Consulta múltiple, múltiples dudas

La última experiencia ciudadana de estas características que se recuerda en Barcelona es la de la consulta sobre el tranvía que el entonces alcalde socialista Jordi Hereu impulsó y que acabó siendo un gran fracaso de ciudad, por sus irregularidades, participación y resultado final. Con este precedente y sobre todo para conseguir que la multiconsulta no presente duda alguna, el equipo municipal lleva tiempo preparando el proyecto, defendiendo además que se repetiría cada año durante el mes de mayo, excepto en año de elecciones municipales. «Mande quien mande, la ciudadanía tiene que hacer suyas las consultas», defendía Gala Pin, concejal de Participación en el Ayuntamiento.

En este sentido, el pleno aprobó el pasado octubre -curiosamente seis días después del fallido referéndum sobre el futuro político de Cataluña- un nuevo reglamento de participación ciudadana que estipula este tipo de votaciones con propuestas tanto políticas como vecinales -que deben contar con una recogida de firmas previa-.

A día de hoy, todo apunta a que las preguntas ciudadanas serán sobre el cambio de nombre de la plaza Antonio López -que hace un mes ya vio cómo retiraban la estatua en honor al mismo - y sobre la gestión pública del servicio del agua . Además, el consistorio propone preguntar sobre el 22@ y sobre el solar del hotel Rec Comtal. El pleno municipal tiene que validar todavía estas temáticas.

Nada más aprobarse el nuevo reglamento -con votos favorables del gobierno, ERC y la CUP y la abstención de PDECat, Cs y PP-, la medida consiguió críticas variadas, como la del grupo municipal del PDECat, que denunció que el gobierno estuviera aprobando esta votación cuando no había llegado a implicarse en el 1-O . La CUP, por su parte, alabó la «multiconsulta», aunque siempre ha lamentado que ésta no tenga un carácter vinculante.

Más contundentes fueron las formaciones constitucionalistas. No es el caso del PSC, que entonces la defendió pues estaba dentro del gobierno municipal. Por su parte, desde Ciudadanos denunciaron que la medida tuviera un tono «asambleario», mientras que el PP criticó que se preparara a cabo una normativa de participación, cuando ésta ya existía.

Con el paso de los meses, el acercamiento del mes de mayo y las mismas críticas en el aire, la oposición ha vuelto a cuestionar el proyecto. El PSC, por ejemplo, lamenta que aspectos cruciales, como lo puede ser el planeamiento para el 22@, puedan decidirse partiendo de la voz vecinal y no de un consenso técnico o político . Colau «se esconde tras la multiconsulta con cuestiones que corresponden al gobierno», incide la socialista Carmen Andrés.

«La multiconsulta millonaria de Colau pretende que solo se pregunte lo que quieren sus amigos y satélites de izquierdas», reprochaba recientemente Alberto Fernández, presidente del PP en Barcelona, que recordaba a que «hay muchas cuestiones que preocupan ignoradas por el gobierno municipal, como la cobertura de las rondas, el tranvía por Diagonal, los carriles bici o la ubicación de los clubs de cannabis». «No tiene ningún sentido gastarse 3,6 millones de euros para consultar sobre el cambio de nombre de la plaza Antonio López, cuando Colau ya ha retirado la estatua», lamenta el líder popular, que reprocha a la oposición, que puede hacer preguntas para la multiconsulta, que no ha estado por la labor.

Desde Ciudadanos, Carina Mejías ha reiterado que «la multiconsulta está plagada de irregularidades y solo responde al fracaso del programa político de Colau» y que cuenta con «fórmulas sectarias y antidemocráticas de apartar a los grupos municipales» . Entre los puntos cuestionados está la legalidad del propio reglamento de participación, contra el que se han llegado a imponer recursos, o la recogida de firmas de las propuestas populares, sobre todo la posibilidad de falsear apoyos.

Por su parte, desde el Ayuntamiento aseguran a ABC que esta próxima semana se concretarán más detalles que se está ultimando todo para intentar que no quede fleco suelto. Además, el se ha convocado un pleno extraordinario para el próximo 10 de abril, en el que se acordarán las preguntas que irán a votación. El hecho de que este debate se esperara inicialmente para el día 23 de marzo y se haya ido retardando, primero al 5 de abril y luego al día 10 no hace más que sembrar más dudas sobre si la ciudad está preparada para afrontar con garantías una cita de esta magnitud o si, por el contrario, la multiconsulta puede convertirse en un nuevo fracaso del gobierno Colau .