Nacer con bajo peso puede provocar problemas cardiovasculares en la edad adulta

El estudio, liderado por los investigadores Fàtima Crispi y Eduard Gratacós y en el que también han colaborado el Barcelona Supercomputing Center entre otras instituciones, se fija en casos en los que los bebés nacen con un percentil inferior al 10, que podría ser de menos de 2,500 kilos para un bebé nacido a las 40 semanas, por ejemplo.

Hasta ahora se sabía de la relación entre el bajo peso al nacer y el mayor riesgo de muerte por un infarto, pero se desconocían los mecanismos. El equipo de BCNatal-IDIBAPS llevaba más de una década estudiándolo pero no habían podido hacer seguimiento en niños de más de 12 años. Por eso, dieron un paso más y rastrearon los historiales de recién nacidos de hace entre 20 y 40 años. Consiguieron contactar con 158 adultos, de los que 81 habían nacido con bajo peso y a todos ellos se les hizo una resonancia cardíaca y una prueba de esfuerzo con bicicleta.

A partir de sus casos, se ha constatado que las personas con bajo peso tienen menos capacidad para realizar actividad física que el resto cuando son adultos. Por ejemplo, tienen hasta tres veces más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio o más riesgo de hipertensión, ictus, diabetes o síndrome metabólico en la edad adulta.

«La resonancia cardíaca demostró que el ventrículo derecho de los nacidos con bajo peso tenían una forma diferente. Este ventrículo es muy importante a la hora de hacer ejercicio, porque es el que necesita trabajar más para oxigenar la sangre, y su alteración se nota«, explica Crispi a ABC. Así, se detectó que los casos con menor peso natal tenían una menor capacidad al ejercicio, ya que encima de la bicicleta se cansaron antes. »De normal, no se nota pero encima de la bici se hace evidente que no tiran tanto, que sus corazones son menos eficientes«, añade.

«Esto no quiere decir que no puedan hacer ejercicio. Simplemente puede que no tengan tanta capacidad como el resto de la población y se cansen antes« , remarca la experta.

En este sentido, el estudio ha constatado que los cambios en el corazón son todavía más marcados en población fumadora, con sobrepeso o sedentaria. De aquí a que la promoción de hábitos de vida saludables especialmente en este colectivo sea crucial, ya que puede reducir muy significativamente el riesgo de tener problemas cardiovasculares, sentencian los investigadores.