Feijóo clama por un voto útil de la derecha que acorte la legislatura de un «Gobierno en manos de los jueces»
El líder popular acusa a Sánchez de exponer a su pareja para «victimizarse y ganar votos» y de «presumir de la presunta corrupción que les acecha»
Armengol usa su presencia en el Senado para movilizar el voto socialista
Emilio V. Escudero y Pilar De la Cuesta
Madrid
Para entender la importancia que el Partido Popular le ha dado a estas elecciones europeas basta con mirar el número de ciudades visitadas por Alberto Núñez Feijóo en estas dos semanas de campaña. Una veintena de mítines de norte a sur del país, visitando ... incluso los dos archipiélagos. Miles de kilómetros para lanzar un mensaje de rechazo a Pedro Sánchez y de unidad a la derecha. Todo, con un mismo objetivo, aglutinar el voto bajo el paraguas del Partido Popular y que el resultado de este domingo sirva de impulso para acortar la legislatura de un Gobierno «bajo sospecha».
Que Feijóo haya comenzado y terminado su caravana en Barcelona -donde este viernes realizó su mitin de la mañana- no es casualidad. Cataluña se ha convertido por muchas razones en un territorio clave para su partido y de ahí ese doble guiño, al que se unió la elección de la catalana Dolors Montserrat como candidata. La amnistía marcó el primer tramo de la campaña, aunque la corrupción que salpica al PSOE, al Gobierno y al entorno familiar de Pedro Sánchez alteró abruptamente el guion diseñado por el PP, obligado a variar su estrategia y centrarla en la figura de Begoña Gómez, pero sin señalarla directamente. «El problema lo tiene el presidente, no su mujer», ha insistido Feijóo, que ayer ahondaba en esa idea.
Para el gallego, Sánchez ha expuesto a su pareja para «victimizarse y ganar votos». Lo hizo antes de las catalanas con su primera carta a la ciudadanía y lo ha vuelto a hacer ahora con una nueva misiva y con la presencia de Gómez en un mitin a mitad de semana. Acto en el que Sánchez también aprovechó para alentar la figura de la exministra Magdalena Álvarez, condenada en firme por varios delitos, entre ellos una condena por el caso de los ERE de Andalucía. «Lo último es presumir de la presunta corrupción que les acecha. Presumir de condenados de casos de corrupción por los ERE. ¿Cómo ha caído el PSOE en esta situación en la que presume de la corrupción, la lleva a los mítines y la aplaude? Creen que hacer apología de la corrupción les puede venir bien para ganar votos», ironizó.
Una medida que habla de los palos de ciego que ha dado el PSOE en estas semanas. «Están protagonizando una campaña desastrosa. El PSOE, que suele presumir de dominar las campañas, no ha tenido el control de ésta en ningún momento. Querían hablar de Milei y de Netanyahu y han acabado hablando de Begoña Gómez y haciendo oposición a los jueces», explican fuentes del PP.
Este último asunto, el cacareado fango que estarían fabricando magistrados y medios de comunicación y que ha sido pregonado por el PSOE, ha servido de arma arrojadiza para los populares, felices por haber encontrado un filón para atraer más voto del centro izquierda, descontento con la gestión que se ha hecho de este asunto y también del olvido legal a los encausados del 'procés'.
Este viernes, Feijóo utilizó ambos asuntos -amnistía y corrupción- para exigir a los socios separatistas de Sánchez «que no se callen y miren para otro lado» al tiempo que pidió aglutinar el voto en torno al PP, «la única papeleta que le hace daño a Sánchez y la única que le puede dar un disgusto». Sin nombrar a Vox -apenas lo ha hecho durante toda la campaña y tampoco lo hizo en el cierre de anoche en Valencia ante alrededor de 5.000 personas-, el líder del PP puso sobre la mesa la necesidad de concentrar en la papeleta de los populares el voto de todos aquellos descontentos con Sánchez y su Gobierno. «Han importado el populismo de otros continentes y lo han traído a Europa. Por eso no hay que caer en su trampa de dividir el voto».
Vox, a por los populares
La estrategia de Vox ha sido justo la contraria. Desde el primer día de campaña llamó la atención la dureza de sus mensajes contra Alberto Núñez Feijóo. Su pilar de campaña ha sido precisamente ese, denunciar que el PP vota con el PSOE en el Parlamento Europeo en casi el 90% de las ocasiones aunque en España quiera aparentar enfrentamiento con Sánchez. Los de Santiago Abascal dicen estar «cansados» del ninguneo de los populares y sus continuos llamamientos al voto útil, y por eso han redoblado sus ataques contra Alberto Núñez Feijóo con el objetivo de demostrar que son proyectos distintos y sus seguidores no son robados a Génova. «Vox ni es flor de un día ni una caña que se mueve según sopla el viento», reivindicó ayer su candidato, Jorge Buxadé.
El otro foco de campaña ha sido el de la llamada a la movilización, conscientes en Vox de que una alta participación les viene bien en unas elecciones de circunscripción única en las que no les penaliza la Ley D'Hondt. Su objetivo es, como mínimo, multiplicar por dos los tres escaños que obtuvieron en 2019 con mensajes contra los efectos de la inmigración ilegal y el denominado Pacto Verde europeo. Los de Abascal acusan precisamente a PP y PSOE de promover la abstención y evitar en campaña los temas europeos. La media de participación en España en los comicios europeos es del 55%, por debajo del 72,2% de españoles que votan de media para elegir a sus representantes al Congreso de Diputados. En la calle Bambú se conjuran contra ello buscando la movilización de jóvenes y desencantados con la política.
Esa juventud es precisamente la que este viernes llenaba el auditorio del parque de la Fuente de Fuenlabrada, en el tradicional cinturón rojo de Madrid, en el que Vox cerró la campaña, a solo un kilómetro del mitin final de Pedro Sánchez. La elección no fue casual, los de Santiago Abascal apelan a un voto transversal seguros de que tienen un nicho aún por explotar entre las rentas más bajas. Pocos minutos antes de empezar, la lluvia y el viento aparecieron como invitados estrella, lo que no ahuyentó a sus seguidores más fieles aunque sí acortó el acto.
«Gracias por venir y demostrar que Vox no está muerto», les agradeció Abascal al subir al subir al escenario para continuar después con sus ataques al Gobierno y al PP. «Están en la cama juntos y no quieren que los españoles lo sepan», acusó.
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