PUNTO DE VISTA
Nuevo impulso
Peña, persona dialogante y alejada de la polémica, ha de tener cuidado para no caer en ese lenguaje almibarado que tanto practica la vicepresidenta Yolanda Diez
Nuevo viejo año
Largo lo fía
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Iniciar sesiónNo hay ninguna duda de que el PSOE en Castilla y León ha ganado mucha cuota en la nueva Federal del partido y ello ha insuflado un plus de ánimo a la organización regional que regresa del cónclave del pasado fin de semana con renovadas ... fuerzas para afirmar dos hechos: que Tudanca volverá a ser el candidato a la presidencia de la Junta en las próximas elecciones autonómicas y que se acometerán cambios en las estructuras internas para fortalecer la tarea de oposición y explicar las políticas que desarrolla el Gobierno Central, tarea realmente ardua en comunidades como Castilla y León.
De las incorporaciones a la nueva Ejecutiva Federal no llaman la atención la de los ministros Óscar Puente y Ana Redondo, ni la continuidad de Iratxe García y Javier Izquierdo. Sí la reincorporación de la burgalesa Esther Peña a la portavocía de la Federal (ya lo fue por unos meses antes de las autonómicas del 19), cargo en el que ahora tendrá que desarrollar una tarea comparsa de la ministra Alegría, la portavoz del Gobierno, porque en el PSOE estamos asistiendo a un claro mimetismo entre el partido y el Gobierno, que se demuestra con la presencia de prácticamente todos los ministros del partido en la Federal y que hasta ahora la portavocía la haya desempeñado la misma persona.
Por lo que hemos visto y escuchado a Peña en sus primeras intervenciones en esta nueva etapa, hay una clara dulcificación del lenguaje, sin duda para tratar de rebajar la tensión ante el marrón de la amnistía que tiene que afrontar su partido. Claro que hablar de «ensanchar la democracia», «seducir para convencer» o que «la democracia es más completa si incorporamos a aquellos actores que tuvieron, por una u otra circunstancia, que salir en 2017» es tomar por tontos a muchos españoles que no pensamos que Puigdemont tuviera que marcharse de España, sino que huyó escondido en un maletero de un coche para no responder de sus hechos, cosa que otros muchos compañeros de aventura si que hicieron y han pagado por ello, al menos en parte. En fin, que Peña, persona dialogante y alejada de la polémica, ha de tener cuidado para no caer en ese lenguaje almibarado que tanto practica la vicepresidenta Yolanda Diez y ha de ser consciente de que, estas afirmaciones, le ponen a su partido las cosas más difíciles en comunidades como Castilla y León, donde las cesiones a los nacionalistas terminan por imponer desigualdades que ya hoy son evidentes.
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