Feijóo, convencido de que Galicia «seguirá resistiendo» hasta que arranque la vacunación del Covid

Es parte del discurso en abierto que pronunció en la mañana de este lunes el presidente de la Xunta en la Cidade da Cultura, ante la plana mayor de su Ejecutivo (vicepresidentes, conselleiros y delegados territoriales en persona; secretarios y directores generales, por vía telemática), con el que posteriormente, ya sin presencia de los medios de comunicación, prosigue el encuentro de trabajo de los principales cargos del Gobierno gallego, al marcarse el primer centenar de días de legislatura. Un formato ya habitual desde que empuña las riendas de la Xunta.

Ante todo, fue el de Feijóo una intervención de «rendición de cuentas» y balance de «estos frenéticos 100 primeros días» de legislatura, el inicio «más intenso» desde su aterrizaje en San Caetano en 2009. Absolutamente condicionados por la pandemia de coronavirus, como todos desde el pasado mes de marzo. « Nunca un arranque de legislatura marcará tanto el desarrollo » de la misma, aseguró. Y lo que queda. En su arenga final aventuró largas jornadas de trabajo, porque «la pandemia pasará, pero tendremos que seguir un tiempo gestionando los demoledores efectos que dejará».

«No puedo prometer que vaya a ser sencillo ni relajado, ni tampoco puedo prometer que lo vayáis a pasar bien; creo que a estas alturas esto ya lo sabemos todo», advirtió a su equipo más próximo. Pero tendrá su compensación: «Puedo prometer que valdrá la pena cada desvelo, cada disgusto y valdrá la pena cada día que lleguéis a casa mucho más tarde después de la hora de la cena ». Así, «cuando miréis atrás podréis decir con orgullo que vencimos a la pandemia, que recuperamos el empleo y la industria, y que ordenamos y diseñamos la Galicia» del futuro.

Como acicate adicional, el presidente agradeció a los suyos su trabajo hasta la fecha, en algunos casos desde hace más de una década, en otros, ya fuera del Ejecutivo. Y focalizado a estos 100 días inaugurales de pandemia, afirmó que suponen la « introducción de una excelente legislatura para responder a una excelente confianza que los gallegos nos otorgaron en las elecciones» del 12 de julio.

El grueso de la alocución del mandatario autonómico se centró en resumir esos 100 días que se saldan con 12 leyes (una parte, heredadas de la anterior legislatura) y un trabajo para «poner sentidiño en la gestión de la pandemia» de Covid. Al tiempo, «pensando en la reactivación, en lo que debemos hacer para estar mejor preparados cuando esta pesadilla vaya pasando ».

En definitiva, «un difícil equilibrio que exige una doble tarea: atender lo urgente sin perder de vista que después de eso sigue habiendo tareas muy importantes». Porque, subrayó, a pesar de la irrupción del coronavirus, la Xunta no renuncia a su diseño de la Galicia de 2030 , marcado antes de que el Covid trastocara los planes de cualquier Gobierno. Una Galicia familiar, joven, verde e innovadora.

Pero lo inmediato es lo inmediato, y es a su vez, desgranó Feijóo, fruto del trabajo desarrollado desde San Caetano desde el pasado mes de marzo, el que marcó un antes y un después. El presidente repasó los hitos en la respuesta sanitaria, con especial énfasis en la labor del comité clínico; la respuesta social, con hincapié en las residencias de mayores; y la respuesta económica, con la puesta en marcha del plan de reactivación y las diversas líneas de ayudas a los sectores más castigados.

Galicia ha afrontado la pandemia sanitaria y socialmente mejor que la media, pero también desde el prisma económico, reivindicó el presidente. A partir de ahí, «ni olvidamos ni damos por perdido» el horizonte de 2030 que había presentado precisamente en un formato idéntico, aunque en San Caetano, también a la plana mayor de su gabinete. «Seguimos soñando», proclamó Feijóo, para ir apuntando, sucesivamente, al Xacobeo, unos servicios públicos de creciente calidad, el avance en la igualdad y en la lucha contra la violencia machista y a la mejora de las infraestructuras y las conexiones. Con mención especial al liderazgo en la recuperación del Pazo de Meirás y la reinauguración de la Catedral de Santiago.

De nuevo en clave interna, no puso Feijóo paños calientes a la «magnitud del desafío que tenemos delante», porque desde el 12-J (momento en que Galicia, junto a País Vasco, se convirtió en la única autonomía que elegía Gobierno para una gestión de cuatro años en plena pandemia), todos en el Ejecutivo eran «conscientes» de lo que les aguardaba. «La tarea más difícil» desde que se inició la etapa autonómica, «la mayor crisis sanitaria y probablemente las mayores crisis sociales y económicas de la historia reciente». A pesar de todo esto, «estamos aquí», sabedores, reivindicó, de que « el único honor mayor que servir a Galicia es servir a Galicia cuando Galicia más lo necesita ».