Universidades

Exámenes online, ¿excusa o responsabilidad?

Las tres universidades dan prioridad a la presencialidad, aunque los alumnos reclaman que las pruebas sean online

Aglomeraciones a las puertas de la Facultad de Medicina de la USC antes de un examen CEDIDA

Ántar Vidal/Estefanía D. Carruébano

La vida universitaria pegó un frenazo el pasado 14 de marzo a causa del virus. Los tres centros gallegos intentaron avanzar en una posible solución para los alumnos a través de clases telemáticas, cámaras y las polémicas propias de las desigualdades que se pueden dar ... entre los alumnos de la enseñanza pública. Los exámenes de junio no pudieron ser presenciales , aunque las universidades acondicionaron algunas estancias de sus centros para que los alumnos que, bien por falta de recursos o de internet en sus domicilios, hiciesen desde allí sus pruebas telemáticas. Diez meses después y en plena tercera ola de la pandemia, las imágenes de aglomeraciones a la entrada de las pruebas ya es la orden del día. Los estudiantes, desde hace semanas, se hacinan irremediablemente en las puertas de las aulas a la espera de realizar las pruebas. Por eso, una de las mayores reclamaciones del estudiantado gallego fue que la evaluación de este primer cuatrimestre fuera online. Tanto es así que se lanzaron hasta cuatro peticiones en la plataforma digital «change.org», en la que recogieron más de 7.000 firmas . Pero no fueron suficientes: los exámenes continuaron presencialmente.

«No todos, porque depende de cada facultad», advierte el responsable Covid de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), Javier Ferreira , así que algunos sí fueron por vía telemática o, incluso, por evaluación continua, eliminando el examen final. Sin embargo, para el sindicato estudiantil ANEGA, los exámenes online, aunque sí un paliativo, tampoco son la solución: «El campus virtual se cae en medio de las pruebas», indica Manuela Nores , miembro de la Coordinadora Nacional de ANEGA y responsable en Santiago. Tampoco se salva la brecha tecnológica, ya que «no todos tenemos acceso a los mismos recursos», y los que ofrecen las universidades, en muchas ocasiones, conllevan la necesidad de desplazamientos, por lo que «pierden todo el sentido».

Ferreira, aún así, tiene clara su postura: entiende el miedo que puede provocar estar en una clase llena de alumnos, pero cuestiona los motivos del alumnado. «Recibimos peticiones para abrir más espacio en las bibliotecas y centros de estudio; así intentamos hacerlo», matiza en conversación telefónica con este diario. Por eso no entiende el revuelo ante la presencialidad de las pruebas que, confirma tanto él como el rector de la Universidad de Vigo (UVigo), Manuel Reigosa , se están desarrollando con normalidad. Sin embargo, esa reclamación de más espacios destinados al estudio no es más que una consecuencia de «intentar mantener una evaluación del método tradicional», apunta Xaime Pardal . El miembro de ANEGA, estudiante de la Universidad de La Coruña (UDC), recuerda que el sindicato pide que las soluciones sean acordes a cada facultad y, sobre todo, fruto del consenso entre alumnos y universidades.

Protocolos

Pardal sí reconoce que su universidad había cumplido mejor los protocolos que sus vecinas gallegas al principio de esta temporada de exámenes, pero con la llegada de las lluvias se han sucedido numerosas aglomeraciones también en los alrededores de las aulas de La Coruña. De todas formas, en la UDC el mayor problema es el transporte. Los campus se encuentran a las afueras de la ciudad, lo que hace que los estudiantes tengan que trasladarse inevitablemente en autobús a las facultades: « La UDC no puede controlar si hay aglomeraciones en el transporte público », por lo que el riego al contagio se mantiene. El rector coruñés, Julio Abalde, confiesa haber escuchado la petición de los alumnos de la universidad y, confirma, se han dispuesto más unidades de transporte, con mayor afluencia, para evitar esas aglomeraciones.

Por el contrario, en la USC, como los campus están integrados en la propia ciudad, el transporte no supone el mayor inconveniente, como sí lo es la entrada o salida de las pruebas. El responsable de la USC cuestiona los motivos del alumnado: « La realización de los exámenes virtuales tuvo como consecuencia, no de una forma muy sustancial, pero sí un incremento de la nota media y de aprobados. ¿A qué se debe? No lo voy a enjuiciar, simplemente el hecho objetivo está ahí».

Para el estudiantado, sin embargo, los motivos son claros y muy distintos: la seguridad es lo primero. Aseguran que las universidades «han tenido tiempo para modificar las guías docentes y pensar otra forma de evaluar», señala Pardal, ya que lo de la pandemia no es una novedad: « Llevamos un año, y ahora hacer los exámenes de manera tradicional es contraproducente », recuerda. Sienten que ponen en duda sus motivos y su preocupación por la salud de la población. Además, la responsable en Santiago de ANEGA asegura que hubo casos de estudiantes confinados e infectados a los que, debido a la preferencia de lo presencial, no se les dieron alternativas claras para una evaluación alternativa. El sindicato pide otro modelo ante todas estas reclamaciones de diálogo, porque tampoco consideran justo que «se responsabilice a los profesores de manera individual a mantener la seguridad sanitaria dentro de las aulas en esta tercera ola», indica Nores.

«Jóvenes responsables»

Tanto los alumnos como los principales organismos de las universidades gallegas entrevistados tienen claro que la culpa del aumento de los contagios no reside en la población más joven. «Si vienes a hacer una comprobación a cualquier campus de la universidad te darás cuenta de que las medidas se cumplen», refiere Ferreira. Algo que también comparte el rector del centro vigués: « Nosotros hacemos un seguimiento de los casos y de nuestro alumnado » que, destaca, se han comportado de manera adecuada durante todo el curso haciendo un «esfuerzo» por adaptarse a este nuevo método. Y es que, «salvo en ocasiones puntuales, que no se pueden remediar», explica Abalde, los protocolos se están cumpliendo.

Unos protocolos que, aún así, parece que tienen algún que otro fleco suelto: « No podemos remediar que aunque la entrada a las aulas se haga de forma secuenciada, todos los alumnos lleguen al mismo tiempo», refiere el gerente de la USC. Sin embargo, desde el centro santiagués afirman que hay un servicio de vigilancia dispuesto a velar por la distancia de seguridad. El espacio universitario es «seguro», y lo demuestran los brotes aislados, concluyen desde las tres universidades gallegas.

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