Cumbre sobre el pacto fiscal sin previsión de acuerdo
Artur Mas reúne hoy a los partidos catalanes sin moverse de sus tesis rupturistas
MARÍA JESÚS CAÑIZARES
No habrá acuerdo y muchísimo menos, un documento consensuado de los partidos sobre el pacto fiscal que propone el presidente Artur Mas. De hecho, no hay ningún avance en las conversaciones mantenidas hasta ahora, pero el dirigente nacionalista insiste en celebrar hoy una ... cumbre con la que pretende visualizar su voluntad de diálogo. Además de la foto, poco se espera de este encuentro.
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Ninguna formación ha movido sus posturas iniciales sobre la independencia fiscal que pretende Mas y que debe votarse en el Parlamento autonómico antes del verano. Mientras ERC e ICV se han convertido en sus principales socios en esta aventura, PP y PSC rechazan un modelo que suponga la salida de Cataluña del régimen financiero español. La cumbre viene precedida de la firme voluntad del líder de CiU de abandonar la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) y de conseguir ese concierto económico a la catalana «con o sin acuerdo».
UDC discrepa
Y aunque el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, aseguraba ayer al término de la reunión del gobierno catalán que «no ponemos la pistola en el pecho a nadie, no se pretende imponer nada a nadie», lo cierto es que las posturas maximalistas de los convergentes provocan rechazo, no sólo entre las formaciones opuestas a experimentos soberanistas y frustrantes, sino también en su socia de federación, UDC.
Dirigentes socialcristianos como el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Duran Lleida, o la vicepresidenta catalana Joana Ortega, se oponen a planteamientos rupturistas presentados como innegociables. Precisamente ayer, el delegado de la Generalitat en Madrid, Jordi Casas, fue más allá y aseguró que, antes que el pacto fiscal, es más urgente un gran pacto de Estado para solucionar la crisis.
Mas tiene una difícil disyuntiva: conformarse con una minoría que le permita no moverse un ápice de su propuesta, o rebajar sus aspiraciones para embarcar a PSC y PP, y lograr así que el Gobierno español acepte la mejora la financiación.
La predisposición de los populares catalanes es evidente pues, tal como reiteró su líder, Alicia Sánchez-Camacho, confían en que el resultado de las negociaciones permita a esta formación abstenerse en la votación en la Cámara catalana.
La cumbre que se celebra hoy, por tanto, es un trámite más en el proceso de discusión entre los partidos. El orden del día establecido —un diagnóstico del modelo de financiación y del déficit fiscal; la posibilidad de disponer de un modelo propio al margen del régimen común espalol; la identificación de puntos clave de la nueva financiación tales como la cuota de retorno o la solidaridad, y la estrategia negociadora con el Estado una vez llegue el texto al Congreso— no busca ir más állá.
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