Feijóo busca a la España que coquetea con la vuelta al bipartidismo
El PP abre campaña pensando en optimizar sus votos en los territorios donde Vox y Sumar compiten peor
El líder popular estará hoy con María Guardiola en Badajoz mientras el choque en Murcia se enquista
El debate cara a cara con Pedro Sánchez del próximo lunes día 10 de julio marca de forma clara el arranque de la campaña electoral. Pero en el caso de Alberto Núñez Feijóo la afectación es limitada y tendrá una agenda de actos ... elevada en estos primeros días de la campaña. Este jueves, último día de la precampaña, Feijóo arrancaba en Os Peares, su pueblo natal. Una pequeña aldea de la Ribeira Sacra donde confluyen el Miño y el Sil. La evocación al origen y su condición de líder periférico con raíces rurales atraviesa todo el relato de campaña de Feijóo.
Esa característica que a veces se ha atragantado en el bullicioso ritmo de la política madrileña. Génova está intensificando ese mensaje para conectar con la España más allá de las grandes urbes. «No esperen de mí políticas centralistas», advirtió Feijóo el pasado sábado en el municipio leridano de Gimenelles. A Cataluña volvió también ayer Feijóo para la pegada formal de carteles con acto en Casteldefells. La presencia habitual en Cataluña es otra clave del momento que vive el PP. Como informó ABC el pasado lunes, la perspectiva es multiplicar por tres o cuatro los escaños actuales. Tan solo se obtuvieron dos diputados en Cataluña en noviembre de 2019. Este crecimiento es clave para compensar el previsible crecimiento que experimentará el PSC. A Cataluña volverá antes de que acabe la campaña.
Este viernes, primer día oficial de campaña, Feijóo va a estar en un desayuno en Sevilla. Pero inmediatamente se irá a Badajoz. El sábado tendrá presencia en Zamora. Y el domingo el que se espera como uno de los grandes actos de la campaña en la plaza de toros de Pontevedra. El martes, tras el debate, estará en Ciudad Real. Esta agenda no es casual. Badajoz, Zamora, Orense y Ciudad Real son circunscripciones que no reparten más de 5 escaños. Son 27 provincias, a las que se añaden Ceuta y Melilla, en las que de manera generalizada y al margen de alguna especificidad local va a volver al bipartidismo. Es una España que volverá a tener un reparto de escaños PP-PSOE. La distancia con el tercer partido se está agrandando en todas las encuestas. La capacidad de competir de Sumar en estos feudos es limitada. La distancia del primer y segundo partido con el tercero estaría otorgándoles últimos escaños en estas provincias.
El PP trabaja en esas circunscripciones de 3, 4 y 5 diputados por llevarse el último escaño como una de las claves sobre las que cimentar su ventaja sobre el PSOE. Estamos hablando de 104 asientos en el Congreso. Incluso en las provincias que reparten seis o siete escaños el pluripartidismo tiende a menos y el cuarto partido puede sufrir para ver convertidos sus votos en diputados. Pontevedra por ejemplo reparte 7 diputados. Es el tamaño de la circunscripción (provincia) y no la ley D'Hondt, como erróneamente se atribuye, lo que favorece a los grandes partidos. Podemos en 2015 y 2016 fue el tercer partido con más de 70 escaños. Ciudadanos lo fue en abril de 2019 con 57. Y Vox en la repetición electoral de noviembre de 2019 con 52. Todos los sondeos publicados coinciden en que la tercera formación va a tener menos escaños.
A partir de siete en adelante el reparto de escaños guarda una mayor proporción con el porcentaje de voto. Feijóo va a apelar al voto útil en campaña. En el caso de ese voto prestado que le reclama a Vox su incidencia es especialmente potente para el bloque en estas provincias pequeñas y medianas. Mientras que, por ejemplo, un voto a Vox en grandes urbes al PP no le supone un problema. Aunque esa apelación al voto útil la va a concentrar el PP de forma especial en esa España menos urbana que representan las provincias medianas y pequeñas.
El PP arranca la campaña habiendo recuperado el sosiego tras unos días muy negativos vinculados a las tensiones en torno a las negociaciones en Extremadura. Recetan prudencia porque ven a Vox bajo en los sondeos. Pero los datos que manejan son buenos. Y en lo que respecta a la Región de Murcia la situación no es comparable para el PP con lo que pasó allí. No hay intención de ceder en este punto. Los populares quieren gobernar en solitario. Y creen que su 43% de voto lo justifica. Y que para Vox no será fácil explicar que vota en contra junto con PSOE y Podemos.
En contraste con Sánchez, el presidente del PP comienza con bastante actividad la campaña. Aunque menos de lo habitual para una campaña de generales. Feijóo ya está preparando el debate y lo seguirá haciendo estos días con su equipo más cercano.