Aitana Mas, y más de lo mismo

Y de más y más, superando las más delirantes y dipsómanas posibilidades que imaginarse se puede. Solo así se explica, aunque resulte de lo más abstruso tratar de entenderlo, que una ingeniera técnica de obras públicas, sin tiempo dada su corta edad para labrarse un currículum que avale su valía profesional, pueda ser elevada a la condición de vicepresidenta del Consell y que a esa responsabilidad se le añada la de ser consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas.

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¿Méritos de Aitana Joana Mas i Mas? Ninguno otro que no sea la personal decisión de la dimitida Mónica Oltra, que la impuso como condición a su forzada salida del Gobierno valenciano, sin necesidad de consulta a las bases coaligadas. Bastó el último ukase de la destronada zarina antes de dar el portazo, que le tendió una alfombra crevillentina a sus pies y le dejo expedito el camino hacia la entronización en la cúpula del poder valenciano.

En justo agradecimiento por la inesperada herencia recibida, que cualquier persona sensata consideraría envenenada, la nueva vicepresidenta se deshacía en elogios esta misma semana para con quien la había amadrinado con tanto mimo. Repitió los mismos ditirambos que otros compañeros, compañeras y compañeres habían dedicado a la sacrificada Oltra como elogio póstumo que sonaba a epitafio . O al revés.

«O existe la codecisión o no hay gobierno de coalición», dijo Aitana Joana Mas i Mas desde la tribuna de las Corts Valencianas. Grandilocuente declaración pero que suena más falsa que una promesa de Pedro Sánchez vista la nula capacidad de decisión del presidente del Consell, atado de pies y manos como ha estado por las exigencias de la UTE (PSPV-PSOE, Compromis y Podemos) acordada con estricta delimitación de poderes, tal como se ha demostrado en la solución del problema suscitado por la situación jurídica de la ya ex Mónica Oltra.

Sintiéndose obligada a agradecer la nominación con que se ha visto agraciada para ocupar la sede vacante de Mónica Oltra, Aitana Joana no escatimó más y más elogios a su predecesora, al tiempo que pasaba de puntillas y omitía todo cuanto tuviese que ver con la investigación judicial que le supuso tener que dejar el poder. El mantra de Compromis no es otro que todo ha sido una trama, una cruel injusticia –aún sin juicio ni sentencia- una maquinación de la extrema derecha con la complicidad de la Judicatura.

El día, que bien próximo debe ser, en que la nueva titular de Igualdad y Políticas Inclusivas llegue a su despacho y sea informada de los problemas más acuciantes que requieren de su supervisión, puede que lamente haberse excedido en los panegíricos dichos este mismo lunes al decir que Mónica Oltra había sido capaz «de realizar una revolución en los servicios sociales que mejora el día a día de muchas personas, precisamente, de quienes más lo necesitan».

Una «revolución» que más acá y allá de la pura propaganda compromisaria, que no escatima lisonjas cuando de jalear a los suyos se trata, choca con la cifra cruel y despiadada de las catorce mil personas que murieron durante el mandato de Oltra sin haberles llegado la ayuda por la dependencia.

Pues bien, que sea frutífero, inclusivo y de lo más provechoso para la ciudadanía el mandato de Aitana Joana Mas i Mas (que se presume será corto según indican los augures demoscópicos) es menester.