Impulso a las ayudas al alquiler para «vulnerables» sin «intervenir el mercado»
El presupuesto aumenta «de forma proporcional» ante la expectativa de 35.000 solicitantes de familias «con recursos limitados»
Mañueco insta a Isabel Rodríguez a aportar 306 millones más a vivienda en Castilla y León para «cumplir sus propias declaraciones»
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Iniciar sesiónA punto de comenzar el plazo para pedir las ayudas al alquiler de Vivienda -desde el próximo lunes-, el presupuesto de esta convocatoria se anuncia ocho millones de euros mayor que el del año pasado: los 19,5 millones de 2024 se convierten en ... 27,5 millones ante la previsión de un número creciente de demandantes que, según los cálculos de la administración autonómica, podría ser de en torno a 35.000 en esta ocasión. La Junta ha decidido así poner más dinero encima de la mesa, ya que, aunque la concurrencia es competitiva, en las últimas cuatro convocatorias no se ha dejado fuera a ningún solicitante que cumpliera los requisitos. La intención es que así siga para llegar a «unos perfiles muy amplios» pero siempre de «familias claramente vulnerables», apunta la directora general de Vivienda, María Pardo Álvarez.
Habla de familias con «recursos limitados y dificultades», que tengan entre 4.200 y 25.200 euros de renta anual (aunque los límites se amplían para familias numerosas, víctimas de terrorismo y beneficiarios con discapacidad). Sobre todo, el recurso va enfocado a jóvenes que en muchos casos necesitan un impulso así «para venir a Castilla y León o para salir de casa de sus padres y empezar un proyecto de vida», ejemplifica. También pueden recurrir a ellas los «vulnerables sobrevenidos», un colectivo que fue más amplio en pandemia y ahora se ha reducido, «pero existe», y que contempla a las familias que se quedan sin trabajo o fuente de ingresos de un día para otro.
De media, cada uno de los beneficiarios recibirá 2.500 euros para cubrir los recibos del alquiler de su hogar, si bien las cuantías cambian en función de la edad, situación o lugar de residencia. Aunque, en general, el pago cubrirá la mitad del precio del alquiler, si el solicitante tiene hasta 35 años podrá cobrar el 60 por ciento. Con la juventud y el campo como «prioridad», el tope estará en el 75 por ciento del coste si es joven y la vivienda o habitación están en el medio rural, entendido como municipios de diez mil habitantes o menos. Este último porcentaje será también el máximo en una hipotética combinación con el Bono Alquiler Joven, el único otro subsidio de Vivienda compatible.
Eso sí, para considerarse subvencionable, el alquiler escogido debe no sobrepasar los tramos de 500 y 550 euros de renta total por vivienda -según especificidades, porque, por ejemplo, las familias numerosas podrían acceder si se mueven entre los 600 y 800 euros de desembolso mensual- o los 175 y 200 euros de renta para las habitaciones, como regla general.
Unos topes que no han subido a pesar de la presión del mercado inmobiliario: «Somos la única comunidad autónoma de España en la que los alquileres no se han contraído», defiende Pardo, que considera que se debe a que se ha conseguido «ayudar al mercado» y también «a personas que en condiciones ordinarias no pueden pagar esos 550 euros». «Cuando nuestro parque de vivienda pública no tiene capacidad para tantas personas vulnerables, tenemos que acudir al mercado», sostiene. «Por eso recurrimos a esta política, para atenderlos y ayudar al sector sin intervenirlo», añade, para confiar en que «a largo plazo» estas puedan entrar en ese parque público ahora en expansión. «Desde los sindicatos se nos ha pedido que subiéramos esos topes», reconoce, para criticar la eficacia de algo así. «El año pasado ha habido 21.000 beneficiados, eso implica que hay todos esos contratos con ese límite», zanja.
Regímenes forales aparte, «somos la comunidad autónoma líder en esta política porque somos la única que aumenta el presupuesto de manera proporcional hasta donde haga falta», defiende Pardo, que asegura que no se trata de una subvención que se adjudique «por orden de llegada» ni harán falta largas colas para conseguirla. Puede pedirse desde mañana, lunes 1 de diciembre, y hasta el 30 de enero de 2026.
Pardo considera, de hecho, que una de las grandes victorias de esta veterana ayuda es que «la burocracia se ha simplificado mucho»: el ciudadano sólo tiene que aportar el contrato y los doce recibos, subraya, y cuenta con el respaldo de una línea telefónica para cualquier duda en el proceso. La otra mejora a lo largo de las convocatorias sería, a su juicio, el reajuste de las rentas por municipios, subiendo la de «municipios limítrofes a las capitales cuyos límites estaban muy alejados de la realidad». Por ejemplo, San Andrés del Rabanedo, colindante con León.
Rampas y ascensores
El calendario también marca el 1 de diciembre como comienzo del plazo para otra línea de ayudas, en este caso para propietarios y comunidades de vecinos, las de rehabilitación edificatoria. En otras palabras, las destinadas a hacer modificaciones de accesibilidad: instalar rampas, ascensores, telefonillos y salvaescaleras, o cambiar bañeras por platos de ducha. «También nos parece muy importante para una sociedad que va envejeciendo y necesita adaptaciones dentro de su casa o en su portal», refiere la directora de Vivienda, que indica que estas subvenciones se coordinarán a través de Familia.
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