La cuñada de Carmela Silva no acude al juicio por su enchufe

La defensa de Falque ha intentado evitar por todos los medios otro paseíllo en los juzgados , alegando problemas de salud. El último recurso se planteó la pasada semana, adjuntando un informe de un psiquiatra vigués de apenas medio folio . En él se constataba el «empeoramiento» de la «situación psíquica de la paciente», que demuestra «un estado de ánimo» de «tonalidad depresiva», viviendo «en un aislamiento casi completo».

Este recurso fue desestimado por la Audiencia en una providencia el pasado 18 de enero . En ella ya se indicaba que las causas de enfermedad alegadas «no eran suficientes» para esquivar su presencia en la sala, y de paso advertía que «su incomparecencia injustificada al juicio podrá acordar la imposición de multas coercitivas», y en caso de «persistir» en esta conducta, «se podrá proceder por delito de obstruccion a la justicia». Ni Fiscalía ni acusación popular han desistido de someter a la testigo al debido interrogatorio en sala.

Mientras tanto, en el banquillo se han sentado este martes los dos únicos acusados por este caso , el jefe de servicio de Participación del Concello, Francisco Gutiérrez Orúe, y el administrador de Imesapi, la empresa concesionaria, Ramón Comesaña. La Fiscalía pide para ellos de siete a ocho años de prisión por un delito de malversación, y dos continuados de prevaricación y falsedad en documento mercantil . Las defensas de ambos alegan que los hechos que se juzgan estarían ya prescritos. De hecho, la causa contra Falque tuvo que archivarse ya que el delito de tráfico de influencias había prescrito.

Comesaña ha reconocido durante la vista que la contratación indefinida de Falque en Imesapi fue «a petición» del Concello , y que además esta apenas pisó las oficinas de la empresa eiz días durante los cinco años de vínculo laboral. «Ojalá no hubiésemos firmado ese contrato nunca», se lamentó el empresario. Además, este reveló que advirtió al consistorio que tendría que asumir el coste de la contratación. Según la Fiscalía, esta compensación se hizo a través de «un procedimiento fraudulento de contratos menores».

Pero desde el Concello nadie sabe quién ni cómo indicó a esta concesionaria que tenía que contratar a la cuñada de la actual presidenta de la Diputación de Pontevedra. La versión de Orúe —quien se ha negado a responder a la acusación popular que ejerce la plataforma Xuntos, denunciante de la presunta corruptela— es que él no obligó a Imesapi a contratar a Falque ni que acordara con Comesaña la fórmula de los contratos fraudulentos para costear su salario, en base a unas supuestas encuestas sobre la calidad de un servicio municipal.

«Hacíamos las facturas según las instrucciones del jefe de servicio —en referencia a Orúe—, pero Imesapi no hizo las encuestas ni los informes» , le ha replicado Comesaña desmontando la versión del funcionario. Esas encuestas no tienen ni la firma ni el logo de su responsable. Nadie sabe a ciencia cierta quién las hizo, aunque en teoría se le pagó a Falque por ellas.

También se ha refugiado en el «no sé nada» el concejal Santos Héctor, edil de Participación Ciudadana y superior directo de Orúe, que acudía en calidad de testigo. «Jamás me dirigí» a Imesapi «para indicarles a quién contratar», declaró en la vista. Según los testimonios, debió ser una casualidad que a la cuñada de Silva la contratara una concesionaria de Vigo para un trabajo inexistente y sin que se le exigiera acudir a su puesto salvo días contados durante cinco años.

Por último, Carlos González Armada, portavoz de Xuntos, ha apuntado igualmente como testigo que el actual líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, tenía conocimiento de estas contrataciones irregulares en el seno del Concello , que no se limitarían solo a Falque, aunque solo este caso concreto llegó a ser objeto de instrucción judicial.

El juicio se retoma este miércoles con su segunda y última jornada, donde además de la esperada testifical de Vanesa Falque como testigo, están programados los testimonios de diversos peritos propuestos por las acusaciones.