Una Cataluña independiente saldría de todos los organismos internacionales

Los juristas se muestran de acuerdo en que no se puede pensar en un proceso de « ampliación interna ». Por el contrario, una Cataluña independiente , tendría que someterse al procedimiento de adhesión previsto en los tratados constitutivos, en concreto en el artículo 49 del TUE, que exige que una vez presentada la solicitud al Consejo Europeo, habría de darse el pronunciamiento unánime de todos los Estados miembros, incluida, por supuesto España.

Además, sería preciso negociar un acuerdo de adhesión, en el que dos de las condiciones que se exigen a los países candidatos es «la inviolabilidad de las fronteras , que solo pueden ser cambiadas de común acuerdo, y el respeto absoluto al Estado de derecho constitucional», algo que Cataluña habría vulnerado con una declaración unilateral de independencia, según subrayaba un informe de la Fundación Alternativas elaborado hace un par de años.

Naturalmente, Cataluña saldría también del Banco Central Europeo y por lo tanto de todo el sistema del euro y dejaría de formar parte del espacio Schengen de libre circulación de personas. Los catalanes tendrían que ir provistos de su pasaporte o al menos de su carnet de identidad para poder moverse por el territorio de la UE.

Seguir perteneciendo la Unión Europea es la gran aspiración de los independentistas, pero también verían cómo quedaban fuera de todos los organismos internacionales de los que España forma parte, como Naciones Unidas, la OTAN, el Fondo Monetario Internacional , el G-20, el Consejo de Europa, la OSCE o la OCDE, por citar algunos. El Estado que suscribió su pertenencia a esos organismos fue el español, que es el que continuaría en ellos. Cataluña no podría estar representada y, además los catalanes, salvo que España les permitiera mantener la nacionalidad española, perderían la protección diplomática de España.

En el caso de la OTAN, por ejemplo, una Cataluña independiente se colocaría fuera del mecanismo de defensa mutua derivado de la pertenencia de España a la Alianza y que recoge el artículo V del Tratado del Atlántico Norte. Si quisiera sr admitida como nuevo miembro, además de estar reconocida como Estado, Cataluña, necesitaría estar en condiciones de contribuir a la seguridad de la región y contar con un acuerdo por unanimidad de todos los Estados miembros (España, incluida) para invitarle a adherirse.

Por supuesto, si Cataluña se declarara independiente, tendría que empezar un largo proceso para tratar de ser reconocido como Estado por la Organización de Naciones Unidas . El camino para conseguirlo no es nada fácil, porque el ingreso de un nuevo Estado requiere primero que lo recomiende el Consejo de Seguridad de la ONU por mayoría de 9 votos (sobre 15) y después que la Asamblea General de la organización adopte una decisión favorable por mayoría de dos tercios, que son 130 votos.

Después de proclamar unilateralmente, en 2008, su independencia de Serbia, Kosovo sigue aguardando a ingresar en la ONU, porque unos ochenta países, entre ellos España, no han reconocido al nuevo Estado. Palestina logró en noviembre de 2012 ser admitida como Estado observador no miembro. Pero, ello se debió a que Palestina es, claramente un Estado, a ojos de Naciones Unidas, después de que haya habido un reconocimiento expreso de la Asamblea general tanto de su situación de ocupación como del derecho de autodeterminación, requisitos que no concurren en el caso de Cataluña.