Feijóo endurece sus ataques contra el Gobierno y avisa al PP de que tiene trabajo por delante

En un tono reposado, como siempre, alejado de exabruptos y aspavientos, hizo un traje al mandato de Pedro Sánchez y a la situación económica, social e institucional en la que está dejando España, agravada por la guerra en Ucrania y la pandemia de Covid-19.

En la reunión mensual de su Comité Ejecutivo Nacional, y en un momento de dulce, con el partido encabezando todas las encuestas –incluida, por primera vez, la del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)–, el presidente del PP combinó dardos contra el Gobierno de coalición con una advertencia constante a sus filas: es necesario no confiarse y mantener la tensión, demostrar una manera distinta de hacer política y recargar las pilas para, el próximo mayo, ganar las elecciones autonómicas y municipales.

Núñez Feijóo reconoció que él mismo percibe ya –dijo que nunca lo había sentido «con tanta fuerza ni con tanta claridad»– un «clamor» en la calle «harto de soflamas de corto recorrido» que pide un relevo político. Y ese cambio, cree el líder del PP, puede encarnarlo mejor que nadie su partido, como se vio el 19 de junio en Andalucía con la holgada mayoría absoluta conseguida por Juanma Moreno.

Precisamente, los consejeros del nuevo Gobierno de Moreno tomaron cargo este martes, por lo que el presidente de la Junta de Andalucía no asistió al cónclave, descafeinado desde el punto de vista de los protagonistas. A la suya, se sumaron las ausencias de sus homólogos en la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

Sí acudieron a la reunión con Núñez Feijóo el murciano Fernando López Miras, quien acusó a Sánchez de buscar «culpables» cuando el «culpable», dijo, es él; y el sucesor del dirigente gallego en la Xunta, Alfonso Rueda, quien celebró que su formación, con la nueva dirección, haya recuperado la esperanza perdida hace solo unos meses, cuando el enfrentamiento entre Pablo Casado y Díaz Ayuso casi lleva al partido al colapso.

A rey muerto, rey puesto. Y de momento con Núñez Feijóo el PP vuelve a ser un barco en el que no hay disputas por el timón ni tripulantes que miren con recelo a su capitán. El diagnóstico del actual presidente del PP no dista en fondo con el que hacía su antecesor, aunque sí difieren ambos en las formas, con el gallego abonado al sosiego y alejado de discursos grandilocuentes. Este martes, eso sí, elevó el nivel de censura a su mayor cuota.

«Cuando se cocina un gobierno como si fuera un suflé, antes o después termina desinflándose: pasa que el populismo y sus mentiras acaban quedando al descubierto y generan una enorme frustración. Las contradicciones y los chantajes acaban aflorando de forma habitual», expuso Núñez Feijóo, quien planteó la necesidad de cimentar la alternativa del PP sobre la base de que hay que tratar a los españoles «como a adultos»: «Nuestra alternativa es un gobierno que le diga la verdad a la gente, qué ajustes se están pactando en Bruselas, cómo va a pagar las pensiones...».

Ante la percepción de cambio, avisó Núñez Feijóo a los suyos, cabe preparase ante una reacción del PSOE, capaz de usar «todos los resortes del Estado» para intentar frenarlo. «Sánchez se cree por encima de todas las cosas, caiga quien caiga, sin respeto por nada ni lealtad por nadie», advirtió, a la par que lamentó que nadie en su partido, con más de 140 años de historia, «se rebele contra esta soberbia».

«No nos lo van a poner fácil, van a elevar el tono y a recurrir al insulto», continuó el presidente del PP, para pedir a sus dirigentes que no desciendan al barro y se limiten a ejercer la política desde un prisma distinto, sin entrar al cuerpo a cuerpo y centrándose en los problemas de los ciudadanos.

«Se dicen implacables contra los ricos, pero no bajan los impuestos a los que menos tienen; se dicen los más feministas, pero utilizan un embarazo de riesgo –en alusión al de Adriana Lastra– para camuflar un cese como un piano; se dicen los más ecológicos, pero se han sacado el pase de oro con el Falcon», clamó, y remató: «No me explico cómo España sigue en pie».

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Núñez Feijóo incidió además en la falta de cohesión del Gobierno. Primero, por sus pactos externos, pero después, por la desconfianza instalada en el seno del Consejo de Ministros. «Socialistas, sanchistas, yolandistas, pablistas, anticapitalistas, europeístas, no europeístas, nacionalistas, soberanistas, independentistas, antisistema y Bildu, ¿quién podría salir bien ante este repertorio ideológico?».

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España no se puede permitir, ahondó el líder de los populares, un presidente que «mire de reojo» a su vicepresidenta, una responsable de Hacienda «más preocupada» por «cuadrar los votos» en el Congreso que por «cuadrar las cuentas» ni una ministra de Trabajo «más pendiente de su proyecto personal que del paro», que sigue siendo, reprobó, el doble de la media europea. «Necesitamos un gobierno unido», concluyó.

Con ello en mente, reclamó a sus dirigentes que centren sus esfuerzos en, municipio a municipio, demostrar que hay otra forma de hacer política. «No olvidemos que en todos hay un Pedro Sánchez de pensamiento, de palabra, de obra o de omisión».