Julio García Comesaña: «Sin certificado Covid, como mínimo, tendremos que ajustar los aforos»

El TSXG ha rechazado autorizar el requerimiento del certificado Covid para el interior de hostelería y ocio nocturno, cuando la semana pasada sí lo validó. ¿Cómo encajan este cambio de criterio? ¿Lo esperaban?

En realidad, no hay cambio de criterio, porque no lo solicitamos, entendiendo que la entrada en hostelería no era un derecho fundamental. Lo cierto es que la decisión de solicitar el certificado de vacunación en hostelería fue lo que nos permitió dejar abiertos los interiores de los bares y restaurantes, o el ocio nocturno que en otras comunidades ha permanecido cerrado. Ahora, como mínimo, tenemos que ajustar los aforos o la propia apertura de los locales como hacíamos antes de considerar el certificado. Fue, incluso, una decisión consensuada con la Federación Gallega de Hostelería. ¿Para qué sirve, sino, el certificado de vacunación más allá de los viajes internacionales?

El «plan B» contempla introducir cierres en interiores, pero no entra en vigor hasta el martes. ¿Preocupa lo que pueda suceder en este puente festivo?

Preocupa, sí. Ya preocupaba antes de la decisión del TSXG y ahora, más, pero confiamos en el buen hacer de los gallegos, la prudencia es fundamental porque la incidencia acumulada sigue siendo muy alta, sobre todo en algunos concellos.

¿El comité del próximo martes puede endurecer las restricciones?

El comité se reunirá el miércoles. Analizaremos la situación, pero insisto, hay que doblegar esta nueva ola y seguir vacunando. Ojalá tuviéramos más vacunas. El certificado, reflejando los excelentes datos de la vacunación en Galicia, junto con todo el esfuerzo diagnóstico hecho en estas últimas semanas —puntos móviles de antígenos, test en farmacias con certificado— permitió, además de detectar casos positivos y que los aisláramos, que sobre todo la hostelería tuviese el nivel de apertura que ha tenido. Esa posibilidad ya no la tenemos y por lo tanto tendremos que explorar otras, y por supuesto, volver a ajustar los aforos que el certificado permitió ajustar manteniendo un alto nivel de seguridad.

¿Entiende los recelos del Ministerio con el pasaporte Covid cuando está plenamente implantado en países como Francia o Italia?

Francamente, no. Llevo muchos consejos interterritoriales pidiéndole al Ministerio que trabaje con la hipótesis de usar más el certificado. El miércoles, cuando nos dijeron que España lleva 17 millones expedidos, le pregunté a la ministra para qué servían además de para viajar. Y me dijo que están pensados para eso. Me parece una lástima, una pérdida de oportunidad para hacer más seguros algunos entornos. El certificado no garantiza al 100% que no va a haber contagios, pero es evidente que cambia las condiciones. El tiempo nos dará la razón. España llegará tarde.

Esta semana habló de un reparto «injusto» de vacunas. Pero Galicia es una de las CC.AA. que más viales recibe por persona. ¿A qué se refería?

Somos conocedores, faltaría más, de las dosis que recibimos. Al principio, cuando se vacunaba las residencias y Galicia no recibía en la proporción que tenía de gente mayor, nos quejamos, y empezaron a llegar las dosis en proporción. Hace unas semanas se nos dijo que habría un exceso de dosis de Moderna y que Galicia no recibiría. Lo aceptamos y solo pedimos el criterio de reparto. Ahora, con Pfizer, hemos dicho que estamos decepcionados. Aceptando el ajuste y que somos solidarios, el ajuste debe ser a la comunidad que más dosis ha recibido. Es lo que pedimos. Hay otros elementos a la hora de ajustar, como el número de positivos de cada comunidad autónoma. A día de hoy, según la estrategia nacional de vacunación, un positivo solo necesita una dosis, no las dos. Las comunidades con más positivos necesitan menos dosis. Pedimos que ese ajuste sea conocido, informado y consensuado. Ninguna de esas tres cosas. Los aspectos de información y cogobernanza brillan por su ausencia.

¿Se puede hablar de discrecionalidad en el reparto?

Yo confío en que no. Lo que se puede hablar es de no información y de falta de transparencia en el ajuste. Entiendo que el Ministerio tendrá un criterio, pero no lo conocemos. Es una decepción que de 3,4 millones de vacunas que recibe España por poner bien las vacunas, cuando quienes las ponemos somos las CC.AA., algunas no veamos ni una dosis. El miércoles nos dijeron que probablemente habrá un excedente de Moderna, del que Galicia tampoco recibirá ninguna.

¿Ha peligrado el suministro de segundas dosis por incumplimientos del Gobierno en el envío de vacunas?

Hemos pasado momentos complicados con las segundas dosis de Moderna. En alguna ocasión hemos estado a punto de descitar a 15.000 personas porque las dosis anunciadas, entiendo que por la compañía, no llegaban. Aquí el Gobierno no pone vacunas, se las pide a la UE. En esa labor hemos tenido momentos complicados con Moderna, y en AstraZeneca en algún momento.

Tercera dosis. ¿Dónde está Galicia en este debate?

Estamos con la evidencia científica. Es momento de tener evidencia para tomar una decisión tan importante como esta. Poner una tercera dosis a unos ciudadanos significa no poner primera o segunda a otros, en este u otros países. Y está por ver que esa tercera dosis aporte un extra de inmunización. Es un debate que debe hacerse con mucha información científica. Y si no la hay, estamos a tiempo de crearla. Nos preocupa la parte logística. Si hubiera que ponerla, coincidiría con la vacunación de la gripe. Hay que plantearse cómo abordarlo.

El balance de contagios parece que empieza a remitir. ¿Les llegó a preocupar esta nueva ola de la pandemia?

Sí, porque además incidía en un sector de población que estaba sin ninguna dosis. Galicia ha vacunado estrictamente por edad, fuimos muy escrupulosos salvo en casos de profesiones esenciales. Creemos que es lo correcto: proteger a las personas de mayor riesgo, y eso estaba asociado a la edad. Esta ola nos coincide con población con poquita dosis, se produce una movilidad excepcional. Aunque los efectos sobre la población fueron menores, y fruto de ello Galicia ajustó sus niveles de incidencia a la hospitalización, tener un solo paciente en críticos nos preocupa. Creemos que debemos estar rozando el valor máximo, pero ese día no llega.

El virus ha vuelto a entrar en las residencias. ¿Cabe esperar la letalidad de olas anteriores?

Las experiencias hasta ahora nos indican que esa letalidad no se produce, toda vez que el 100% de residentes y trabajadores están vacunados. Aunque hay contagios no se producen esas mortalidades. Estamos observantes. Hemos retomado cribados cada 15 días a residentes y también a trabajadores. Es un ámbito que nos preocupa.

Siendo realista con la llegada de viales, ¿cuál es el cálculo de la Xunta? ¿Hasta qué edad se podrá vacunar antes del arranque del curso con el flujo actual?

Manejamos las dosis que teníamos inicialmente previstas: 97.000 vacunas semanales. Nos ceñimos a eso. Estamos ajustando para ver si llegamos al inicio del curso con los de 12 años vacunados. Vamos a trabajar duramente para que sea así pero a día de hoy no tenemos la certeza. Si llegamos, estaremos muy justos porque no tenemos más vacunas.

¿Puede vacunar Galicia a los jóvenes de 12 a 15 años? Hay comunidades que ya han empezado precisamente con esas franjas.

Nosotros no lo hemos planteado hasta ahora, porque entre los que citamos por SMS y la autocita, llenamos los huecos. Estos días vimos que hay comunidades que abren hasta los 12 años porque, con lo que tienen abierto, no llenan huecos. No tenemos ese problema. En Galicia abrimos huecos y nos pasa lo de 1,6 millones de solicitudes en dos horas. Eso es positivo. Nos interesa vacunar a los niños de hasta 12 años, con la perspectiva del curso escolar. Haremos lo posible para que se vacunen cuanto antes. Pero las vacunas que tenemos nos dan para llegar al rango de los 16 años, por lo menos la próxima semana.

Algunos expertos hablan ya de la sexta ola de los niños de cara al otoño, ¿lo contemplan?

Es una posibilidad que está encima de la mesa y nos preocupa. Trabajamos para que no se dé. Queremos vacunar a los niños de más de 12 años. Hacemos las cuentas para llegar. Y nos preocupan los de menos de 12. No hay vacuna y la situación es problemática. El virus se desplaza hacia poblaciones sin vacunar. En la Interterritorial planteé ese punto, lo que se me dijo es que ya hay un documento para la vuelta al curso escolar y no se va a dedicar nada. El comité clínico trabaja en un documento para tratar a esta población específica. Si bien hay que decir que el modelo de funcionamiento de los centros educativos en el curso anterior fue modélico. Es positivo recuperar ese modelo.

¿Se plantean la vacunación obligatoria para docentes, como disponen algunos países?

En Galicia hicimos una ley de pandemias, al no hacerla el Estado, para que si se determinara que la vacunación fuera obligatoria, nuestra legislación lo contemplase. Nunca fue intención de Galicia introducir la vacunación obligatoria. Pero este es un debate que hay que tener. Galicia lo puso encima de la mesa cuando empezamos a vacunar en la primera residencia, donde un trabajador no quiso vacunarse. Durante un tiempo hubo un número de sanitarios y trabajadores de residencias que no quiso vacunarse, aunque ha ido bajando. En el Consejo, alguna comunidad insistió en esta cuestión y la respuesta del Ministerio ha sido hacerle más pruebas y/o trasladarlo. Hay centros de mayores que no tienen la opción de trasladarle a un sitio diferente. ¿Dónde trasladamos a un profesor o a un técnico de cuidados de geriatría?

En una clase con todos los alumnos y el profesor inmunizado, ¿se podría prescindir de la mascarilla?

Galicia fue la primera comunidad que planteó el uso de mascarilla en los centros educativos. La mascarilla es un extra. En un momento de dudas, incertidumbre, de riesgo, es una de las últimas cosas que quitaría.

Junto con la pandemia y sus efectos, el otro eje sanitario que preocupa son las dificultades por las que atraviesa la Atención Primaria, agravadas por la coyuntura veraniega.

La semana pasada reconoció estar ante una situación «preocupante». ¿Solo cabe resignarse?

Lo que quería decir es que es preocupante porque no hay sustitutos. No podemos suplir al 100% de los médicos. Los médicos que se forman son finitos, viene limitado por las unidades docentes acreditadas para Galicia. A pesar de que le pedimos al Ministerio que se valore su ampliación, no parece que se vaya a ir por ahí. No hay profesionales. Los que tenemos los priorizamos en los PAC, que no haya ninguno sin cobertura. Con eso cubierto, entre sustitutos o turnos extra, nos planteamos cubrir otros centros de salud, y priorizamos aquellos donde coinciden bajas y vacaciones.

¿Ha podido fallar la planificación del sistema en los últimos años?

Seguramente la planificación de las plazas MIR en todo el Estado habría que haberla revisado tiempo atrás. Hay elementos nuevos. La especialidad de médicos de familia tiene dos frentes: los PAC, que exigen mucho profesional; y los servicios de urgencias hospitalarios, y bebe fundamentalmente de la especialidad, sin ir más lejos el 50% de los MIR que se quedaron en Galicia han ido aquí. Se podían haber hecho cosas mejor planificadas, pero es una especialidad que aunque se formen profesionales no se cubren todos los que se necesitan.

Solicitan eliminar la tasa de reposición. Pero si no hay paro estructural en medicina familiar o pediatría, ¿creen que podrían cubrir las nuevas plazas que oferten?

Otras CC.AA. cuando sacan sus plazas producen el efecto de que médicos gallegos se vayan. Aspiramos a recuperar estos médicos que se han ido y a cualquier otro que pueda venir. Es importante ofertar plazas estables. Nuestra intención es publicar todas las plazas disponibles, por eso pedimos que nos dejen convocar todas las que no nos dejaron estos últimos años.

Ampliar MIR no resuelve el problema a corto plazo.

En Galicia ya hace unos años se tomó la decisión de cesar la jubilación obligatoria, que estaba en los 65 años. Luego desarrollamos contratos específicos como el de continuidad, que está para cubrir ausencias en un centro de salud con una duración de uno a tres años. Pusimos muchas plazas con este modelo, pero cuando el facultativo tiene otra opción, lo deja. Tenemos un número de personas no pequeño en este contrato, que retribuye con 62.000 euros brutos al año.

Los sindicatos y la oposición hablan de que se «precariza» a los profesionales con salarios escasos. ¿Galicia paga menos que el resto?

Si uno analiza el ranking de retribuciones, Galicia está en la media de España. En todo caso, le damos lo mismo que a cualquier otro médico en el sistema público de salud. A los médicos jóvenes se les ofrece lo mismo que a los que ya están en plantilla. A estos últimos, por primera vez este año, les reconocemos la carrera profesional. Gastamos 10 millones de euros, y otros tantos el próximo año. Tratamos de cuidar a los que están dentro del sistema.

El Colegio de Médicos de Pontevedra ha denunciado a dos áreas sanitarias por la vía penal por la saturación de la Primaria. ¿Le preocupa?

Cualquier denuncia, de cualquier tipo, nos preocupa. Creemos que corresponde a una reivindicación de otro tipo, no nos parece la vía de relación entre un Colegio, o de su junta directiva, con la Administración.

¿Hay que pagarle más a un médico por asumir una plaza en un centro de salud en un municipio pequeño?

Pagarle más probablemente tenga dificultades, pero sí desde luego reconocerlo en los procesos selectivos posteriores. Se han definido unos centros de salud que hay que priorizar de difícil cobertura, y en OPEs y procesos de consolidación se reconoce el tiempo trabajado en estos centros.