Concluye sin acuerdo la reunión en Bruselas entre Albares y Cameron para poner fin al limbo de Gibraltar tras el Brexit

Albares había dado a entender a su llegada a la capital comunitaria que podía llegar a alcanzarse un acuerdo sobre el estatus de la colonia británica en relación a la Unión Europea después del Brexit, pero finalmente y a pesar de prolongar la reunión mucho más de lo previsto, la cumbre terminó con lo que los británicos califican de «avances». También Albares dijo a la salida que fue una sesión «constructiva y positiva», además de precisar que se ha preservado «la posición jurídica de España» respecto a la soberanía de este territorio.

Según el comunicado oficial, la reunión se desarrolló «en una atmósfera constructiva, con importantes avances y áreas adicionales de acuerdo», pero ni el Gobierno británico, ni Albares ni el comisario Sefcovic quisieron concretar cuáles son los progresos logrados ni los que se pudieron alcanzar en la reunión previa del pasado 12 de abril, tras la que también se dijo que hubo «importantes avances», como tampoco los escollos que están pendientes de acuerdo. Sefcovic fue el más explícito diciendo que los problemas tienen «soluciones técnicamente posibles», pero que en el fondo lo que se necesita es «una decisión política» para que todo encaje. No se especificó si esa decisión política —o, lo que es lo mismo, esa cesión— la ha de acometer España o Reino Unido.

Según el comunicado oficial, «todas las partes tienen la seguridad de que el acuerdo se está acercando y trabajarán estrecha y rápidamente en las áreas pendientes hacia un acuerdo general entre la UE y Reino Unido. La reunión reafirmó su compromiso compartido de celebrar un acuerdo UE-Reino Unido para aportar confianza, seguridad jurídica y estabilidad a las vidas y los medios de subsistencia de los pueblos de toda la región, protegiendo y mejorando la economía y el comercio, la movilidad, el medio ambiente y el bienestar social, al tiempo que salvaguardar las posiciones jurídicas de todas las partes».

Desde la retirada del Reino Unido de la UE, la colonia de Gibraltar se ha convertido en territorio del que es responsable un país tercero y la frontera con España es la entrada en la zona Schengen desde un país tercero, lo que obligaría jurídicamente al nuestro a eliminar la libre circulación de personas con un estricto control de pasaportes. La propuesta que se conoce por parte de España consiste en que Gibraltar entrase a formar parte de esa zona europea de libre circulación, pero debería ser «apadrinado» por España, que se tendría que hacer responsable del control de entradas de viajeros en la colonia británica, incluyendo los que vinieran desde Londres.

Para vencer las reticencias británicas, se ha ofrecido que al menos durante un periodo transitorio esa tarea de control fuera encomendada a la agencia europea Frontex. Aparentemente, a partir de ahora los funcionarios británicos y europeos siguen trabajando en los «aspectos técnicos» de una solución que cumpla con estos requisitos.