Feijóo se vuelca en Cataluña: aspira a multiplicar por cuatro sus escaños para limitar al PSC

En las elecciones autonómicas de febrero de 2021 la formación coqueteó con la posibilidad de no lograr escaños en el Parlamento de Cataluña. Tan solo logró los tres que automáticamente otorga la circunscripción de Barcelona al superar el mínimo de apoyos para lograr representación. Un Ciudadanos ya en colapso le dobló en escaños, con seis. Y Vox irrumpió por primera vez en la cámara autonómica con 11 parlamentarios.

Fue la última foto. Un retrato de extrema debilidad. El PP sigue teniendo muchos problemas en Cataluña. Pero en el 28M ha habido una serie de elementos, todavía aislados, que permiten a Génova mirar al horizonte con algo de optimismo. La decisión de Ciudadanos de no concurrir a las próximas elecciones generales facilita ese empeño, particularmente en Cataluña.

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Xavier García Albiol ha recuperado la alcaldía con mayoría absoluta en Badalona, Manu Reyes vuelve a ser el alcalde de Casteldefells. Y en Barcelona se ha convertido en un actor clave para la gobernabilidad. Algo que garantiza un foco durante la legislatura. «Somos un partido relevante allí. Ese es un poder que antes no teníamos. No vamos a regalar Cataluña».

El PP ya no quiere esconderse en esa comunidad autónoma. Precisamente Casteldefells va a ser la localidad elegida para que Alberto Núñez Feijóo celebre el acto de fin de la precampaña y apertura de la campaña electoral en la tarde del jueves. Antes de la cita con las urnas el presidente del PP volverá a un acto más. Y en la última semana ha celebrado actos en Barcelona, para presentar sus medidas económicas, y en Lérida para hablar del sector primario. En tres semanas habrán sido cuatro visitas.

En las elecciones del 10 de noviembre de 2019 el PP solo logró en Cataluña dos escaños por la circunscripción de Barcelona. La previsión de Génova es lograr el próximo 23 de julio un mínimo de seis diputados, con algunos sondeos apuntando a que podrían llegar a ser ocho escaños. Significaría volver como suelo a los niveles de 2016. En 2011 el PP logró 11 en su mejor resultado en unas elecciones generales. Las que llevaron a Mariano Rajoy a la mayoría absoluta con 186 escaños en el Congreso de los Diputados. Pero ese era un escenario con mucho menos fragmentación tanto en Cataluña como en España.

Ese incremento de escaños, que significaría triplicar o cuadruplicar los escaños actuales se entendería en Génova como una «victoria anímica». Pero que también tiene mucho de táctica. Es en Cataluña a lomos del PSC de Salvador Illa y con un independentismo debilitado donde el PSOE aspira a mejorar de forma más clara su resultado respecto a hace cuatro años. En las dos elecciones de 2019 logró 12 diputados catalanes.

Ahora hay un margen de 10 a favor de los socialistas respecto a los populares. Asumiendo que el PSC también subirá, para el PP es táctico limitar esa ventaja y que el saldo entre ellos como mínimo no se incremente. «Es el único territorio en el que pueden meter más distancia. Si en Cataluña crecemos ya es irremontable para el PSOE», apuntan en Génova.

Esa subida se sustentará en el conjunto de la región. En los datos que maneja el PP es factible lograr incluso un escaño por la circunscripción de Gerona. Esto es algo que solo ha logrado en tres ocasiones. La primera en 1982, cuando ni siquiera se llamaba PP y el escenario político en Cataluña era cosa de tres o cuatro partidos. Las otras dos ocasiones en que se logró escaño por esta provincia fue en las dos mayorías absolutas logradas por el PP: la de José María Aznar en 2000 y la de Mariano Rajoy en 2011.

Siendo la primera vez en la historia que un partido va a gobernar simultáneamente en la Comunidad de Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana, para el PP es importante poder proyectar también que se reconstruye en Cataluña y vuelve a tener un espacio electoral e institucional. «Somos los herederos naturales del éxito de Inés Arrimadas en 2017», plantean en el PP. De momento es un deseo. Pero el resultado de 2021 comparado con 2017 certifica que buena parte de ese votante está en la abstención. No en el PSC.

El cabeza de lista por Barcelona será Nacho Martín Banco. Una figura conocida mediáticamente en Cataluña y que hasta hace poco más de un mes era la segunda voz de Ciudadanos en el Parlament. Un perfil distinto al de Cayetana Álvarez de Toledo. Sin que el proyecto en clave territorial haya cambiado, el PP sí apuesta por otras caras y por abrir el discurso. «No se habla solo de independencia. Hablamos de economía, de gestión. Ahí la figura del presidente es respetada por su experiencia», transmiten desde el Partido Popular.

En este propósito en Génova creen que el perfil de Alberto Núñez Feijóo es potencialmente atractivo. «No va a haber un presidente con más sensibilidad periférica que él», opinan. En los últimos días de esta precampaña el PP está reforzando esa idea respecto al perfil de Feijóo.

Ayer mismo emitían un vídeo evocando y destacando su origen en lo rural. «No cuenten conmigo para hacer políticas centralistas», dijo el sábado en Lérida. «No es un candidato que genere miedo ni que sea percibido como hostil a Cataluña. Es un líder periférico, que viene de una comunidad bilingüe y al que las diferencias territoriales no le incomodan», reflexionan fuentes de Génova.

Recuperar posiciones y volver a tener protagonismo tras el 28M y el 23J es solo parte del camino. Como muy tarde en el primer trimestre de 2025 habrá elecciones autonómicas. Antes las habrá, el próximo verano como tarde, en el País Vasco. El PP no quiere todavía anticipar movimientos. Pero serán las dos primeras claves orgánicas a las que tendrá que enfrentarse Génova tras las generales. «Hay que reconstruir el partido allí», trasladan pensando en Cataluña. Cada una tiene su casuística. La aspiración es acudir a esas citas en dinámica ascendente por primera vez en muchos años.