Cábalas

Castilla y León, que parece que no tiene elecciones a la vista, también se ve inmersa en este ambiente político y no faltan voces que tratan de sumar las elecciones que tocan a un eventual adelanto electoral en nuestra comunidad. El presidente de la Junta ha reiterado en sus últimas apariciones públicas que no va a haber ese adelanto en Castilla y León y en principio, no hay por qué dudar de su palabra. Pero no es menos cierto que en política dar algo por seguro es quimérico y que las circunstancias pueden cambiar en cualquier momento. Lo que si es seguro es que en esta comunidad la prioridad ahora es aprobar los presupuestos y más adelante, Dios dirá.

Estoy absolutamente convencido que por la cabeza de Mañueco no pasa ahora adelantar las elecciones. Consciente de que en la primera parte de este mandato Castilla y León estaba en el foco mediático y político por el acuerdo con Vox, ese foco ahora se ha alejado de la comunidad, ya que otros territorios tienen los mismos acuerdos y la bronca política nacional, ha diluido bastante este tipo de acuerdos. El hecho de que Pedro Sánchez haga del miedo a Vox por una amplia parte del electorado la argamasa para unir al bloque de izquierda y sumar a la derecha nacionalista y separatista, hace que en algunos sectores del PP se fantasee con romper las alianza con el partido de Abascal. También hay quién piensa que el voto útil en la derecha se impondrá tras comprobar los problemas internos de Vox, cuyo último episodio es lo que esta semana pasa en Baleares y consideran que solo es cuestión de tiempo que sigan el camino de los denominados partidos de la nueva política.

Así pues veo poco probable que Alfonso Fernández Mañueco adelante nada, máxime si consigue aprobar los presupuestos y se asegura prácticamente llegar al final de la legislatura, con un PSOE muy desgastado y en una comunidad donde las cesiones de Sánchez son un plus de rechazo al partido.