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La crisis migratoria y la falta de un candidato solvente apuntalan a Marlaska en Interior

Sustituir al ministro cuando Canarias vive la peor presión migratoria de su historia por alguien sin su experiencia y relaciones era temerario

Agentes marroquíes actuaron en una zona de soberanía española en Melilla

Las 48 horas del desafío marroquí a España

Fernando Grande Marlaska, en una imagen de archivo en el Congreso EP
Pablo Muñoz

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Una de las grandes sorpresas del nuevo Gobierno es la continuidad del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, atacado desde fuera del gabinete e incluso cuestionado a veces por una parte de sus compañeros, por ejemplo con ocasión de la avalancha mortal de Melilla ... o sus líneas rojas a la reforma de la llamada 'ley mordaza', que no acabó de salir adelante pese a ser una de las promesas estrellas del anterior Ejecutivo de coalición. Después de seis años convulsos, la lógica apuntaba a su salida e incluso esa fue la lectura que muchos hicieron de los elogios que le dedicó Pedro Sánchez en el debate de investidura, que sonaron a despedida. Sin embargo, se ha impuesto el pragmatismo frente a aventuras que en un ministerio tan delicado suelen acabar en desastre.

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