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Pablo Nuevo - Tribuna Abierta

De Aragón a Venezuela pasando por Panamá

Es sabido que pertenece a la esencia del populismo el intento de dar soluciones sencillas a problemas complejos, y aprovechar la existencia de problemas reales para desmontar los procedimientos establecidos que permiten el sometimiento del poder al Derecho

A iniciativa del Gobierno autonómico, las Cortes de Aragón están tramitando un Proyecto de Ley de Integridad y Ética Pública. Junto a iniciativas interesantes en materia de buen gobierno y evaluación de políticas públicas, el mencionado proyecto incluye medidas más que discutibles. Entre éstas destacan ... la creación de una Agencia de Integridad y Ética Pública, a la que junto a otras funciones se le atribuye la de «investigar los actos u omisiones que pudieran ser constitutivos de infracción administrativa, disciplinaria o penal», así como «instar la iniciación de los procedimientos que procedan para depurar las responsabilidades a que pudiese haber lugar», previendo el proyecto que en el ejercicio de sus funciones de investigación e inspección «la Agencia puede acceder a cualquier información que se halle en poder de las personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, sujetas a su ámbito de actuación». A su vez, se faculta al personal investigador de la Agencia a personarse en oficinas y dependencias públicas, practicar una especie de detenciones para interrogar a sospechosos, acordar la realización de copias de la documentación obtenida, etc. En otras palabras: se atribuyen a la Agencia funciones de carácter semipolicial, y aunque es evidente que en esas funciones puede haber incidencia en derechos fundamentales de las personas el proyecto de ley no prevé la necesidad de contar con una resolución judicial que autorice la injerencia en la esfera privada de los ciudadanos.

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