Perfil
Espinosa de los Monteros, el adiós del 'profesor' de las 'mates para progres'
Liberal en lo económico, conservador en lo social, era «muy querido» en Vox
La despedida en el Congreso
Iván Espinosa de los Monteros es (era) de esos políticos que presumen de haber hecho carrera fuera de la vida orgánica de un partido. Antes de pasar a ser uno de los principales dirigentes de Vox, trabajó como promotor inmobiliario junto a ... su mujer, Rocío Monasterio –que sigue como líder del partido en la Asamblea de Madrid–, y como consultor. Estudió Ciencias Económicas y Empresariales en Icade y tiene un MBA de finanzas en Estados Unidos. Habla inglés con fluidez, como demostró recientemente cuando respondió, con una pronunciación perfecta, a las preguntas de un periodista japonés.
Entonces, en la sede nacional de Vox, en el primer día de la campaña del 23J, era impensable imaginar su adiós a la política. La perspectiva, que PP y Vox iban a sumar mayoría absoluta en las elecciones, incluso lo situaba como ministrable en alguna de las parcelas económicas. En el Congreso, durante los cuatro años que ha sido diputado, ejerció de portavoz y era el motor económico del partido. Sus cara a cara con la vicepresidenta Nadia Calviño eran una constante en las sesiones de control al Gobierno.
Pero Espinosa de los Monteros no solo vivió las mieles de la política, con gran protagonismo mediático desde la irrupción de Vox en la Cámara Baja. Él fue uno de los fundadores del partido allá por 2013 y vivió el largo desierto extraparlamentario hasta la entrada de la formación en las instituciones en 2018, con los doce diputados que logró en el Parlamento andaluz. Fue secretario general hasta 2016, cuando Vox era un gran desconocido.
Moderado en las formas, con ingenio y dado a las píldoras humorísticas, frecuentemente les recetó al PSOE y a Unidas Podemos «matemáticas para progres». Una fórmula condescendiente con la que ponía en solfa el triunfalismo perenne del Gobierno. Liberal en lo económico, conservador en lo social, encarna una corriente en Vox firme defensora del libre mercado. Una facción descapitalizada con su salida, tras la paulatina pérdida de peso de dirigentes alineados con él. Amigo de Abascal, se marcha sin hacer ruido y dejando un vacío en el Congreso, no solo por su labor, sino por su afinidad personal dentro del grupo parlamentario.
Distintas fuentes consultadas por ABC destacan su «exquisito trato» tanto con su equipo directo, del que se acordó este martes en su adiós –citó, por ejemplo, a Rosa Cuervas, la jefa de prensa del grupo–, como con los demás diputados. Su alianza con Macarena Olona fue total hasta que esta puso rumbo a Andalucía, y el entendimiento entre ambos fue máximo, con un reparto de papeles en la Cámara. «Era muy querido internamente», garantizan en Vox, donde ayer fue un día triste y complicado para muchos.
Espinosa de los Monteros era proclive a mejorar las relaciones de Vox con la prensa –el partido ha culpado, entre otras causas siempre externas, a la «demonización» desde los medios de su resultado en las urnas– y este martes expresó su deseo de que ahora, pese a la actual coyuntura de retroceso, los responsables de las élites mediáticas normalicen el trato a su formación, como tercera fuerza más votada. Tras sus declaraciones en una sala abarrotada de periodistas, uno a uno, se despidió de los informadores acreditados para la ocasión.
Casado con la también dirigente de Vox Rocío Monasterio, comparte con ella cuatro hijos. La emoción amagó con quebrarle la voz cuando se acordó de ellos y de sus padres, por quienes dice que toma la decisión de abandonar la primera línea política. Amante de la música, sobre todo del 'pachangueo', también hace sus pinitos dando patadas al balón de fútbol. Es socio del Real Madrid y asiduo al Santiago Bernabéu.
Pero por encima de todo, como reivindicó este martes, es defensor de la unidad nacional. «Todo ha merecido la pena porque España siempre merece la pena», se despidió, tras una campaña que pudo situarlo como ministro y ha terminado con él fuera de la política.