el oasis catalán
Autolisis
Solo Carles Puigdemont, en una coyuntura en que peligra el poder sanchista y su vuelta a Cataluña vía amnistía, se ha atrevido, desde Bruselas, a reivindicar en público -oportunismo de bajo vuelo- la autodeterminación
Artículos de Miquel Porta Perales en ABC
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEn psiquiatría, el sustantivo autolisis, o autólisis, significa dañarse o suicidarse y, en biología, es la degradación celular por sus propias enzimas. Algo parecido es lo que le podría estar pasando ahora al nacionalismo catalán. Me explico.
La implosión del «proceso» después del referéndum ilegal - ... ningún Estado reconoció a Cataluña, el Estado español no abrió ningún diálogo e implementó el artículo 155 de la Constitución y la ciudadanía de Cataluña no se rebeló- se tradujo en una retirada por partida doble: en primer lugar, el independentismo volvió a los cuarteles de invierno con la imprecisa promesa de «volverlo a hacer»; en segundo lugar, una parte del independentismo -especialmente, el independentismo sobrevenido- llegó a la conclusión de que había sido utilizada y engañada.
Que el independentismo está en los cuarteles de invierno se percibe en el bajo tono de un Junts y una ERC que se contentan con las reivindicaciones de siempre: el catalán, una lengua propia y vehicular en la escuela, una agencia tributaria propia que acaba siendo una delegación consorciada con el Estado, una nueva ley de financiación autonómica y un largo y aburrido etcétera. Solo Carles Puigdemont, en una coyuntura en que peligra el poder sanchista y su vuelta a Cataluña vía amnistía, se ha atrevido, desde Bruselas, a reivindicar en público -oportunismo de bajo vuelo- la autodeterminación.
Que el independentismo está en los cuarteles de invierno se percibe también, por ejemplo, en los folletos que Junts y ERC reparten en las fiestas o encuentros directos con la ciudadanía: mejorar la calidad de vida, mas cloacas y campos de fútbol, adecuación de las pistas de petanca, mejora de la accesibilidad en las aceras, pavimentar calles, juegos inclusivos en la playa, conservación de ateneos y un largo etcétera.
El hecho de que el nacionalismo y el independentismo clásicos se dediquen a reivindicar -más allá de lo de siempre ya citado- las necesidades de la vida cotidiana del ciudadano; todo ello, es lo más parecido a la autolisis de un movimiento que, al renunciar de facto y de iure a la independencia, se está dañando o suicidando poco a poco. En términos biológicos, se está degradando.
De ahí, que Aliança Catalana les esté afanando simpatizantes y electores: por un lado, recoge a los independentistas huérfanos de «procesistas» de verdad; por otro lado, recoge al chovinismo -sea o no nacionalista: un partido independentista sin independentistas vertebrado por la islamofobia- que no tiene quien le escuche y le represente; finalmente, recoge también a quienes exigen la seguridad en la calle.
Cataluña es un organismo dañado, sin energía ni reacción al cambio. En peligro de autolisis.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete