La emotiva suelta al mar de una tortuga cuidada por la Fundación Oceanogràfic en manos de Catalá y la exploradora Sylvia Earle

El acto, que según los presentes y los propios técnicos de la Fundación ha estado cargado de una emotividad perenne, ha contado con dos madrinas de excepción: la doctora Sylvia Earle, bióloga, exploradora y activista en defensa de unos océanos en los que a sus 88 años sigue sumergiéndose, y la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, que no ha querido dejar de destacar el «importante hito» que marca este evento, sobre todo «en el contexto de la capital verde europea 2024».

Y es que, como apuntaba la alcaldesa, la significación del acto ha conferido una emoción que no ha podido disimular en ningún momento Earle, cuyo propósito vital ha ido enteramente dedicado al cuidado de los océanos, desde que hace más de 50 años liderase el primer equipo de exploradoras submarinas, y que le ha llevado a recibir el premio Princesa de Asturias de la Concordia en 2018.

En este sentido, la incansable oceanógrafa, investigadora, gestora y docente, explicaba que «ahora el impacto que tenemos los humanos sobre el medioambiente es medible y, una vez tenemos ese conocimiento, es la hora de aportar soluciones». Además, no dudaba en recordar la positiva evolución que ha percibido en torno a la concienciación sobre el cuidado del medio marino, donde se ha pasado de considerarlo «un vertedero» y «una infinita fuente de recursos de la que aprovecharse sin medida», a haber adquirido «un conocimiento» sobre él «que será clave para proveerlo de mejores cuidados».

Sonriente en todo momento por comprobar que su alegría era compartida por los presentes, Earle ha afirmado con esperanza que, por lo que ha visto aquí en Valencia, sí existe esa conciencia convertida en técnica para beneficio del mundo marino. Y que, si bien «por el momento sólo el 3% de los océanos gozan de una total protección medioambiental», la lucha ha de continuar «por medio de la educación». Para ello, ha finalizado, nada mejor que «inspirar a cuidar los océanos contando las experiencias vividas en él».

Para redondear el acto, la exploradora ha decidido bautizar a la tortuga 770 recuperada por el Oceanogràfic como 'Hope' (esperanza en inglés), ya que, como ha explicado, «esta suelta es un símbolo de esperanza para el océano. Los valencianos, los españoles, están contribuyendo al océano. La esperanza para el océano es también la esperanza para todos nosotros».

Además, ha señalado que «las tortugas estaban en nuestro planeta años antes que los dinosaurios y seguirán estando hasta después de nosotros si las seguimos cuidando», ha concluido.

Finalmente, la alcaldesa ha querido cerrar el emotivo evento alabando el trabajo de la Fundación Oceanogràfic, que «desde 2017 ha recuperado más de 700 tortugas. Su compromiso social es aportar nuevo conocimiento, mejorar el cuidado y bienestar de los animales e informar y sensibilizar a toda la sociedad, con la finalidad de mejorar la conservación de las especies y su hábitat natural», aseguraba.

Por su parte, también han estado presentes el concejal de Relaciones Institucionales, Juan Carlos Caballero, la presidenta del Oceanogràfic y Fundación Oceanogràfic, Celia Calabuig; el presidente de Global Omnium y la Fundación Aguas de Valencia, Eugenio Calabuig; la directora general del Oceanogràfic y directora de la Fundación Oceanogràfic, Leocadia García; el director y coordinador del Comité Científico de la Fundación Oceanogràfic, Daniel García; el responsable de conservación de la Fundación Oceanogràfic, José Luis Crespo, además de personal técnico del Ministerio para la Transición Ecológica y voluntarios de la Fundación Oceanogràfic.