Hagan caso a Juan Roig

Uno que es nieto, hijo y sobrino de camareros y que se pagó los estudios gracias al trabajo en un bar no puede abordar el debate sobre el sector servicios con objetividad. Fui camarero antes que periodista y a mucha honra.

Lo que no admite discusión son los datos demoledores aportados por la propia Generalitat respecto al impacto del turismo en la Comunidad Valenciana. En 2016, los visitantes extranjeros gastaron cerca de 7.500 millones de euros, lo que supone una media de más de veinte millones de euros al día .

El desembolso de los turistas internacionales supera el volumen de exportaciones de sectores tan potentes como el del automóvil, el agroalimentario o la cerámica.

El turismo, de hecho, no solo es industria. Es la principal industria de España y en el caso de la Comunidad Valenciana ha sido el sector que impidió la debacle en los tiempos de recesión y ha encabezado el proceso de recuperación gracias a su capacidad para generar ingresos tributarios, crear empresas y propiciar puestos de trabajo. De cada cien euros que se producen en la Comunidad Valenciana, quince dependen de su actividad.

Pese a ello, mientras el alcalde de Valencia, Joan Ribó , se dedica a debatir sobre el volumen de las campanas, el Ayuntamiento le aplica una subida de las tasas del 74 por ciento a las terrazas del centro de la ciudad.

Ya lo dijo Juan Roig el pasado mes de marzo : «En España vivimos gracias al turismo, una gran industria que tenemos que cuidar». Háganle caso.