entrevista
Daniel Sirera: «Quien quiera incorporarse al PP tiene las puertas abiertas, pero no mercadearé con la lista»
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Daniel Sirera, fotografiado en Barcelona
Tras un año en Valencia, Daniel Sirera (Badalona, 1967) vuelve «a su casa» para liderar la lista del PP al Ayuntamiento de Barcelona. Fue presidente de los populares en la comunidad y desde el Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC) denunció los excesos de ... TV3. Es un hombre tranquilo y con actitud pausada y reflexiva. Lejos de histrionismos. Su objetivo es recuperar el PP para la ciudad.
—¿Cuándo decidió dar el paso?
—Algunos dirigentes de las direcciones de Barcelona, Cataluña y España contactaron conmigo, hace un año, para preguntarme cómo veía las cosas en el partido y en Cataluña. Las conversaciones se mantuvieron este año. Al final, necesitaban que me volviera a casa. Me pidieron que me involucrara en un momento político y social que se antoja complicado.
—¿Con quién contará en la lista?
—Es pronto para hablar de listas. Pero pienso contar con todo el mundo del PP e incluso con gente que no está en el partido y que se han ido a casa o a otras formaciones políticas. Voy a abrir de par en par las puertas del PP.
—¿También cuenta con Josep Bou?
—No solo cuento con él, sino que lo necesito. Conoce perfectamente la política municipal. Le he pedido y se ha ofrecido a trabajar juntos.
—Uno de los problemas del PP catalán es la poca autonomía que le deja Génova. ¿Mantendrá esta política?
—No percibo voluntad de la dirección nacional de interferir en la campaña de Barcelona. Alberto Núñez Feijóo me ha dicho que está a mi disposición para venir cuando yo quiera y a lo que yo necesite. Voy a llamarle para que venga lo máximo posible. Feijóo suma.
—Manuel Valls, en 2019, tuvo que elegir entre Ada Colau y Ernest Maragall; usted, ¿a quién hará alcalde?
—Entre susto o muerte, no haré alcalde ni a Colau ni a Maragall.
—Tendrá que elegir, por pasiva…
—Mis votos no harán alcalde a alguien que quiera poner la ciudad al servicio de la independencia o que se cargue Barcelona como hace la izquierda. A lo mejor, la solución es que otras fuerzas políticas apoyen al PP.
—¿No hay demasiadas siglas en la derecha: Junts, PP, Vox, Cs y Valents?
—Sí. Pero Junts se considera de derechas a ratos. Es básicamente independentista. Podríamos acabar viendo a Carles Puigdemont como jefe de campaña de Xavier Trias. El resto somos constitucionalistas. Y las encuestas señalan que no hay espacio para los cuatro. Y que el partido con mayor apoyo es el PP. El PP es el voto útil para los constitucionalistas. A los que se han sentido defraudados en el pasado, un sentimiento que yo también he podido compartir, les digo que soy el mismo que cuando me afilié hace 37 años. Nadie puede dudar de mis principios y valores.
—¿Habrá pacto de estos partidos antes de las elecciones de mayo?
—Quien quiera incorporarse al proyecto del PP tiene las puertas abiertas. Pero no mercadearé con la lista. Nos jugamos mucho en estas elecciones. No tiene sentido presentarse sabiendo que no saldrá elegido y perjudicar a otra fuerza política que representa lo mismo.
—¿Y qué puede ofrecerles?
—A los que votaron al PP y ahora están en Vox, Cs o Valents les digo que no voy a defraudarles. Defiendo los mismos principios y valores que ellos buscan en un político. Por ejemplo, no he sido nacionalista, nunca. Siempre he hecho lo que he dicho.
—En su presentación ante los medios dijo que Barcelona está degradada como ciudad, ¿a qué se refiere?
—La suciedad, los sintecho, las obras… Barcelona está triste. Y se suma la imagen de ciudad a favor de la independencia. No creo que haya mucho inversor que apueste por una ciudad en la que hay algaradas regularmente. No se puede guardar silencio ante esto.
—¿Cómo lo solucionaría?
—Mi primera reunión sectorial como candidato ha sido con el principal sindicato de la Guardia Urbana. Faltan mil agentes y entre tres mil y cuatro mil policías de los Mossos d'Esquadra. Cinco mil efectivos. Además, hay que facilitar la apertura de negocios. Barcelona no puede ser una ciudad antipática a la hora de abrir un bar o un restaurante. No quiero que esto acabe siendo Venezuela y el intervencionismo que se practica ahora en esta ciudad es salvaje.
—Entonces, ¿bajaría los impuestos?
—Por supuesto.
—¿Qué haría con las superislas?
—Es cierto que hay que pacificar el tráfico. Hay sitios en los que la superisla puede tener una función buena y otros en los que es un problema. La superisla del Ensanche es un gran problema que se está cargando el plan Cerdà y segmentando la ciudad en guetos o minibarrios que no tienen conexión. Además, la circulación que se retira de una calle peatonal se desvía a otra, con el consiguiente colapso. Los atascos provocan más contaminación atmosférica. Las cosas se tienen que hacer con sentido común.
—¿Se necesita un tranvía por la avenida Diagonal?
—No creo que haga falta. El tranvía que hace falta es el Tranvía Azul. Un emblema que hemos de recuperar.
—¿Cómo pondría remedio a la sensación de inseguridad generalizada?
—Hacen falta más efectivos policiales y hay que darles apoyo. Es una realidad. El Ayuntamiento debe ser intolerante con los delincuentes.
—¿Hay demasiados turistas?
—Barcelona es una ciudad turística. El PP apuesta por más turismo. Da dinero, crea puestos de trabajo. Es necesario. Sé que a veces genera inconvenientes a los que vivimos aquí, pero necesitamos a los turistas. Un turismo de calidad, no de borrachera. Pero esto ya pasa; el turismo de Barcelona es para ver la ciudad, la cultura, la gastronomía, la gente… Los partidos que consideran que los turistas no deberían venir se equivocan.
—¿Qué haría con la Zona de Bajas Emisiones?
—Este es un tema importante. El Ayuntamiento no hace nada para evitar la contaminación, más allá de crear carriles bici. En Madrid, el alcalde ofrece ayudas para cambiar el coche, comprar bicicletas o patinetes, cambiar las calderas contaminantes en los edificios y obras para evitar el colapso circulatorio, mientras que el Ayuntamiento de Barcelona no hace nada. La Zona de Bajas Emisiones no está bien planteada. Hay que revisarla y hacer otras cosas para mejorar el aire en Barcelona. Hay mucha gente que no puede cambiarse el coche. Hay que actuar con racionalidad, buscar alternativas.
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—¿Con quién estaría más cómodo en el gobierno municipal, con Jaume Collboni (PSC) o con Trias (Junts)?
—Me presentaré con un programa e intentaré ser alcalde. Si mis votos son necesarios para gobernar, no pondré sobre la mesa el número de asesores, solo mi programa, basado en la seguridad, la movilidad, la limpieza, la vivienda y la bajada de impuestos. No es una cuestión de comodidad. Collboni es corresponsable de las políticas de Colau y ahora dice que no sabe nada. Y Trias quiere poner Barcelona al servicio de la independencia. Tendrán que hacer examen de conciencia y ver si están dispuestos a asumir los planteamientos del PP. A partir de ahí...