'Operación pantano' en Cataluña: vaciar un embalse para ahorrar agua
La Generalitat decreta la excepcionalidad por sequía en quince comarcas y aumenta las restricciones en el uso ciudadano
Cataluña activa las alertas ante la sequía persistente
Barcelona
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Iniciar sesiónSolución insólita para una situación de emergencia. La Generalitat, que lleva 29 meses con sequía persistente, vaciará el embalse de Sau (Barcelona) y redirigirá su agua al de Susqueda (Gerona), un chocante plan con el que se tratará de salvar la calidad de la ... poca agua que queda y la supervivencia de la poca fauna que sobrevive en el emplazamiento. La medida es una de las cuatro anunciadas este martes por el Govern, que ante la persistente sequía ha decidido activar la fase de emergencia en las principales cuencas del territorio catalán.
El pantano de Sau era único porque tenía la peculiaridad de haber sepultado un pueblo del que seguía sobresaliendo el campanario de la iglesia de San Romano, algo por lo que los curiosos acudían a conocerlo. El núcleo, conocido como San Román de Sau y que llegó a tener hasta 300 habitantes, acabó desapareciendo bajo el agua en los años sesenta, después de que se inaugurara una presa en la zona. La sequía de los últimos años, y en especial la intensidad de los últimos meses, habían dejado al descubierto todos los restos.
Ahora, tal y como ha confirmado este martes la consejera de de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, Teresa Jordà, el Govern implantará el vaciado excepcional durante el mes de marzo salvar el agua que queda (unos 28 hectómetros cúbicos) en unas instalaciones que a día de hoy están al 17% de su capacidad. «Es una medida extremadamente técnica, propuesta por el comité permanente de sequía«, ha puntualizado Jordà, al tiempo que ha dejado claro que »la idea es no perder ni una gota de agua para aprovecharla para el uso prioritario, que es para la población, y no llegar a un punto en que sea inutilizable a nivel sanitario».
Esta coordinación entre Sau y Susqueda, con todo, no será nueva: ambos pantanos desembalsan conjuntamente, y si hasta ahora Sau lo hace con 0,3 hectómetros cúbicos al día pasarán a ser 0,5. Entre los aspectos que han llevado a tomar esta decisión está le hecho de que con las reservas tan bajas que se conservan actualmente la llegada del calor podría mezclar agua y barro, con lo que perdería calidad y afectaría a fauna y flora y, a la vez, sería más complicada su potabilización para el uso ciudadano. Para ello, es crucial apartar ahora el agua de calidad.
Una comisión específica se encargará de implementar el protocolo de actuación y determinará si finalmente se retira la fauna del embalse y cómo y dónde se trasladan. Fuentes de la Agencia Catalana del Agua (ACA) comentan que existen entre 20 y 30 toneladas de peces exóticos que no pertenecen a la biodiversidad de la zona.
La sequía empeora
Más allá del caso específico de Sau, la bajada hasta el 27,7% de la capacidad de los embalses de las cuencas internas catalanas han llevado a acelerar la excepcionalidad por sequía, lo que pasará a implicar nuevas limitaciones del uso del agua. La excepcionalidad, que técnicamente se tenía que activar al bajar al 25%, quedará decretada, de momento, en el sistema Ter-Llobregat y en el acuífero del Fluvià Muga, que afectan a 224 municipios de 15 comarcas en los que viven más de 6 millones de habitantes.
El consejo de administración del ACA será el encargado de aprobar esta nueva fase y lo hará este miércoles. Tras ello, la medida tendrá que publicarse en el Documento Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC), algo que previsiblemente ocurrirá antes del viernes. «No son decisiones fáciles, pero son necesarias. Haremos todo lo que esté en nuestras manos para cuidar el agua para las personas», ha insistido Jordà, que ha recordado que Cataluña no vive una situación similar desde 2008.
Entre otros aspectos se prohibirá regar en zonas verdes o jardines públicos y privados (solo se podrá usar para mantener viva toda vegetación, pero usando el gota a gota o una regadora pero no riego programado), así como limpiar calles con agua potable y se limitará todavía más el agua para usos agrícolas (que tendrán que reducirla en un 40%) e industriales (un 15%).
Igualmente, se fijará un tope de 230 litros por persona y día (ahora estaba en 250 litros): «Es una cifra muy por encima de la media de uso actual», ha puntualizado la consejera para tratar de calmar a la población.
Por otro lado, se triplicarán las líneas de inversiones (hasta los 2 millones de euros) para ayudar a transportar agua en camiones cisterna y ejecutar obras de emergencia. Aunque las previsiones indican que este abril puede ser lluvioso, Jordà ha querido ser cautelosa y pedir máxima colaboración ciudadana con el ahorro de agua. Además ha vaticinado que para poder salir de este episodio crítico haría falta que durante cuatro meses estuviera lloviendo unos 50 litros diarios.
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