El TC se enfrenta a una semana clave para sacar adelante la sentencia del Estatuto
El Pleno resolverá primero los recursos dilatorios de Montilla y de la Cámara catalana
NIEVES COLLI
El Tribunal Constitucional se enfrenta a partir de mañana a una semana decisiva para resolver el recurso que el Partido Popular presentó en 2006 contra el Estatuto de Cataluña. El último intento pasa, en primer lugar, por que el Pleno vote la ponencia de la ... presidenta, María Emilia Casas, la séptima que se somete a su consideración; en caso de que fuera rechazada, se pondría en marcha la votación artículo por artículo como única opción posible para tratar de sacar adelante la sentencia antes del verano y de que arranque la precampaña para las elecciones a la Generalitat, y antes también de que el Senado consiga cerrar un acuerdo para renovar el Tribunal.
En este momento, los diez magistrados que integran el Pleno son conscientes de lo importante que sería para el prestigio de la institución poder notificar la sentencia lo antes posible, pero a ninguno —incluida la presidenta— se le escapa que es una tarea muy compleja. Por eso, según fuentes del TC, es «prácticamente imposible» que la ponencia de Casas logre ahora los apoyos que no tuvieron las anteriores, ni las cinco de Elisa Pérez Vera ni la elaborada por Guillermo Jiménez. Y eso porque las posiciones están muy marcadas y no es probable que se produzcan cambios de criterio.
Toda la semana
En esta situación se enfrenta el Constitucional a una semana habilitada de lunes a viernes para que se reúna el Pleno. Con todo, la presidenta quiere hacer las cosas por su orden y, cuando empiece la deliberación de fondo sobre el Estatuto catalán, será en relación con la ponencia que repartió a última hora del miércoles a todos los magistrados. Sólo cuando ese texto sea sometido a votación y, en su caso, rechazado, se pasará al «plan B» y se comenzará la votación por bloques o por artículos, una salida que no todos los miembros del Tribunal comparten pero que está prevista en la ley y que, además, parece la única posible.
Antes de eso, la presidenta del Tribunal Constitucional quiere resolver de una vez por todas los recursos de súplica presentados por la Generalitat y el Parlamento catalanes en su penúltimo intento de dilatar lo más posible la sentencia. Ambas instituciones exigieron que el Pleno se declarara incompetente para resolver los recursos sobre el Estatuto por, decían, su pérdida de «legitimidad». La reunión de mañana, lunes, se dedicará previsiblemente a rechazar esta pretensión. Los magistrados tendrán también sobre la mesa otro recurso de súplica, presentado el jueves, esta vez para que Pablo Pérez Tremps (recusado por el PP) pueda participar en la votación de aquellos artículos de la ley catalana respecto de los cuales no se cuestionó su imparcialidad. El Pleno deberá decidir también si pide informes a todas las partes (lo que retrasaría su resolución al menos otra semana) o lo rechaza de plano.
Resueltas estas cuestiones tangenciales, el Pleno se meterá de lleno en el debate sobre la sentencia presentada por María Emilia Casas, un texto que recoge en gran parte el espíritu de los borradores de la primera ponente y que, por lo tanto, es bastante más permisivo con el Estatuto de lo que lo fue el de Guillermo Jiménez.
Según las fuentes consultadas, no parece que una ponencia de esas características pueda obtener más apoyos que los dados por el Pleno al quinto borrador de Pérez Vera. En la votación celebrada en abril, el texto de la primera ponente sólo contó con el apoyo de los magistrados progresistas Casas, Pascual Sala y Eugeni Gay. Les falló Manuel Aragón, cuyo voto es de nuevo clave. Con su respaldo, la ponencia de la presidenta sumaría las cinco «papeletas» mínimas para poder ser aprobada con el voto de calidad de Casas.
«Retratarse»
Siempre reacia a utilizar esta prerrogativa y consciente de que es impensable que los conservadores Javier Delgado, Vicente Conde y Jorge Rodríguez Zapata aprueben su ponencia, Casas intentará convencer a los dos miembros de ese sector que durante estos cuatro años se han mostrado más flexibles: Guillermo Jiménez y Ramón Rodríguez Arribas. Con todo, la posibilidad de que ambos apoyen un texto incluso más suave con el Estatuto que el de Pérez Vera es bastante remota.
Este análisis es el que lleva a las fuentes citadas a expresar su convencimiento de que la votación artículo por artículo es la única que permitirá sacar adelante la sentencia. «Y ahí, todos tendrán que retratarse», avisan.
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