No lo sé, lo que creo es que es justo. ¿Es importante que podamos gestionar nuestros puertos y aeropuertos? Sí, porque hoy solo hay dos políticas aeroportuarias en el Estado, el Prat y Barajas. Y vamos a defender la sanidad y los servicios públicos y sacar el beneficio privado de la atención a las personas mayores.

¿Es moderado defender el derecho de la autodeterminación y un referéndum de independencia? ¿O esto ya no está en la agenda del Bloque?

Siempre fui muy clara respecto a lo que significa el BNG. Los gallegos tienen derecho a poder decidir su futuro. Pero quizás en la agenda, lo que primero tenemos que poner es un referéndum para decidir si quieren una tarifa eléctrica propia que nos abarate el precio de la luz. O podíamos hacer otro si se quieren revertir doce años de recortes en la sanidad pública, que han llevado a algo inédito, 21 días de espera en atención primaria.

¿Se han vuelto pragmáticos, como Esquerra?

En la vida hay que tener un equilibrio entre nuestros principios políticos, que es importante tenerlos claros, y la capacidad para llevar adelante las propuestas que se formulan. Para mí es un elemento central del BNG desde siempre.

¿Es moderado ir en unas listas electorales con Esquerra y Bildu?

Lo que no es moderado es pactar con Vox , que es la ultraderecha racista, machista y antigallega que es con la que está pactando el PP. El BNG si algo representa es un proyecto centrado en este país. Vamos a hablar con otras fuerzas nacionalistas. En estos últimos procesos electorales en que concurrimos en coaliciones para que Galicia tuviera voz en Europa, el BNG mejoró resultados. Si el PP quiere seguir atacándonos con eso, que siga. Cada vez que lo hace, mejoramos.

Por cierto, ¿prohibiría usted los homenajes a Henri Parot?

Hay que tener una política muy sensible. El BNG siempre condenó toda la violencia, incluida la de ETA. Seguir utilizando esto como elemento de confrontación política diez años después de su desaparición por parte del PP, da la sensación que echan de menos su existencia. Decir esto es muy duro. Habría que aplicar una política en la que dejemos atrás lo que eso significó, que se reconozca la violencia de ambos bandos y que no se hagan a lo mejor actuaciones que hieran a nadie.

¿Es moderado pedir una escuela pública que orille a la lengua oficial de todo el Estado y promueva una inmersión casi total en gallego?

¿Es moderado excluir el gallego en Galicia? Es lo que hace el PP. Aquí se quiere invertir la realidad. No puedo aceptar eso. Si en Galicia hay una lengua atacada es la gallega. Estamos viendo las consecuencias del decreto: hay muchos niños que salen de la escuela sin conocer el gallego. Eso va en contra de la legislación vigente. Feijóo fue un abanderado del pin parental en contra del gallego, que se lo tumbaron los tribunales por ilegales. Me parece perverso y muy autoritario que no se acepte que el gallego existe y tiene derecho a desarrollarse con normalidad. Una persona que venga a Galicia podrá comprobar que puede desarrollar con total normalidad su vida en castellano . Y sin embargo, no pasa con el gallego. Y detrás hay una visión donde no se acepta que existan otras lenguas. Yo no hablo gallego para molestar a nadie sino porque es la lengua del país en que nací. Es una riqueza y un valor. Hay que defenderlo con normalidad.

¿Es moderado oponerse a que se le dedique una sala del Parlamento al primer presidente de la Galicia autonómica?

Cuando estamos hablando de que tenemos una legislación que camina para que se reconozca qué significó el franquismo, ponerle una sala a alguien que tuvo un vínculo tan claro, quien no es moderado es quien lo propone, porque intenta blanquear lo que significa el franquismo . No podemos hacerlo por respeto a las víctimas.

O sea, que una sala a Manuel Fraga tampoco

Pues tampoco lo veo. La historia está ahí para situar a cada quien.

¿Hasta dónde y hasta cuándo alcanza el revisionismo histórico?

Los votos no tapan el pasado de una persona que se vincula con el franquismo y que formó parte de Consejos de Ministros donde se firmaron sentencias de muerte. En España hubo una transición que algunos sacralizan, pero no es un ejemplo. La impunidad del franquismo es una anomalía democrática.

¿No le parece que el nacionalismo aplica un reduccionismo un tanto simple de identificar 'España' con 'Madrid'? ¿No cree que hay más territorios que se sientan parte de España más allá de la capital?

Estamos viendo un proceso de recentralización en el que el proyecto político de Madrid sustituye a cualquier otro. Se habla mucho últimamente de la ‘España vaciada’, que se explica por el hipercentralismo madrileño que se está produciendo, y afecta a la esfera política, económica y mediática. El ‘madridcentrismo’ es uno de los problemas del Estado, y también para Galicia . La concentración de que todo tenga que pasar por Madrid va en contra de nuestros intereses. Se va a convertir en un problema político para los que defienden la viabilidad del Estado español tal y como está en este momento, porque solo genera rechazo. Están incrementándose la desigualdad y la asimetría entre territorios.

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